Estamos acostumbrados a ver vídeos explicativos sobre el proceso de retoque del aspecto de modelos y famosos (ojos más grandes, piel sin imperfecciones, rasgos simétricos…). No tanto ver esos retoques en imagen en movimiento; aquí es donde entra la técnica de “tracking”, o reconocimiento y seguimiento de los píxeles de la imagen. Esta técnica la solemos emplear los estudios de vídeo para “borrar” algún elemento molesto de la imagen, cambiar el diseño de la lona de un camión en movimiento, o mejorar el tono de piel. La novedad radica en que, gracias a la potencia de los nuevos procesadores, y la gran calidad y tamaño de la imagen digital filmada permite ir más allá y cambiar casi por completo el aspecto de una persona; sí sí, en post-producción! Este videoclip de la húngara Boggie es una alucinante muestra de ello.