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Sobre este blog

Este blog pretende transmitir reflexiones sobre música, literatura, arte, pensamiento y cultura en general, sin eludir la dimensión política. Trata de analizar la realidad, especialmente cuando, como ocurre con frecuencia, supera la ficción.

Mujeres en el templo de Wagner

Un momento de la representación de ‘Tristán e Isolda’.

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El pasado día 25 se inauguró el Festival de Bayreuth de este año. Entre los asistentes estaba la presidenta de la Unión Europea, acabada de reelegir para un segundo mandato, Ursula von der Leyen. La acompañaban el presidente de Baviera, Markus Söder, y la ex canciller federal de Alemania, Angela Merkel, habitual del festival que inició el propio Wagner en 1876 para representar sus obras. La lluvia deslució el habitual desfile de famosos por la alfombra roja. Una nueva producción de Tristán e Isolda abrió las representaciones. La dirección escénica es de Thorleifur Örn Arnarsson y la musical de Semyon Bychkov. Camylla Nylund y Andreas Schager interpretan los principales papeles. Estos días Radio Clásica ofrece transmisiones en directo del festival.

Una de las cosas que más ha llamado la atención es la presencia, por vez primera, de más mujeres que hombres en la dirección musical de los títulos que se representan. La australiana Simone Young, de amplia trayectoria artística y muy versada en la música de Wagner, debuta en el festival dirigiendo dos ciclos completos de El anillo del nibelungo, que consta de cuatro obras. La francesa Nathalie Stutzmann hace también su presentación dirigiendo seis representaciones de Tannhäuser y dos conciertos al aire libre. Finalmente, la ucraniana Oksana Lyniv ofrecerá tres representaciones de El holandés errante, obra con la que debutó en 2021. Fue entonces la primera mujer en dirigir musicalmente representaciones en Bayreuth.

Los hombres que ejercen la dirección musical son el ya citado Semyon Bychkov, de origen ruso y nacionalizado estadounidense, y el granadino Pablo Heras-Casado, que debutó el año pasado en Bayreuth con Parsifal, en producción de Jay Scheib, y obtuvo un gran éxito. Se da, pues, la circunstancia de que además en esta edición no hay un solo director alemán o austriaco.

Heras-Casado emprendió desde 2016 una inmersión wagneriana, que se inició con El holandés errante y continuó con un Anillo del nibelungo, cuyas cuatro partes fueron representadas en años sucesivos entre las temporadas 18/19 y 21/22 en el Teatro Real de Madrid, del que es principal invitado. Esta temporada ha dirigido allí Los maestros cantores de Núremberg, con dirección escénica de Laurent Pelly y decorados de Caroline Ginet. La Ópera de París tiene previsto un Anillo que se inicia en enero y febrero próximos con representaciones de su primera parte, El oro del Rin, y continuará en años sucesivos, dirigida musicalmente por Heras-Casado con producción de Calixto Bieito. La consagración wagneriana del director granadino es evidente, pues el Festival de Bayreuth ya ha anunciado que será él quien dirija en 2028 la nueva producción del Anillo, para la que aún no hay designado director escénico. Será el primer español en hacerlo.

La presencia de mujeres en la dirección musical de las orquestas y las representaciones de ópera es cada vez más frecuente, si bien hasta hace poco era un ámbito casi exclusivo de los varones. Por otra parte, en el Festival de Bayreuth hay una gran tradición de mujeres al frente de la dirección general, todas ellas de la familia Wagner. Actualmente la desempeña Katharina, bisnieta del compositor. Desde 2009 la compartió con su hermana Eva Wagner-Pasquier y en solitario desde 2016.

Cuando murió Richard Wagner, fundador y primer director del festival, le sucedió Cosima, su segunda esposa, hija de Franz Liszt, quien mantuvo el puesto entre 1883 y 1906. A su muerte lo ocupó su hijo Siegfried hasta que falleció en 1930. Su viuda, Winifred, que era mucho más joven, dirigió el festival hasta 1944, el último que se celebró en la Segunda Guerra Mundial. De ella se dice que fue amante de Hitler y le proporcionó el papel en el que escribió Mein Kampf cuando estaba en prisión por haber impulsado el Putsch de Múnich. Su época fue la de la vinculación de Bayreuth con el nazismo.

Winifred fue apartada en 1947 de la dirección del festival por los tribunales de desnazificación aliados, que fue encargada a sus hijos Wieland y Wolfgang. Ellos inauguraron lo que se dio en llamar el Nuevo Bayreuth, a partir de 1951, bajo el signo de la innovación y la internacionalización del festival. Quedaron atrás los viejos decorados del siglo XIX y los atuendos de inspiración vikinga. Wieland, muy inspirado director de escena, innovó con escenarios desnudos, túnicas sencillas y protagonismo de la iluminación. Las mujeres volvieron a la dirección del festival en 2009 con la llegada de las hermanas Wagner. Ahora hay tres mujeres y dos hombres empuñando la batuta en el mítico foso de Bayreuth, algo que hace solo unos años habría parecido impensable. 

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