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Otro lío de Fabra: La policía investiga el interrogatorio de su jefe de escoltas a un asesor de Císcar para cazar al topo

Alberto Fabra, no gana para disgustos. La tensión es máxima en la cúpula del gobierno valenciano después del interrogatorio del jefe de seguridad del presidente de la Generalitat al responsable de prensa del vicepresidente, José Ciscar, quién fue hostigado durante tres horas con el objetivo de esclarecer la identidad o identidades del topo del Palau, el filtrador de documentación comprometida para los intereses del líder del PP valenciano.

La propia Generalitat, a través del conseller de Gobernación, Luis Santamaría, ha dado orden de investigar los hechos, políticamente insólitos y legalmente discutibles: el jefe de los escoltas de Fabra, un alto cargo de la policía autonómica, no tendría competencias para iniciar este tipo de pesquisas.

Además, Císcar está indignado: se presiona a su jefe de comunicación y se le señala como un alto cargo enfrentado con su superior. Ninguno de mis colaboradores “se ha comportado nunca ni con deslealtad ni, por supuesto, desde la ilegalidad”. ha dicho Císcar. “Pensar lo contrario, me parece hasta ridículo”, añadió el vicepresidente.

Fabra, de momento, calla, aunque el bochorno en el PP es total. El escándalo bien podría acabar con la destitución del jefe de seguridad del presidente. De momento, la Conselleria de Gobernación, responsable de la policía autonómica, investiga los hechos. Ha abierto “un expediente informativo de carácter reservado para verificar si los hechos se han producido”.

Fuentes del PP señalan como posible instigadora del interrogatorio no a Fabra, sino a su mujer de confianza, Esther Pastor. Ésta, como el presidente, ha sufrido las filtraciones del topo. Éste ha desvelado la contratación de un cocinero y un ‘coach' para el presidente o gastos supuestamente impropios de Pastor abonados por la Generalitat.

Por ello, la Generalitat interrogó a decenas de funcionarios, sin resultado alguno. Una denuncia ante la justicia también acabó en vía muerta. Con la Generalitat camino de la quiebra y los valencianos desconfiando de Fabra, “folletines de este estilo están acabando de hundirnos”, dice un alto cargo del PP que no quiere desvelar su identidad.