Fabra rompe con la patronal tras votar en contra de su petición de inversiones
El PP valenciano cada vez está más aislado. Los empresarios valencianos han acogido con resignación y sin sorpresa la negativa del partido que gobierna la Generalitat a apoyar en las Corts Valencianes, durante el debate de política general, el decálogo de inversiones que la patronal solicitó a Madrid en su revuelta de julio.
Alberto Fabra, entonces, dio todo su apoyo a las organizaciones empresariales y se puso al frente de la manifestación. Incluso prometió que conseguiría a la patronal autonómica una reunión con el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. La reunión nunca se produjo. La financiación autonómica largamente reivindicada por el presidente de la Generalitat también está descartada.
Constatado que el gobierno central ningunea a Fabra, el PP valenciano ha cambiado de táctica. Su continuidad en la Generalitat no vendrá de reivindicar en Madrid, sino de construir un relato propio que pueda ilusionar a sus votantes. De ahí las promesas de rebaja fiscal o creación de empleo –electoralistas o difícilmente realizables- del president durante el debate de política general.
En ese contexto, el PP decidió rechazar la propuesta del PSPV -secundada por Compromís y EU- para apoyar en Madrid el decálogo de inversiones solicitado por las patronales que apoyó públicamente hace menos de tres meses. Entre otras, Inversiones en infraestructuras ferroviarias, marítimas y terrestres con especial insistencia en el corredor mediterráneo y más agua, aunque el gobierno ya ha matado el sueño del PP del trasvase del Ebro.
“La ratio de inversión por habitante en los últimos 15 años ha sido claramente discriminatoria: 237 euros por valenciano, mientras que la media en España era de 684 euros”, dijo en verano el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, José Vicente González. Su queja ha caído en saco roto y, la posición del PP en las Corts Valencianes, certifica el fracaso, al menos a corto plazo, de sus reivindicaciones.
Nada que no estuviera previsto. Los empresarios, que se acercan sin disimulo a los partidos de la oposición, ya no confían en Fabra. En palabras de un miembro de la patronal, “ni está ni se le espera”.
