Los problemas de contaminación acústica generados por el botellón y en general por el ocio nocturno son uno de los principales motivos de queja de los vecinos de Valencia.
De hecho, según el último informe del Ayuntamiento de Valencia correspondiente al mes de marzo, más del 22% del total de reclamaciones presentadas a través del registro municipal son en relación con molestias por ruidos.
Ante esta situación, la Policía Local no se ha quedado de brazos cruzados. Según han informado fuentes de la entidad, desde el pasado mes de enero se ha puesto en marcha un dispositivo específico en las diferentes zonas de ocio nocturno con el objetivo de reducir los problemas que generan las concentraciones de gente en la calle, ya sea en terrazas o haciendo botellón.
Las mismas fuentes han informado que entre enero y marzo, el dispositivo se ha saldado con el desalojo de 2.969 personas, la mayoría por beber en la calle, con el decomiso de 531 botellas de alcohol, con 14 denuncias por consumir alcochol en la vía pública y con 350 a locales, la mayoría por incumplir los horarios de las terrazas.
Por zonas, la plaza del Cedro es la más castigada por el botellón con 2.030 personas dispersadas, siete multas por beber en la calle y 152 botellas decomisadas en tres meses. Además, los agentes denunciaron a 66 establecimientos.
Le sigue el barrio de San José, que incluye la plaza de Xúquer y la zona universitaria de Doctor Lluch, con 550 desalojos, 222 botellas decomisadas, cuatro multas por hacer botellón y 16 locales denunciados.
El centro histórico también es uno de los enclaves más problemáticos, especialmente el barrio del Carmen. Allí se han producido 180 desalojos, 145 botellas requisadas, tres sanciones por beber en la calle y 89 a bares y pubs.
En el resto de zonas de ocio en las que se ha puesto en marcha el dispositivo, el problema del botellón es menos notorio ya que tanto los desalojos, como las bebidas decomisadas y las sanciones por este concepto son testimoniales. Sin embargo, sí que son numerosas las denuncias a establecimientos. En este sentido, en Cánovas ha habido 82, en Ruzafa 54, en Juan LLorens 31 y en Ciudad Universitaria 12.
Llama la atención que tan solo se han puesto 14 denuncias a particulares por la práctica de botellón. Al respecto, fuentes policiales han explicado que para que la multa sea válida, la normativa exige que los agentes tomen dos muestras diferentes del contenido de la botella, que posteriormente se deben analizar para determinar que es alcohol.
Este trámite, según las mismas fuentes, genera unos problemas logísticos que dificultan mucho la aplicación de la norma. Por este motivo, los agentes optan más por dispersar a la gente que está en la calle y en su caso denunciar otros aspectos como ensuciar u orinar en la vía pública.