Grupos de negacionistas han presionado este jueves a madres y padres y personal médico cuando se iba a vacunar a los niños en dos colegios de Daimús y de Vila-real, el día que se retomaba la campaña en los centros educativos
En el primer caaso un grupo de antivacunas ha acudido este jueves al colegio público Mestre Rafael Noguera de Daimús a la hora en que las familias esperaban con sus niños a ser vacunados para instarles a que no lo hicieran, situación que ha creado una discusión al acudir la Guardia Civil, la Policía Local y el alcalde, que les han conminado a marcharse. Estos antivacunas han realizado esta acción por los efectos negativos a largo plazo que, según defendían, tiene la vacunación contra la covid-19.
Por otro lado el Colegio de Médicos de Castellón ha denunciado la presión que ha recibido este jueves el equipo de pediatras que estaba vacunando a los escolares del CEIP Pascual Nácher, de Vila-real, por un grupo de negacionistas. Por un lado, el personal sanitario denunció que en la puerta de acceso al centro educativo estaba congregado un grupo de antivacunas, y al iniciar su trabajo en el interior fueron requeridos por un agente de Policía Local para que se identificasen con sus DNI, lo que hicieron en cumplimiento de la ley.
Desde el Colegio de Médicos se ha lamentado que dicho agente identificara al personal sanitario, cuando habían acudido al centro escolar en cumplimiento de las órdenes dadas por los responsables del Departamento de Salud de la Plana, quienes previamente habían notificado a la Dirección del CEIP su presencia para vacunar a aquellos menores que contasen con la preceptiva y necesaria autorización paterna. Además recuerdan que algunas madres y padres estaban presentes acompañando a sus hijos.
Los médicos también han anunciado que informarán de este incidente a la administración autonómica, la Conselleria de Sanidad, directores de Atención Primaria y gerentes de las áreas de salud para que refuercen el papel que ejercen estos profesionales e implementen las medidas de protección necesarias para que puedan realizar su trabajo en las mejores condiciones posibles. “No es de recibo este tipo de situaciones que agudizan la presión sobre los profesionales de la atención primaria que llevan más de un año padeciendo una sobrecarga de trabajo que pone al borde del colapso la que es la puerta de entrada al sistema de salud pública”, afirma el colegio.