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Carta abierta a los votantes, militantes y dirigentes de Podemos

Los días pasan y nos acercamos al momento decisivo de este tiempo que se inició en 2014 con la irrupción de Podemos y culminó en 2018, con la caída del gobierno de Rajoy por contumaz corrupción y que alumbró un cambio que se consolido en 2019 con el primer gobierno progresista de coalición de la historia de España.

Apenas habían terminado los ecos de la alegría de un país por el cambio progresista, llegó la pandemia que lo cambió todo. Lo que iba a ser el desarrollo de un programa de gobierno en cuatro años, se transformó en un plan de emergencia. Un gobierno sin mayoría y teniendo que acordar sus propuestas en un parlamento muy fraccionado y acosado por una oposición, que desde siempre no ha llevado bien que el poder lo detenten otros que no sean ellos. Un gobierno donde había diferencias estratégicas de calado y que sin embargo ha sabido desplegar una actividad política como pocos gobiernos y tomar medidas en un escenario de crisis enorme, que ha permitido sostener alos trabajadores y pequeñas empresas, proteger a los más vulnerables y evitar una ruptura social y territorial de enormes consecuencias. Echo la vista atrás y recuerdo las medidas contra la población y a favor de los bancos y las grandes compañías de los gobiernos de Rajoy en 2012. Donde entonces hubo recortes en sanidad, educación, dependencia, pensiones y desahucios, o rescate público de la Banca … Ahora ha habido inversión, Ingreso Mínimo Vital, Ertes, ayuda a la vivienda, ayuda a la pobreza energética e impuestos a las grandes empresas y la banca. En definitiva, dos modelos de política que ahora están en juego.

Buena parte de eso no se podría haber hecho sin Unidas Podemos. Los más viejos del lugar sabemos que el PSOE solo, no hubiera sido tan valiente y tan socialdemócrata sin tener al lado a UP.

Pero la realidad es tozuda y transita por caminos inesperados y evidencia que, desde incluso antes de llegar al gobierno, la estrella de Podemos había empezado a declinar. Podemos no se ha librado del sectarismo que atenaza a la izquierda como movimiento político desde su nacimiento y antes hemos sufrido cuantos hemos militado en algún partido de los que combatieron a la dictadura y trajeron la democracia y que antes de nosotros sufrieron los partidos socialistas, comunistas y movimientos anarquistas durante la república y así hasta el origen. El caso es que en las últimas elecciones municipales y autonómicas el declive de Podemos se ha convertido en desfondamiento general. No es que les haya ido mejor a sus competidores territoriales en ese ámbito de la izquierda, pero el de Podemos ha sido formidable.

Y llegan unas elecciones generales sobrevenidas y SUMAR, donde por necesidad y también por una cuestión práctica, se integran todos esos componentes. Unos con entusiasmo, otros a regañadientes. Otros ni siquiera lo contemplan. De nuevo el cainismo y la división de la izquierda, esa maldición que nos obliga a soportar gobiernos reaccionarios, cuando una mayoría de este país se considera progresista.

El caso es que estamos en campaña y la mayoría de los medios no paran de alentar a la derecha y machacar a la izquierda y una de las noticias que más difunden en el caso de SUMAR, es que la mayoría de dirigentes y militantes de Podemos en el mejor caso no están implicados en la campaña, a pesar de haber firmado la coalición y en el peor están haciendo campaña por la abstención.

Y mi perplejidad no para de crecer. Puedo entender el cabreo en un primer momento de este proceso sin fin de SUMAR, por el apartamiento de figuras relevantes de Podemos. Irene Montero me parece una política descomunal, que además ha sido machacada por la derecha y los medios de comunicación, pero que también ha cometido errores, que bien hubieran merecido una autocrítica o una rectificación, nadie es infalible, y que han contribuido de manera inexorable a su minusvaloración entre amplios sectores de izquierda. Puedo entender el resentimiento de muchos militantes porque efectivamente Podemos ha sido motor de los avances de estos años, junto a otras figuras y sectores que sin tener la presencia de Podemos también han contribuido a la puesta en marcha de estas políticas (Los Comunes, IU, Yolanda Diaz y fuera de ese ámbito, nos guste más o menos Compromís, Más País, Esquerra y Bildu). Pero si eres un militante comprometido con la ciudadanía para la que trabajas, es necesario dejar a un lado los agravios y enfilar la tarea. Recuerdo los argumentos de Pablo Iglesias cuando decidió presentarse a las elecciones de la Comunidad de Madrid, para activar a la militancia y parar la ola reaccionaria y fascista que no paraba de crecer. Muchos compartieron en Madrid ese diagnóstico y se aprestaron a participar en la contienda. Pues tengo una mala noticia que daros, las cosas siguen igual o peor, al menos en el aumento de la ola ultraderechista, lo que no está igual es el compromiso de los dirigentes, militantes y votantes de Podemos, que por lo que parece habéis adoptado una actitud contemplativa, para observar la debacle de SUMAR y así poder confirmar vuestros análisis y con el pensamiento de volveremos para arreglarlo. La vieja táctica de “cuanto peor mejor”. Pero es que no es verdad, “cuanto peor es peor”. Como ocurre con el futuro del planeta “NO hay Plan B”. Si se pierde esta contienda habrá cuatro años por delante para desmontar loconseguido y afianzar a la ultraderecha, que podrá repetir tal vez con más holgura victorias electorales.

Yo y como yo centenares de miles de ciudadanas y ciudadanos de este país no queremos que eso ocurra, queremos seguir progresando. A muchos nos gustaría incluso ir más deprisa, pero somos conscientes de la correlación de fuerza y en este momento de la historia haber alcanzado, las cuotas de derechos de ciudadanía y de políticas sociales nos parece un magnífico punto de partida para seguir profundizando en una democracia que, siendo imperfecta y mejorable, la derecha y la ultraderecha nos quieren arrebatar.

Por eso os necesitamos, nos lo debéis, a miles y miles de personas que como vosotros queremos que todo cambie en positivo y que la reacción se vuelva a estrellar contra el muro del progreso. Sois imprescindibles para cambiar el rumbo de los augurios mediáticos que ya están celebrando la derrota de la izquierda. La activación de Podemos para SUMAR, es necesaria para conquistar los cielos, aunque ahora ese cielo sea evitar retroceder 50 años.

Si no es así, tendremos que interpretar que en todo este tiempo vuestro primer interés ha sido vuestro partido y no transformar el mundo…Os esperamos.

  • Eduardo Zafra es médico y activista por la Sanidad Pública en ACDESA-PV.