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CV Opinión cintillo

A quien lea

La entente València-Barcelona: eje maldito

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“Dormida –tèbiament morta– et somniava

oÏble ala llampant

que s’apropava.

Desperta –altra vegada viva– m’encegava,

la clara veritat

que t’allunyava“.

Matilde Lloria. ‘Somni i despertar’ Gandia, Premi Ausias March 1975

Los valencianos pagamos el dramático duelo al sol que mantienen Catalunya y Madrid, capital de España, con la interesada y forzada animadversión celtibérica entre valencianos y catalanes. Es cierto que Catalunya no ha sabido valorar y tratar la realidad valenciana. A veces por complejo de superioridad y por desconocimiento. Sin razón, València se ha ido alejando de Barcelona, salvo por la Autopista del Mediterráneo que nos situó en Europa gracias a la financiación del Banco Mundial. Vicent Ventura i Beltrán, del que celebramos su centenario sin calle conmemorativa en València, decía que a él le gustaba la aproximación del País Valenciano a Catalunya pero que además nos conviene. Primero para defenderse de enemigos comunes, después para combatir en causas comunes y finalmente para no ser “bordes” ni contravenir a la naturaleza y a la razón.

Seguir

Permanecer en la ceremonia del lamento no sirve para nada. Acabamos de ver como se ha desarrollado el ridículo colectivo en pro del reconocimiento del Derecho Civil Valenciano en la Constitución que nos ampara. ¿Todos iguales ante la ley? No. Mienten a conciencia, sobre todo las dos formaciones políticas hegemónicas que nos gobiernan: PP y PSOE. Sus compañeros de viaje– Sumar (antes Podemos y/o Compromís) y Vox– tampoco se han involucrado. Los primeros, cuando gobernaron en la Generalitat y el nacionalismo español ultraderechista, por razones obvias. No les interesa ningún particularismo ni la autonomía de la Comunidad Valenciana. Todos borregos y al pesebre.

Vinculación indeseada

Es importante llamar a las cosas por su nombre. En el descuartizamiento interesado de los datos estadísticos y de otras magnitudes, nada neutrales, el País Valenciano ya ha sido degradado al anonimato, para ser incluido en el impreciso concepto de ‘litoral levantino’ a la hora de cuantificar la demanda turística. En plena contradicción se separa de esta delimitación imprecisa al turismo de las Baleares, territorio del Estado español situado más al este, el más levantino de la Península Ibérica. Cuyas cifras se excluyen en esta confusión premeditada para evitar que la suma resultante supere el crecimiento del 36% de la ‘industria turística’ predominante en España en términos económicos y laborales. ¿Qué sería de las principales empresas del Ibex ( Bancos, energéticas, constructoras, telecomunicaciones, grandes superficies comerciales, cadenas hoteleras, distribución, laboratorios farmacéuticos, logística y transporte e inmobiliarias, Mercadona y El Corte Inglés) sin la economía que reside en el País Valenciano, Catalunya y Baleares?

Posicionarse

La política que nos afecta ha entrado en una fase embarrada. Con el foco en el País Valenciano de 2024, los que perdieron – PSOE y Compromís– aún siguen sin enterarse y los vencedores –PP y Vox– no saben qué hacer con el juguete que les cayó del cielo el pasado 28 de mayo. El Estado Español anda revuelto en una enrabietada polémica entre amnistía sí o amnistía no, sin apenas valor añadido.¿Qué está en juego? La reestructuración equilibrada del territorio del Estado Español. Importa mucho a los valencianos cuál va a ser la apuesta de la mayoría gobernante en la Generalitat ante el posicionamiento geoestratégico que prevalecerá en España. Sabemos cuál fue el comportamiento de los Consells del Botànic durante dos legislaturas. No se clarificó y se dejó tan en mantillas el entramado legislativo que a la derecha gobernante no le resulta complicado desmantelar las tímidas decisiones adoptadas para volver a como quedaron en 2015.

Cordón mediterráneo

Si vamos a las cosas que interesan: la financiación autonómica valenciana sigue sin solucionarse de acuerdo a justicia ni con gobiernos estatales mayoritarios del PP ni del PSOE. Por ahí ninguna esperanza. El Corredor Mediterráneo ferroviario, pieza angular del estratégico Eje Mediterráneo, arrastra más de tres décadas de retraso (desde 1989) por razones exclusivamente políticas. Para que el País Valenciano no se aproxime física y económicamente a Catalunya sin que se potencie la vinculación de ambos territorios con el resto de Europa.. El Corredor Mediterráneo, que se finalizará con fondos europeos, será una realidad antes o después. Queda menos. El Puerto de València (APV que integra Sagunt y Gandia) una vez finalizada la polémica ampliación se convertirá en el recinto portuario comercial más relevante del frente mediterráneo español. Acabará estableciendo una alianza de sinergias y especialización con el Puerto de Barcelona para evitar duplicidades y las deseconomías que se derivan de una competencia mal entendida. Catalunya y el País Valenciano se aproximarán por el cordón umbilical del ecosistema marítimo que les es común. Dos grandes magnitudes macroeconómicas diversificadas unidas por la configuración líquida de un elemento diferenciador. Se puede retrasar pero no impedir.

Caixabank=Banco de València

En la polémica introducida recientemente de la localización de empresas catalanas fuera de Catalunya, la decisión en su día de las matrices de los dos grandes Bancos (al margen del Santander y BBVA) Caixabank y Sabadell, fue seguir en el Eje Mediterráneo, uno en València (Caixabank) y el otro en Alicante (Sabadell). Hacia Madrid – paraíso fiscal– no miró ninguno de los dos, independientemente de que sus centros operativos de decisiones estratégicas y jurídicas siguen en Barcelona y Sabadell. Un detalle: el rótulo del edificio donde tiene la sede Caixabank en la calle Pintor Sorolla - la city que domina– en la capital valenciana, mantiene la denominación del histórico Banco de Valencia, igual a Caixabank, cuya marca no aparece ni esbozada en ningún espacio exterior del edificio. Erró Junts al plantear la aberración de hipotéticas sanciones a las empresas que se sienten cómodas donde están, evitan las posibles dificultades de tener la sede social en Catalunya y se ahorran las críticas para su negocio en el resto del mercado español. El Eje Mediterráneo funciona. ¡Anticatalanistas –Mazón, Catalá, Flores, Barrera– temblad!

Discernir y decidir

Se incrementa el debate superfluo sobre qué territorio es el principal cliente y proveedor de mercancías, productos y servicios para el País Valenciano. Hay forzado interés en magnificar que Madrid supera a Catalunya, cuando tradicionalmente no era así. ¿Qué es Madrid más que un contenedor central donde van a parar los números y las magnitudes para engordar el distrito federal disfrazado de autonomía? Todo lo que compra y vende Madrid va a otros sitios y viene del resto de España. ¿Cuál es el mérito? Da lo mismo. El País Valenciano tiene pendientes varios retos por los que pasan conservadores y progresistas sin asumir responsabilidades. La reinvención pendiente: reconciliación interna territorial y sociocultural. Centralismo capitalino con Barberá-Catalá. Centro-periferia: València versus Alicante y Castelló. Ciudades frente a comarcas y poblaciones. Analizar, decidir y afrontar las relaciones vecinales y con zonas limítrofes: Castila- La Mancha (Cuenca Albacete, Castilla-León, Murcia, Aragón, Baleares y Catalunya, sin complejos. Conexión con los centros neurálgicos del Estado- Nación: Madrid, Catalunya, Euskadi, Andalucía y Galicia. Nexo con nudos transversales: Toledo (añoranza imperial), Lérida (aliada fraternal), Ciudad Real (camino transitable). Proyección externa al Estado paternal. Zonas de promoción y relación exterior: Unión Europea (con 27 socios-Estado) EE.UU. (la superpotencia alineada) ¿Por qué no se entiende y se aborda que la nervadura del País Valenciano y sus características específicas, lo sitúan más allá de la cerrazón a la tolerancia y la pluralidad que la enriquecen?

Galaxia de comunicación

El País Valenciano se encuentra inmerso en una coyuntura de cambio-continuidad. No es cierto que las dos legislaturas del Botànic (2015-2023) hayan consolidado la ruptura que no se consiguió desde la Transición a la democracia (1978-1982). Lo que comenzó con el esfuerzo común al calor del preautonómico Consell del País Valencià (Josep Lluís Albiñana y Enrique Monsonís) ha desembocado en la Generalitat, de síndrome alicantinista de Carlos Mazón, en estricta prolongación de las dos décadas de hegemonía del Partido Popular cuya era inició un señor afincado en Benidorm: Eduardo Zaplana, hoy pendiente de varias causas penales. La galaxia de los medios de comunicación autóctonos acusan la crisis que padecen y la dependencia de los poderes establecidos. Al perderse la conexión directa entre público lector y la potente maquinaria editora que gana o pierde dinero inexorablemente a diario, cuando está sometida a esa periodicidad, los resortes informativos requieren la garantía de estabilidad necesaria para sobrevivir en cualquier circunstancia. De ahí la ventaja y la agilidad que favorece a los medios digitales, más efímeros y menos constatables en la continua renovación de su materia prima: la información.

Información, lengua y cultura

La oferta valenciana de medios de comunicación acusa la inferioridad con respecto a la potentísima prensa que emana de la capital de España y también de la catalana. En este campo se requiere una política valenciana de comunicación que no estableció el Botànic y que no cabe esperar del gobierno de coalición PP-Vox. En los ocho años de alianza PSOE-Compromís no se consiguió restablecer la elemental conexión para que la TV3 de Catalunya y el ente radiotelevisivo valenciano A punt, pudieran ser seguidos en ambos territorios. Se hubiera conseguido recomponer un grave atentado, que perdura, contra la libertad de información que contraviene los derechos fundamentales de la persona, los principios básicos de la Unión Europea y la razón primera de la buena relación entre los territorios y los pueblos. La lengua catalana que escribía el laureado poeta de la burguesía, Todoro Lorente i Olivares, a medida que cruzaba el Ebro y se adentraba en la Plana y en el Maestrat, se iba convirtiendo en valenciano. La cultura en sus vertientes de aprendizaje y manifestaciones artísticas aún tiene más difícil la separación entre el País Valenciano y Catalunya, desde la fortuna y el enriquecimiento mutuo de la complementariedad. Otra dimensión la dan el extrañamiento, la soberbia y la ignorancia, en unos casos incomprensibles, mientras en otros se muestra inconveniente y de consecuencias desastrosas por insólitas con secuelas de complicada recuperación. 

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