La guerra a través de las señas de identidad que ha reavivado el PP ante su pérdida de apoyo electoral podría vivir un nuevo capítulo más duro con el recorte que pretende aplicar la Generalitat a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Así lo creen los partidos de la oposición y así se lo han espetado al PP, afirmando que el secesionismo lingüístico está detrás del recorte de 21 a 11 académicos los miembros que integrarán la Acadèmia.
Este cambio se incardina dentro de la batería de recortes que planifica el Consell para órganos autonómicos como el Comité Econòmic i Social, el Consell Jurídic Consultiu, el Consell Valencià de Cultura o la propia AVL, todos ellos en aras del ahorro, bajo el mantra “más sociedad y menos administración” continuamente pronunciado por el conseller Serafín Castellano. Pero en el caso de la AVL las sensibilidades estaban todavía más a flor de piel.
Durante la sesión el PP ha rechazado en solitario dos enmiendas a la totalidad presentadas por Compromís y EU a esta ley que sustituirá a la propia ley de creación de la AVL, y los partidos progresistas han coincidido en afirmar que con ello se liquidará la “paz social” que se consiguió con esta academia impulsado por el primer gobierno de Eduardo Zaplana.
Así tanto PSPV como Compromís y EU han rechazado la argumentación economicista del ahorro esgrimida por el PP y han lamentado que la maniobra es un intento de “controlar” una institución que defiende la unidad de la lengua con el catalán para favorecer las teorías secesionistas.
En defensa de la nueva ley, el diputado del PP Fernando Giner, declarado defensor del secesionismo lingüístico, afirmó que “la lengua no la hacen los iluminados, la hace el pueblo”, tachando de “pseudociencia” a las enseñanzas de las universidades y criticando que los partidos de opinión “niegan la discrepancia” por rechazar la separación de las lenguas.
Por su parte desde Esquerra Unida Lluís Torró criticó que Giner hiciera “apología de la ignorancia”, a la vez que destacaba que esta reforma se hace a tres años de que la renovación de los miembros de la AVL se produzca sin injerencia política, porque sería votada por los propios académicos.
Desde Compromís Josep Maria Pañella aseguró que el criterio económico es “mentira”, y lo que se pretende realmente es una maniobra “electoralista” en la línea de combatir un posible pacto de izquierdas en 2015 con la lengua como arma arrojadiza.
Por su parte desde el PSPV Vicenta Crespo, capaz de hablar de “idioma valenciano” y de “unidad de la lengua” en dos frases seguidas sin ruborizarse, afirmó que su partido dio apoyo a la reconciliación en 1998 con la creación de la AVL, pero que con esta nueva ley el PP “romperá la paz social” y “crispará” a los valencianos.