Comencé este viaje con mucha ilusión y optimismo, aunque no sabía que me esperaban dos vuelos, 11 horas de avión, 3 horas de espera para salir del aeropuerto de la India y otras tantas de coche hasta llegar a Anantapur.
Ilusión porque iba a compartir esta experiencia con un grupo de empresarios, profesionales preocupados por la responsabilidad social empresarial y líderes empresariales que entienden la necesidad de sumar sinergias para construir una sociedad más justa e igualitaria.
Y con el optimismo de saber que solo desde el trabajo decidido y continuado se pueden cambiar las cosas. Vicente Ferrer y Anna Ferrer han demostrado a todo el mundo que 50 años atrás tenían muy claro qué modelo de cooperación que querían desarrollar en Anantapur, que aquella utopía irrealizable hoy es una realidad, pero no de esas que aparecen en los papeles, sino una realidad que nosotros hemos visto y sentido desde el primer minuto que llegamos aquí.
Hoy hemos visto la cara de esperanza en las niñas del orfanato afectadas por VIH que ahora tienen una oportunidad. De los niños y niñas del hospital pediátrico donde tienen una atención sanitaria que muchos de sus compañeros no tienen en India. O la ilusión de los niños con discapacidad que tienen no sólo la atención especializada de sus padres y madres, sino que además cuentan con un centro que los acoge y estimula. Esto nosotros y nosotras hemos tenido la oportunidad de verlo de la mano de Anna Ferrer en el campus sanitario de Bathalapalli creado y gestionado por la Fundación Vicente Ferrer.
Construir desde la nada. Remover todos los obstáculos, sociales, políticos y económicos. Sumar esfuerzos personales e institucionales. Creer y hacer creer que el futuro está en nuestras manos. Trabajar sabiendo que la tarea no tiene fin y que superados los primeros retos aparecen nuevos tan importantes y vitales como los anteriores. Construir con la complicidad y la implicación de la gente. Sumar más y más manos en la misma tarea, dar voz a los que no tienen voz para que construyan su presente y su futuro.
Mañana seguimos con dos elementos fundamentales para construir territorios inclusivos: educación y vivienda. Dos ámbitos vitales para el desarrollo de las personas. Una vivienda digna y una educación para todos y todo que les permita construir el proyecto de vida.
Construir el mundo que queremos no es una utopía. Trabajar juntos creando alianzas para liderar proyectos participativos que desde lo local permitan construir el mundo que queremos tampoco lo es. Por ello nuestra tarea ha de estar ahí. Desde el optimismo y el trabajo continuado nosotros decidimos qué mundo, sociedad, pueblo y ciudad queremos. Nuestra apuesta es clara y decidida por lograr un mundo sostenible social, económica y medioambientalmente. Está en nuestra mano.
*Federico Buyolo es Director General de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana