La Comunitat Valenciana se ha convertido en un trofeo deseado para las fuerzas estatales. Tras 20 años de hegemonía del PP los comicios autonómicos y municipales de 2015, en los que la izquierda compuesta por tres formaciones obtuvo la mayoría, iniciaron un vuelco en el resto del Estado. Comenzaron las llamadas alcaldías 'del cambio' y los ensayos de los Gobiernos de coalición, donde el PSOE tuvo que pactar con fuerzas a su izquierda para liderar Ejecutivos autonómicos bicolor. En el caso valenciano, este modelo arrancó con un pacto del PSPV y Compromís en la Generalitat, con Ximo Puig al frente y el apoyo parlamentario de Podemos, que entró en el Gobierno autonómico tras las elecciones de 2019. En estos ocho años, la Comunitat Valenciana ha sido la única en aprobar sus presupuestos en tiempo y forma y se ha proyectado como ejemplo de estabilidad institucional, con una aprobación notable de las políticas públicas, según el CIS: más de la mitad de los valencianos cree que la comunidad ha mejorado.
Por su tamaño, su población y su posicionamiento económico, es un territorio clave y sus resultados se leerán en el marco estatal. Son cinco millones de habitantes (un 12% del Estado) y 3,7 millones de votantes en estos comicios. Los partidos con implantación estatal, especialmente PP y PSOE, ven en el territorio una suerte de anticipo de lo que sucederá en las elecciones generales previstas para finales de año. Lo que ocurra en la Generalitat Valenciana, el principal feudo de la izquierda, medirá el pulso nacional, del mismo modo que lo que ocurra en el Ayuntamiento de València condicionará la fuerzas autonómicas.
En estas elecciones, la derecha ha tratado de establecer un marco de cambio de ciclo, una retórica que arrancó con la victoria del PP en Andalucía. Los partidos del Pacto del Botánico (PSPV, Compromís y Unides Podem) han tratado de resistir la artillería del PP, que ha volcado sus esfuerzos en el principal territorio liderado por los socialistas, con especial presencia de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, llenando la campaña de referencias estatales. Desde Ferraz se ha llevado una estrategia similar, reforzando la presencia de Pedro Sánchez y los ministros del ala socialista del Gobierno en actos, además de realizar en la capital valenciana sus últimas convenciones. A los socialistas valencianos les ha molestado la idea de estatalizar una campaña, como ha apuntado su dirigente, Ximo Puig. “La Comunitat Valenciana no es un trofeo para nadie”, afirmó recientemente en un foro, para añadir: “Lo que se decide ahora es fundamental y luego vendrán otras elecciones en las que se decidirán otras cosas importantes”.
También Unidas Podemos, sabedores de que se encuentran en un momento delicado, con los sondeos apuntando a la baja y con una posición complicada en las nacionalidades históricas que cuentan con partidos arraigados (Andalucía, Catalunya, Euskadi o la Comunitat Valenciana), ha incrementado su presencia. La plaza de toros, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el Jardín del Túria han sido sus escenarios. Las direcciones de los partidos estatales han puesto tal empeño en la plaza valenciana que el resultado tendrá una lectura psicológica: éxito o fracaso, sin término medio; quién gana y quién pierde.
En la Comunitat Valenciana 3,7 millones de personas están llamadas a votar en estos comicios, en un territorio en el que la participación supera históricamente el 70%. En las últimas elecciones autonómicas, que coincidieron con las generales, votó el 73,73% del censo: casi 2,7 millones de personas. El CIS estima que el 25,5% de los ciudadanos decidirá a quién votar en las elecciones municipales de este domingo y que un 14% lo hará en los últimos dos días. En este marco, los resultados de las municipales y autonómicas se interpretan en clave estatal: el inicio de un cambio de ciclo político o la consolidación del modelo actual.
Las encuestas apuntan a una mayoría ajustada del Botánico
El grueso de las encuestas publicadas en el último mes apunta a un resultado ajustado entre los bloques de izquierda y derecha, aunque esta última no alcanza la mayoría suficiente para gobernar. La proyección es muy similar a la de 2015 y la de 2019, donde la mayoría fue muy ajustada. Según la encuesta realizada por Simple Lógica para elDiario.es, la suma de izquierdas arroja entre 50 y 52 diputados de un parlamento con 99 asientos en total en el que la mayoría absoluta está en 50 escaños, mientras que la derecha formada por PP y Vox oscila entre los 47 y 49. En todos los escenarios proyectados, el bloque de izquierdas supera al de derechas, y aunque este último sube dos escaños respecto a su situación actual, no obtendría el respaldo parlamentario suficiente para gobernar. Ningún sondeo hasta la fecha ha proyectado la posibilidad de que Ciudadanos, que consiguió 18 escaños, permanezca en las Corts Valencianes. La disolución del partido autosituado en el centro llevará esos votos a PP y Vox: dos tercios de los escaños a los populares, uno a la ultraderecha.
Valencia es la circunscripción donde la izquierda tiene más margen para crecer, según los sondeos. De los 40 escaños que reparte la provincia, los partidos del Botánico tienen 22 (10 el PSPV, 9 Compromís, 3 Unides Podem), frente a los 18 de la suma de PP, Cs y Vox y los sondeos apuntan que la izquierda podría sumar uno más, que sería para el PSPV. No en vano el presidente de la Generalitat y candidato socialista, Ximo Puig, decidió encabezar la lista por esta circunscripción, pese a ser natural de Morella (Castellón) donde siempre ha sido el número uno.
Por contra, es en Alicante donde la derecha mantiene su fuerza. Actualmente tienen 18 de 35 escaños en la provincia, que mantendrían según las encuestas. El candidato del PP, Carlos Mazón, se mantiene en su feudo, donde la derecha ganaría por un diputado autonómico y cuenta con un arraigo municipal consolidado desde finales de los ochenta. En Castellón la derecha también tiene posibilidad de sumar un escaño; actualmente la izquierda cuenta con 13 de los 24 a repartir, mientras que los sondeos apuntan que podría darse un empate a 12 entre bloques.
La barrera del 5%
Para revalidad un tercer gobierno del Pacto del Botánico será crucial que Unides Podem-Esquerra Unida aguante por encima del 5% del voto, una línea que según los sondeos superará. La previsión de Simple Lógica los deja en un 6,7% del voto; el CIS en el 6%, frente al 8% que consiguieron en los pasados comicios, con ocho diputados. La Comunitat Valenciana cuenta con la barrera electoral más elevada del Estado, que ha dejado históricamente a formaciones que superan los 100.000 votos sin representación. Todos los intentos de reformarla esta legislatura para homologarla al resto de comunidades han sido frustrados, con la oposición de PP, Ciudadanos y Vox. Con una mayoría que depende de tres escaños, todos los focos están puestos en los representantes de Unides Podem-Esquerra Unida.
El listón electoral también hace peligrar el Ayuntamiento de València para la izquierda. En los últimos comicios, Unides Podem-Esquerra Unida quedó fuera del consistorio con un 4,17% de los votos, 16.000 papeletas en total. La coalición perdió la mitad del porcentaje de apoyos (obtuvo un 9%) y más de 30.000 votos en comparación con la primera candidatura de confluencia, València en Comú, que se presentó en 2015 separada de Esquerra Unida. La plataforma cosechó en su primera convocatoria 40.400 votos y tres concejales, mientras que Esquerra Unida, que tuvo por su cuenta casi 20.000 votos y un 4,7% de apoyos, se quedó sin representación. Por separado sumaron casi 60.000 papeletas; juntos se quedaron en 16.000. Con todo, la diferencia entre el bloque de izquierdas y el de derechas en el Ayuntamiento de València fue de un solo escaño en ambas convocatorias: 16 la derecha, 17 la izquierda; Compromís y el PSPV recogieron buena parte del voto de la tercera formación. Los socialistas consiguieron 74.597 votos y 7 concejales; los valencianistas, con Joan Ribó a la cabeza, más de 106.000, con 10 concejales.
En la capital valenciana el PP fue la segunda fuerza política, con 84.300 votos y 8 concejales, uno más que el PSPV. Ciudadanos obtuvo 68.283 -seis asientos en el Ayuntamiento- y Vox 28.126, lo que le valió dos concejales. Igual que a nivel autonómico, probablemente el voto naranja se disuelva entre el azul y el verde. Por bloques, teniendo en cuenta las fuerzas que superaron el umbral del 5%, la diferencia de votos entre la izquierda y la derecha fue de apenas un millar de papeletas.
Para Unides Podem, el riesgo que implica el 5% “demuestra” que son “imprescindibles” para revalidar las mayorías de izquierdas. Los dirigentes de Podemos e Izquierda Unida insisten en esta cuestión a nivel estatal, autonómico y municipal, apelando tanto a la aritmética como a la correlación de fuerzas: un gobierno con mayor presencia de su formación 'fuerza' al resto a emprender políticas transformadoras, sostienen. Conscientes de esta limitación, numerosos representantes de su espacio político han intensificado su agenda en la Comunitat Valenciana: Irene Montero, Ione Belarra o Alberto Garzón han participado en mítines y Pablo Iglesias ha cerrado la campaña de Unides Podem en València este viernes. También la líder de Sumar, Yolanda Díaz, que ha apoyado al candidato de Unides Podem a las elecciones autonómicas y al actual alcalde de València, de Compromís, para las municipales. Díaz pidió el jueves el voto para “la alcaldía de Joan Ribó”, llamando a sumar a las fuerzas progresistas, un gesto que ha enfadado a sus compañeros de gobierno.
Censo y nuevos votantes
En las elecciones del próximo 28 de mayo están llamados a las urnas para los comicios autonómicos 3.731.984 personas. Del total, según los datos de la Delegación del Gobierno, 125.708 son españoles residentes en el extranjero e inscritos en el Censo de los Electores Residentes-Ausentes (CERA). Por circunscripciones, Valencia es la provincia que más electores tiene, 1.997.365 en concreto; seguida de Alicante, con 1.304.361. Castellón cuenta 430.232, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El número de electores en la Comunitat Valenciana para las municipales asciende a 3.680.268 en todo el territorio autonómico. Del total, 73.992 son extranjeros inscritos en el Censo de Electores Extranjeros con derecho a voto (CERE).
Los nuevos electores que se incorporan en estos comicios son 166.230 respecto a los últimos comicios celebrados, las Elecciones Generales de noviembre de 2019, mientras que respecto a las pasadas municipales y europeas, del 26 de mayo de 2019, las nuevas incorporaciones suman 186.871. Los expertos apuntan a una “preocupante” desafección política entre quienes se incorporan al ejercicio del derecho al voto, que son el 4,5% del total de los llamados a las urnas este domingo. Según el último CIS, el 60% irá a votar y un tercio no tiene decidido a quién.
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