Democracia, justicia social, globalización, la importancia de la política, la apropiación indebida del concepto de libertad... Numerosos son los temas que preocupan a Manuel Alcaraz, exconseller de Transparencia del Gobierno valenciano y profesor de Derecho, que ha ido dejándolos ver en su columna dominical en los últimos años. El primer conseller de Transparencia del Gobierno del Pacto del Botánico, artífice de la arquitectura institucional que realizó la transición de un Ejecutivo manchado por la corrupción a uno que ha hecho de la participación democrática una de sus banderas, publica tres años después El oficio de Casandra: escritos de paciencia política.
El libro, editado por Tirant Lo Blanch, parte del análisis político que el exconseller ha venido realizando semanalmente, repensando algunas cuestiones e incorporando textos inéditos. Acompañado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; la vicepresidenta, Aitana Mas; el director de la colección, Salvador Vives, y Joan Romero, catedrático de Geografía Humana y parte del comité editorial, el exconseller ha definido su libro como “una gran declaración de amor a la política cuando la política decae”.
Para Alcaraz, que considera los artículos como punto de partida para otras reflexiones, la democracia vive en permanente contradicción: “El sectarismo es tan inevitable como dañino para la democracia”. “Intento una reflexión global sobre la crisis de la teoría, la desatención de muchos políticos sobre las fuentes de conocimiento”, y cómo se relaciona con el sistema comunicacional, apunta el exconseller, que ha recordado con cariño su trabajo en el Ejecutivo autonómico. Alcaraz se muestra preocupado por la deriva de los algunos dirigentes políticos, a los que cree que falta perspectiva y reflexión. “Fijarnos en cómo decir las cosas y no en qué es uno de los grandes problemas”, ha advertido, situándose a sí mismo como una Casandra contemporánea que, como en el mito, tenía el don de la adivinación, pero no era creída. El libro ensalza la paciencia como virtud, que es la que permite la reflexión y sienta las bases del sistema democrático.
El president ha destacado el “papel extraordinario” del exconseller en el Gobierno autonómico y considera que hace una “enorme e inteligente defensa de la política”. Mas, que fue directora general de Transparencia con Alcaraz, ha hecho hincapié en la construcción de esa cultura democrática y participativa. “El deterioro político se produce por una falta de reflexión”, ha apuntado Puig, en la misma línea que Romero: “Las razones y los argumentos son los fundamentos de la conversación democrática”.
Romero, autor del prólogo, destaca la obra enmarcada en el análisis de sociedades en crisis, “sociedades desconcertadas, presente comprimido o presente precario”, en “mundos cerrados donde es difícil construir relatos para las próximas décadas”. Y esa paradoja, que Alcaraz aborda en varios textos, provoca pérdida de sentido de pertenencia a una comunidad política, que “hace que sea difícil construir relatos para amplias capas sociales”.