El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha afirmado, en relación a las discrepancias entre los socios del Gobierno de España, PSOE y Unidas Podemos, que “el ruido nunca ayuda, y sobre todo en este momento”. “Tenemos que ser conscientes de la responsabilidad histórica de los que gobernamos hoy y también los que están en la oposición. Tenemos que ser conscientes de la angustia que viven millones de personas”, ha manifestado.
Así se ha manifestado Puig en una entrevista concedida a Europa Press, en la que ha argumentado que es “el momento de la mayor conciencia de la responsabilidad”, por lo que “cada uno debe defender su posición” pero “acompañado de un sentido de la prudencia y del peso de la responsabilidad”. “Eso es lo que corresponde ahora”, ha manifestado.
Preguntado sobre la posición del vicepresidente Pablo Iglesias, ha señalado: “Nunca voy a hacer valoraciones respecto a lo que hace nadie. Lo que creo es que el ruido en este momento no ayuda, pero no digo que no se puedan expresar, faltaría más, las opiniones, pero creo que hay mucho espacio de conectividad que no tiene que estar planteado en términos de bipolaridad o de confrontación”.
Para Puig, la “polarización en España es muy negativa” y “no corresponde con lo que la ciudadanía necesita y exige”. Por eso, ha considerado que “no hay que estar permanentemente intentando visibilizar la diferencia”. “Creo que en general no se trata de estar cada uno permanentemente marcando el territorio”.
También se ha referido Puig a la situación en Cataluña, donde ha destacado la victoria de Salvador Illa, pero ha matizado que “de alguna manera, continúa la división”. Así, ha lamentado que los partidos independentistas “ya han dicho que no va a haber ningún tipo de capacidad de intersección”, algo que considera que “objetivamente no es positivo”.
No obstante, confía “mucho” en Illa para “que se inicie un proceso en el que de alguna manera el diálogo triunfe”. Además, espera que el nuevo ejecutivo catalán “gobierne para toda Cataluña”, y ve “fundamental” que se produzca el “reencuentro” y “acabar con una situación de polarización” que considera “muy negativa”.
Así, Puig ha abogado por “cumplir con las reglas que se han dictado democráticamente”, y ha remarcado que “se puede cambiar la constitución y el estatuto de autonomía”, pero que se debe hacer “de acuerdo con el marco democrático”.
“Desde luego España es una democracia con todas las dificultades que tienen todas las democracias. No hay en estos momentos tampoco un país en el que todos los items y los indicadores de democracia sean el 100%. Todos tenemos nuestras dificultades y nuestras insuficiencias. Porque claro que hay insuficiencias en nuestro estado”, ha aseverado.
El futuro del Gobierno catalán
Preguntado por las relaciones con el futuro gobierno catalán, Puig ha expresado: “Nuestras relaciones siempre son desde el respeto, el diálogo y la voluntad de acuerdo en todo aquello que sea posible”.
Así, Puig cree que “va a cambiar” el gobierno catalán y que “no va a ser el mismo”. “Las veces que he hablado con Pere Aragonès que parece que puede ser el presidente, la relación ha sido positiva. Debemos actuar en defensa del interés general y desde el respeto. Si hay respeto se puede hablar siempre, y si hay voluntad de diálogo puede avanzar”.
Por ello, ha pedido esperar a ver cómo queda finalmente el gobierno catalán: “Estamos hablando de que puede ser Aragonès porque se ha manifestado así en muchos medios, pero ya sabemos que Illa ganó las elecciones aunque va a tener difícil forjar una mayoría”.
Para Puig, Cataluña es una comunidad “con la que tenemos mucha relación económica, social y cultural”, y ha lamentado las épocas de “incomunicación absoluta” con el PP en la Generalitat Valenciana o la “última etapa” de los independentistas en la catalana.
El PP y la radicalidad
Por otra parte, preguntado respecto de la situación del PP a nivel estatal, ha afirmado que “sería bueno que orillara la radicalidad”. “La radicalidad lo único que produce es resultados para el partido más radical de la derecha”.
Preguntado sobre el cambio de la sede de Génova, ha señalado que “no es quién” para valorarlo, aunque cree que “hay que superar todo lo que fue una etapa negra para España y la Comunidad Valenciana”.
También se ha referido a la postura de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de quien ha criticado la “actitud hostil” respecto a la “descentralización de España y a la propia realidad autonómica”. “A mí me preocupa que no haya la más mínima sensibilidad respecto al espacio común”, ha aseverado.
También ha criticado su posicionamiento en el Consejo Interterritorial. Para Puig, estas actitudes “hacen mucho daño al conjunto”, aunque cree que “esto va más allá del partidismo”, y ha puesto como ejemplo las actuaciones de Madrid y Castilla y León, gobernadas por los mismos partidos.
Por ello, ha criticado que “refugiarse en aquello de Madrid es España y España es Madrid es desconocer lo que ha sido la España de estas últimas décadas de consolidación del espacio autonómico”.
“A mí lo que me preocupa es que esa posición de hostilidad a la realidad plural de España acabe mermando las posibilidades de la reforma de financiación”. En este sentido, ha criticado que “no puede ser que el centralismo actúe como una aspiradora de nuestras capacidades de desarrollo”.
Modelo de financiación
Respecto al cambio de modelo de financiación, ha defendido que es “absolutamente imprescindible” que se produzca este debate y se resuelva porque “lo que está en juego es la equidad entre españoles y la suficiencia para llevar a cabo las políticas”.
Preguntado sobre cuándo va a llegar este cambio, ha argumentado que “al menos se ha podido avanzar en la convergencia con la inversión y el gasto social” en los últimos años, “a pesar de que sea a base de FLA”.
Sin embargo, considera que “esta es una situación que se tiene que resolver”. “Yo entiendo que nuestras urgencias de hoy pasan por superar la pandemia y la recuperación económica, pero hay cuestiones que afectan al propio funcionamiento del Estado que no se pueden postergar de una manera definitiva o casi definitiva”.
En este sentido, ha incidido en la necesidad de un “acuerdo territorial” para aprobar este cambio del modelo, así como un acuerdo político. En este punto, ha cuestionado la posición de los 'populares': “Si el PP en estos momentos es incapaz de llegar a acuerdos mínimos, yo estoy muy preocupado de cómo se puede llegar a un acuerdo que tiene más dificultades como el de financiación”.
Por ello, ha defendido que es “exigible a todos”, tanto oposición como gobierno, que “se mire un poco más allá de lo que es el propio interés particular partidista”.