Ximo Puig reclama al Gobierno una descentralización en la gestión de los fondos europeos en la Conferencia de Presidentes

Un año después de la última conferencia de presidentes, un encuentro tan habitual durante los primeros meses de la pandemia -se reunió en más ocasiones durante el estado de alarma que en la legislatura del PP al completo- el clima de consenso se ha desdibujado. La Comunidad de Madrid, que el miércoles negaba la infrafinanciación valenciana y evitó que se compensara a territorios con un lastre en las cuentas a través del fondo COVID, amenaza con abandonar el espacio de diálogo, una amenaza que ha culminado Catalunya, cuyo presidente no acudirá.

El Gobierno central ha planteado tres puntos en su agenda: los fondos europeos, la pandemia y el reto demográfico. Los gobiernos autonómicos dispondrán de cinco minutos para marcar la suya. En la del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, aparecen dos conceptos: financiación autonómica y descentralización.

El dirigente socialista reclama al Gobierno central que ceda parte de la gestión de los llamados proyectos tractores (PERTE, por sus siglas) a las comunidades autónomas para que los territorios puedan presentar proyectos propios. Hasta la fecha, estos grandes proyectos, que concentran el grueso de los fondos a repartir, vienen convocados por los respectivos ministerios. “Queremos PERTEs autonómicos”, ha reclamado el president en declaraciones a los medios previas a la conferencia de presidentes, para facilitar el acceso a las pequeñas y medianas empresas. La forma en la que se conciben los fondos hace que sean los proyectos de gran envergadura -y por tanto las grandes empresas, capaces de asumir los costes- quienes opten a los principales proyectos transformadores, pero el tejido pequeño y mediano puede aprovechar otras salidas, entre ellas la de la digitalización, que se podrán canalizar por otras vías como los institutos tecnológicos, según expresó el conseller de Economía Rafa Climent en una entrevista reciente con elDiario.es.

El presidente valenciano también planteará cuestiones relacionadas con la COVID persistente y la Salud Mental, un campo para el que ha creado un comisionado. En las reuniones quincenales con los expertos para evaluar la pandemia, sus asesores insisten en prestar atención a esta agenda invisibilizada.

Entre los plantes de otras autonomías y el formato encorsetado el dirigente valenciano insiste en fomentar la cogobernanza y los espacios para el acuerdo en aras de resolver uno de los mayores problemas de su territorio: la falta de fondos para cubrir los servicios públicos básicos. La Comunitat Valenciana ya tiene una deuda equivalente al 49% de su Producto Interior Bruto, una cifra que, si fuera la línea de salida en una carrera, implicaría que sus velocistas deben correr más kilómetros y más rápido para llegar al mismo lugar que la media de españoles.

El dirigente socialista acude a la cita dispuesto a reivindicar una agenda con la que le presionan sus socios de gobierno y la oposición. Puig lleva semanas preparando encuentros con otros dirigentes autonómicos para acelerar la reforma del sistema caduco que lastra a las autonomías en general y a la valenciana, murciana o andaluza en particular. De momento, su conseller de Hacienda ha conseguido que el ministerio de Maria Jesús Montero acceda a celebrar un foro monográfico sobre financiación autonómica en el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera, aunque el anuncio no entusiasma a sus aliados de Compromís y Unides Podem. El viernes, asegura, volverá a poner la cuestión sobre la mesa.