PP y C's agitan la guerra identitaria mientras Compromís afirma que “no nos obsesionan las banderas”
Durante las últimas horas la vorágine del discurso antinacionalista/anticatalanista que emplean PP y Ciudadanos contra la izquierda y fundamentalmente contra Compromís, ha hecho que el líder de C's, Albert Rivera, se hundiera más en la metedura de pata de un asesor del PP, que acusó al nuevo alcalde de Valencia, Joan Ribó, de haber retirado una bandera de España, cuando en realidad esta se había enrollado en su mástil por el viento.
En su discurso Rivera reprochaba al PSOE que “no se puede dar la alcaldía de Valencia a un partido que tiene como primera medida de Gobierno quitar la bandera de España, que es lo que ha hecho Compromís”; esta afirmación fue replicada después por el diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, con un tuit que donde manifestaba “Hola Albert Rivera! En Compromís no nos obsesionan las banderas. Nos obsesiona quitar corruptos. Y algunos continúan gracias a vosotros.”, en referencia a la alcaldesa de Benicàssim, del PP, imputada por presunta corrupción.
Ciudadanos empezó la guerra identitaria y la lucha al nacionalismo periférico el mismo día de después de las elecciones autonómicas cuando la candidata Carolina punset afirmó que el resultado de Compromís “no es una buena noticia” porque “va a trabajar al servicio del nacionalismo valenciano”, así posteriormente se ofrecían al PSPV para frenar el “pancatalanismo” de Mónica Oltra. Así llegaban a alertar de la gestión que podrían realizar en Compromís de la conselleria de Educación y Cultura, aasegurando que los nacionalistas “instrumentalizan de manera definitiva para imponer su visión de la jugada, bastante totalitaria y tóxica para la sociedad”.
En el ámbito municipal, durante las negociaciones para la alcaldía de Valencia C's llegó a ofrecer a su candidato a PSPV y PP para que no fuese investido Joan Ribó (Compromís). El frentismo contra Compromís ha llegado hasta el extremo de que Ciudadanos ha expulsado a 9 concejales precisamente por haber pactado con la formación valencianista.
PP
Precisamente el PP ha sido el partido que, estando en el gobierno autonómico, más ha querido dirigir la política de símbolos y de banderas imponiendo su visión conservador. Así ha llegado a prohibir el uso por parte de cualquier formación en la documentación oficial del término “País Valenciano”, así como el veto a las emisión de TV3 y Catalunya Ràdio en territorio valenciano; también ha querido prohibir a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) que defina el término “valenciano” como variedad del catalán, imposición que también quería trasladar hasta a la RAE (Real Academia Española).
El intento de control de la política identitaria ha llevado al PP incluso a crear un Ley de Señas de Identidad rechazada por la oposición, así como por las Universidades y también por el Consell Valencià de Cultura y la AVL. Esta ley incluía la creción de un observatorio inquisitorial que retirara la financiación a los colectivos que discreparan con la política cultural del PP, según se ha reconocido desde el propio partido.
Por lo que respecta a la educación, “instrumentalización” que repudia ciudadanos, el PP ha llegado a aprobar la creación de una asignatura conocida como 'ADN valenciano' en la cual se pretende dar nociones de las características fundamentales de la cultura valenciana, según también la óptica del PP.
Con todo ello el PP ha atacado virulentamente a los partidos progresistas usando la cuestión identitaria, llegando a acusarles abiertamente de ser independentistas, y el mismo Alberto Fabra se reivindicaba como “dique de contención del separatismo catalán del tripartito”. Así el PP alzaba banderas, sobre todo españolas, como la gigante que ondea en la Albereda y que costó 15.000 euros al ayuntamiento, o la que amadrinó la misma exalcaldesa de Valencia para la Guardia Civi.
Nuevo gobierno
Con el nuevo gobierno progresista que está a punto de cuajar nadie ha comentado la política cultural ni la de contenidos de educación como uno de los primeros objetivos a abordar. Es más, precisamente Educación y Cultura, junto con la cartera de Sanidad, son las dos áreas que PSPV y Compromís han pactado que estén gestionadas por personas independientes.
Los partidos progresistas muestran su intención de dejar en una segunda línea la política de símbolos y evitar así su instrumentalización política. Así el mismo Enric Morera, líder del Bloc (facción valencianista de Compromís) ha llegado a decir que no se quieren “confrontar banderas”, que su política es la de la “pluralidad” y no la de la “imposición del PP”, a quien ha acusado de querer implantar “una única visión de cómo sentirse uno valenciano”.