A pie de territorio: los afectados por el incendio de Llutxent podrán presentar sus proyectos de reforestación

El mayor incendio en el monte valenciano en lo que va de año se llevó por delante más de 3.000 hectáreas de suelo y obligó a desalojar a 2.500 familias. En concreto, el fuego originado en Llutxent el pasado agosto se llevó por delante 840 hectáreas de esta localidad; 948 en Gandía, 820 en Pinet, 150 en Ador, 87 en Barx y 11,5 en Quatretonda.

A un mes de haberse extinguido, se estima que en breve comiencen las tareas de reparación. Aparte de las consecuencias más evidentes del incendio, en el aspecto forestal se ha consumido la cubierta vegetal del suelo, de forma que ha perdido su protección inmediata frente a la acción del viento y la lluvia. Un aspecto especialmente relevante dado que es la zona con más precipitaciones torrenciales del Estado y que, como se explicó durante las tareas de extinción, está formada por elevadas pendientes. Una combinación nada favorable para el ecosistema que peligra con la llegada del otoño.

Las características de la orografía recomiendan realizar una serie de intervenciones para mitigar los procesos erosivos, reducir la escorrentía superficial, para prevenir posibles inundaciones aguas abajo de la zona incendiada, y actuar sobre la vegetación, para garantizar su adecuada regeneración, explican desde la Conselleria Medio Ambiente.

El Gobierno valenciano aprobó el pasado martes el acuerdo para organizar las ayudas de emergencia. El decreto abre la posibilidad de que sean los propios ayuntamientos los que presenten estimaciones de daños y propongan actuaciones en las zonas afectadas. Y en la segunda fase se da un paso más: por primera vez los consistorios pueden participar en la acción directa del postincendio, en la reforestación y reconstrucción de los daños causados.

La opción, explican desde Medio Ambiente, permite la actuación urgente también en las zonas agroforestales afectadas y sirve para concienciación socioambiental desde la participación pública. Los ámbitos en los que podrán operar, con asesoramiento de la consellería si lo estiman oportuno, son la recuperación y regeneración de suelos y paisajes agroforestales. La Diputación de Valencia también ofrecerá apoyo y supervisión técnica.

En Llutxent, la localidad más afectada por las llamas este verano, plantearon desde la segunda jornada del incendio un plan de voluntariado. “Estamos muy orgullosos del paraje y queríamos recuperar la ilusión”, dice el alcalde, Pep Estornell, a eldiario.es. Para ello, idearon el plan 'Fénix', un nombre bastante dado al objetivo de resurgir de las cenizas. Con los inscritos en el programa, de momento alrededor de 150 personas, se pretende elaborar un plan de reforestación y tareas pedagógicas al inicio de las clases.

El alcalde baraja también la creación de un vivero para que crezcan las especies que se tienen que replantar y la recuperación de un aula ambiental que se calcinó, imitando las formas de construcción de la zona. Al margen de las ayudas de Medio Ambiente, explica el primer edil, trabajarán por un plan para mantener el ganado en el entorno, una solución eficaz para el control de la vegetación. Desde su ayuntamiento, propondrán un plan de prevención y actuaciones posticendio para repoblar y reparar las más de 800 hectáreas afectadas en su término municipal, de las que 125 son de parque natural.  

Estornell explica que han mantenido un encuentro informal con los titulares de la consellería para ir con los deberes hechos a la mesa del próximo 13 de septiembre, que concretará las actuaciones. “Encontramos mucha sensibilidad en la consellería”, valora el alcalde. De momento, los siete municipios afectados trabajan en el desarrollo de los planes y el recuento de daños. Desde la aprobación del decreto de ayudas, los municipios tendrán 45 días para evaluar las áreas afectadas y poder pedir la asistencia económica.