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La reforma laboral que nos lleva como reses al barranco

David Torres

Poco ha durado la euforia de algunos sectores ante el descenso histórico del paro en este año 2015.

Nos anunciaba la semana pasada la Encuesta de Población Activa (EPA) que cerrábamos el año 2015 con 49.000 personas desempleadas menos en la Comunitat Valenciana y 678.200 en España, muchas de las cuáles, la mayoría, llevaban al menos un año sin trabajo y corrían el riesgo de convertirse en paradas de larga duración.

Pero más allá de la euforia que viven algunos partidos, si algo hemos aprendido en estos años los que desde fuera de la vida política analizábamos la realidad social es a mirar con lupa los datos y estudiar qué se esconde detrás de ellos y de los titulares que los acompañan.

Por ejemplo, nos sorprendía que se pasaran por alto que durante esta última legislatura de Rajoy tenemos 560.000 persones menos activas, que hay 60.000 ocupadas menos y 174.000 inactivas más. Efectivamente el desempleo se ha reducido en 500.000 personas en 4 años, pero no a costa de que haya más ocupados, sino de una importante salida de población del mercado de trabajo y de un reparto espurio de los empleos, ya que se han generado empleos de pocas horas y muy bajos salarios. Por lo que asistimos a un escenario con más inactivas y más empleo precario, y por tanto, a una pérdida generalizada de derechos y a un drástico cambio de relaciones laborales.

Una “supuesta” mejora, basada en la precariedad que ha estado repartiendo el PP con su reforma laboral, que la UE pide que se amplíe y que C's pretende agravar con su propuesta del contrato único, una propuesta que abanderaron y que han tenido que esconder cuando ya todas sabemos que supondría un retroceso y un recorte en los derechos laborales, teniendo que estar al menos 8 años como indefinida para poder igualar tus indemnizaciones a las contempladas actualmente. Un incentivo claro para fomentar la temporalidad o acercarnos al despido casi libre.

Por desgracia, o suerte, los datos del Ministerio de Empleo de esta última semana ponen luz y taquígrafo sobre los datos de la EPA, no por el aumento de las personas desempleadas, que evidentemente tienen un componente estacional, sino por lo que esconden otros datos que son muy preocupantes y que destapan cual es el modelo económico del PP y para quien van dirigidas sus políticas de empleo.

Preocupante que en enero se han perdido 200.000 cotizantes en España, lo que afecta de forma directa al Fondo de Reserva de las pensiones. Por si fuera poco, este modelo de empleo envenena las pensiones. Con la misma población activa que en 2011 la seguridad social recauda hoy 300 millones menos al mes y para sostener las pensiones de nuestros mayores hay que garantizar la estabilidad laboral y mejores salarios para nuestros jóvenes. En lugar de eso, el PP ha esquilmado más de la mitad de la hucha de las pensiones la última legislatura y ha provocado un éxodo masivo de nuestros jóvenes al extranjero.

Pero además, Han subido los parados en 57.000 y el 72% de los desempleados no recibe ningún tipo de prestación.

La reforma laboral sigue conduciéndonos como reses al barranco y los contratos temporales y a tiempo parcial siguen creciendo, síntomas de precarización que se ven reflejados en la duración media de los contratos, que ha bajado de 79 días en 2006 a 53,4 en 2015. Trabajos de menos horas, menor productividad, menor capacidad adquisitiva y por tanto menor demanda interna, que es lo que atrae a la inversión extranjera: una noria a la que se le drena una y otra vez el agua y se para de mover.

Temporalidad, precariedad y un alto índice de paro, un lastre histórico del mercado laboral español que ni el PSOE con su primera reforma laboral ni el PP con la segunda, han sido capaces de atajar, es más, el PP, con su reforma laboral, ha intentado hacer el milagro de los panes y los peces, solo que sin milagro; en lugar de multiplicar empleos, los ha partido en varios, no para crear trabajo, sino repartir miseria.

Por estos motivos, una de las principales propuestas de Podemos que debería llevar a cabo de forma urgente un futuro gobierno, es la de derogar la reforma laboral del PP y redirigir el rumbo de las políticas laborales para aplicar políticas de empleo expansivas y recuperar derechos laborales, que no son sólo una cuestión de justicia, sino de eficiencia. Gente que no trabaja es gente que no consume, y entonces nuestras pymes se quedan sin demanda. Una lógica simple, pero que no quieren ver aquellos que trabajan de espaldas a las personas y de las pequeñas y medianas empresas de nuestro país.

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