Sonia Castedo, el regreso al PP de la mano de Camps de la exalcaldesa de Alicante mimada por los regalos de un constructor
La vieja guardia del PP valenciano, laminada de la primera fila política por los escándalos de corrupción, llama a la puerta del partido liderado actualmente por el zaplanista Carlos Mazón. La última en anunciar su regreso ha sido Sonia Castedo (Ribadeo, 1970), alcaldesa de Alicante entre 2008 y 2014, cuando dimitió por el 'caso Brugal', una causa de la cual fue absuelta por la sección tercera de la Audiencia Provincial de Alicante.
Castedo ha explicado que vuelve al PP, formación que le dio de baja, convencida por el expresidente Francisco Camps, absuelto en el 'caso Gürtel' y pendiente de su rehabilitación política en un partido que gobierna en el Palau de la Generalitat y que trata de pasar página de aquella era. “Para ser totalmente sincera, quien me ha hecho cambiar de opinión ha sido un amigo, un compañero, alguien que nunca soltó mi mano, alguien que siempre confió en mí y yo siempre confié en él”, ha explicado la ex alcaldesa de Alicante.
Una situación incómoda para los populares valencianos a tenor de la figura que representa Castedo en Alicante, irremediablemente vinculada a los tejemanejes del urbanismo en la ciudad y, especialmente, a un constructor que la mimaba con regalos y con quien compartía viajes. Sus conversaciones telefónicas con el empresario, al igual que las de Francisco Camps con Álvaro Pérez 'El Bigotes', se convirtieron en un capítulo central de su biografía política.
Castedo, después de que el Tribunal Supremo confirmara su absolución en una de las piezas del 'caso Brugal', dijo que Mazón, actual presidente de la Generalitat Valenciana, la había llamado para felicitarla.
Quien no la llamó fue el actual alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala. Fiel a su estilo, Sonia Castedo afirmó en una entrevista en El Debate: “Podría ser muy cruel y dar a conocer conversaciones que yo he tenido con él, pero no lo voy a hacer. Él está donde está porque yo lo puse en el Ayuntamiento y su manera de pagarme es esta. El día de mañana, tarde o temprano, va a tener que volver exactamente al mismo sitio del que salió y por cierto, del que yo le saqué”.
El sumario del 'caso Brugal' reveló la íntima relación entre Castedo, su predecesor, Luís Díaz Alperi, y el constructor Enrique Ortiz, autodenominado “la polla insaciable” del urbanismo de Alicante. El empresario fue condenado en el marco de la causa relativa a una revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Alicante a una multa de 18.000 euros por delito de cohecho activo impropio. Se trata de su segunda condena tras haber confesado en el 'caso Gürtel' la financiación ilegal de dos campañas electorales del PP (eludió la prisión tras reconocer los hechos, pedir perdón y abonar una multa de 1,6 millones de euros).
El primero que se enteró —incluso antes que los ciudadanos de Alicante— de que Castedo sería la sucesora de Díaz Alperi, tras su dimisión el 11 de septiembre de 2008, fue precisamente Enrique Ortiz, según se desprende de las conversaciones telefónicas intervenidas por la Policía que figuran en el sumario. El Tribunal Supremo validó recientemente las escuchas telefónicas de la marcocausa en el marco de la pieza separada del 'caso Brugal' relativa al contrato de basuras de Orihuela.
El triángulo de Castedo, Díaz Alperi y Ortiz
El mismo año en que Castedo pasó de concejal de Urbanismo a alcaldesa, se apuntó a una cena en el barco del constructor, organizada a petición de Díaz Alperi, para celebrar un sobreseimiento. La sentencia que condenó a Enrique Ortiz reseña el triángulo político-económico del trío, que procuraba que “tal amistad no trascendiera al exterior, encubriéndola en tales ocasiones como relación institucional”, según indica el apartado de hechos probados del fallo dictado por la Audiencia Provincial de Alicante.
Ortiz, con notables intereses empresariales en el PGOU de Alicante, mantenía línea directa con la entonces alcaldesa popular, a la que le ligaba “una estrecha y antigua relación de amistad”, según la sentencia. Las navidades de 2008, además de compartir un viaje familiar al Principado de Andorra, el constructor le regaló a Castedo una chaqueta de la marca Carolina Herrera, en el contexto de sus relaciones con “una parte de las autoridades locales”, que le costó al empresario una condena por delito de cohecho activo impropio.
En una conversación telefónica entre Ortiz y Castedo, interceptada el 25 de diciembre de 2008, la entonces alcaldesa popular dijo: “Se han pasado” (en referencia al regalo). La Sala de lo Penal del TS concluyó que el regalo “excede de lo socialmente admitido” y que “se hizo en atención al cargo o función que ocupaba” Sonia Castedo, “pues ella misma reconoce que es un regalo excesivo”. Además, en la recta final de la redacción del PGOU de Alicante, la entonces alcaldesa y el constructor mantenían conversaciones telefónicas casi diarias, según los informes policiales del 'caso Brugal'.
El 23 de diciembre de 2014, tras haber sido citada a declarar en calidad de investigada, Castedo dimitió como alcaldesa de Alicante. Lo hizo en Facebook. Casi una década después, Castedo ha anunciado, también en redes sociales, que vuelve a militar en el PP. “Vuelvo al barco contigo, vuelvo al barco por ti”, dice en referencia a Francisco Camps.
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