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Paloma Chen. Extranjera en España, extraña en China

Paloma Chen. Extranjera en España, extraña en China

Miguel Giménez

Aunque nació en Alicante, Paloma Chen (21 años) es de Utiel (Valencia). Sin embargo, sus rasgos asiáticos (sus padres proceden de la ciudad de Wenzhou, en la provincia china de Zheijang, desde donde como otros muchos llegaron al sur de Europa a principios de los noventa para trabajar en la hostelería en lo que se conoce como la nueva emigración china), hacen que se sienta extranjera en España. Por el contrario, su “extrema occidentalización” la han convertido en una extraña en China: “toda mi vida me he sentido un poco de ninguna parte porque siempre señalan la diferencia”.

Paloma habla cuatro idiomas (español, chino, valenciano e inglés), estudia periodismo –se gradúa este curso-, trabaja en prácticas en la Agencia EFE y los fines de semana ayuda a sus padres en el restaurante que estos regentan en Utiel. “Siempre me ha gustado escribir y, sin embargo, he tenido problemas para comunicarme, tanto en casa como fuera”, apunta. Sus padres, su hermano (ocho años mayor, no vino a España hasta que tenía once años) y ella fueron la única familia china de Utiel (11.000 habitantes) durante mucho tiempo, “yo, que era muy tímida, era la única niña china del pueblo, la primera que veían los demás niños”. En todos estos años, asegura que ha sufrido lo que llama “racismo cotidiano”: “que te llamen china o se sorprendan de que hables ‘tan bien’ español… ¡pero si es mi lengua”!

Paloma reconoce que al principio renegaba de su herencia asiática y sólo quería ser una española más, aunque con el tiempo se ha reconciliado con sus orígenes y ha retomado el contacto con el país de sus padres. “Viajé a China por primera vez con siete años y volví después con nueve, pero ya no quise regresar hasta varios años más tarde: no me gustaba la gente, el país…”. Viajó de nuevo a China ya con dieciséis años y, desde entonces, se ha preocupado por conocer la cultura de su familia, por aprender a escribir y a leer en chino –sólo lo hablaba-, e incluso estudió un curso en Shangai dentro del Programa Internacional de la Universitat de València (similar al Erasmus pero fuera de Europa). “Me gustaría volver, pasar una temporada allí y descubrir cosas nuevas, aunque es una decisión difícil porque China es un país difícil para vivir allí”, comenta, aunque no duda en aclarar que su futuro está en España.

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