Otro grupo de cursos para 'curar' la homosexualidad celebra sus encuentros en sedes religiosas de Valencia
Terapias homófobas como las que ha destapado eldiario.es en el obispado de Alcalá de Henares (Madrid) también han tenido a Valencia como uno de sus epicentros. Aunque en este caso no las llevaba a cabo el grupo amparado por el arzobispo Juan Antonio Reig Pla, sino que se realizaban a través del colectivo Verdad y Libertad, fundado en 2013 por el médico granadino M. Á. S. C.. La asociación y sus reuniones no han sido avaladas por el arzobispado de Valencia, que asegura no tener ninguna vinculación con este colectivo aunque admite que sí conocían su existencia. Se han celebrado convivencias hasta en tres sedes religiosas de la provincia de Valencia y en sus materiales escritos, a los que ha tenido acceso eldiario.es, se leen cosas como “15 pasos para ser libres”. En el punto número uno está “admitir que tengo un problema y aceptarlo”. El paso tres es “querer cambiar”.
Según varios de los antiguos miembros de Verdad y Libertad que han hablado con eldiario.es, las terapias impartidas por M. Á. S. C. son más duras que las celebradas por el grupo de Alcalá, explican. “Son muy sectarios. Una vez que sales te obligan a romper la relación. Si tienes una caída, es decir, te masturbas o ves porno, te echan del grupo. Es muy duro. El grupo de Alcalá de Henares es Disneyland en comparación con Verdad y Libertad”, relata un religioso que estuvo acudiendo a estas reuniones durante más de un año y que no revela su nombre por los problemas que puede acarrearle. La mayor crítica que hace este antiguo miembro al grupo es que “no tiene ninguna supervisión”. “Son muy agresivos en los principios y no puedes tener recaídas porque son inflexibles”, relata. Una grabación a la que ha tenido acceso eldiario.es [abajo] revela los “castigos” de incomunicación y rotura de relaciones a los que son sometidos los díscolos o quienes caen en la tentación.
M. Á. S. C. confirma a eldiario.es las reuniones en centros religiosos valencianos y asegura que su grupo tiene estatutos validados por la Iglesia, pero no a través del arzobispado de Valencia. El fundador de Verdad y Libertad asegura que se encuentra en un congreso en el extranjero y declina atender a este periódico durante más tiempo. Solo dice en defensa de sus métodos: “Terapia no hacemos, porque no hay enfermedad que tratar”.
Este periódico ha vuelto a intentar ponerse en contacto con el médico tras su viaje pero, al identificarse el periodista, se ha negado a contestar a ninguna pregunta y ha colgado el teléfono. Nunca más lo ha vuelto a coger.
El religioso que estuvo vinculado a este grupo, que solo en Valencia tiene un centenar de miembros, detalla cuáles son sus postulados con un vocabulario similar al que ha surgido al desvelarse los curso en la diócesis alcalaína: “Compara los AMS (Atracción Hacia el Mismo Sexo) con una adicción, es una herida. Hay que trabajar para curar esas heridas a la masculinidad. Los ejercicios se hacen para identificar las heridas y sanarlas. Tu tienes que 'cerrar' la puerta, debes decir adiós a las aplicaciones móvil de contactos como [la red de contactos] Grindr, la visualización de porno o la masturbación”.
El matiz es importante, señala otro antiguo miembro que estuvo hasta hace año y medio en el grupo. Nos aseguran que la homosexualidad es “una herida” y las personas que considera M. Á. S. C. que han terminado el proceso del grupo satisfactoriamente “han sanado”. Esta “víctima”, así se considera, explica que llegó al grupo tras derivarlo una psicóloga de Valencia, L.I., quien a preguntas del diario.es también ha declinado hablar sobre el grupo Verdad y Libertad.
Sobre esta psicóloga y sus métodos ha recibido denuncias el colectivo LGTBIQ Lambda, que asesora a personas cuando sufren ataques o violaciones de derechos de este tipo. Desde Lambda explican que este tipo de terapias son ilegales.
Las terapias son grupales, explican los tres exmiembros del colectivo consultados. En ellas deben contar todas las intimidades. En un momento de las sesiones, apunta el religioso, todo el grupo se desnuda porque “hay que reconciliarse” y hablar del propio cuerpo. “Se dan abrazos desnudos, sin ir más allá”, puntualiza. En los últimos años las terapias se han abierto a mujeres, aunque no a menores. También recomiendan hacer deporte.
El relato de los exmiembros cuenta que la entrada al grupo es restringida y las convivencias se realizan de manera clandestina. Del grupo se forma parte de manera individual y asisten solteros y casados, pero también sacerdotes. “Se dice en los lugares a los que se acude que se trata de grupos de oración o vocacionales para ocultar el contenido”, apunta el religioso. “Tocan temas muy profundos, te ponen la vida patas arriba y luego te dejan tirado”, señala este testimonio.
Otro de los miembros de este grupo que también ha abandonado asegura que estaba casado cuando acudió a Verdad y Libertad. J. Q. salió tan mal de las convivencias que cayó en una profunda depresión, explica.
“Basan sus métodos en las ideologías de Richard Cohen y Nicolosi. Fomentan el fanatismo, emociones como la vergüenza, la culpabilidad, el aislamiento a quien quiebra las reglas del juego”, explica J. Q. “Con M. Á. trabajan algunos mayores que se dicen ya sanados, lo que también es mentira”, manifiesta este antiguo miembro que necesitó “ayuda médica”, puesto que salió del grupo “con una depresión y frustración enorme”.
M. Á. S. C. exige discreción a los miembros del grupo: “Es muy importante que no habléis con los que no están en V y L. Hace bien a ellos y a nosotros. Primero, por obedecer una norma en que todos los hermanos mayores estamos de acuerdo. Segundo, porque está fuera de V y L porque hemos considerado que era bueno para él y para V y L. No hay que tener ningún contacto”.
“Cortar todo contacto, porque hay situaciones en que uno es muy curioso y quiere saber. Es tan importante que, si vuelve a ocurrir algo, quitaré a esta persona. Me podéis engañar, pero a Dios no. Lo dijo un sacerdote, no lo digo yo.”, se escucha en el audio que reproduce en exclusiva eldiario.es.
Verdad y Libertad tiene grupos en Madrid, Granada, Barcelona, Italia y Valencia. Las grandes convivencias se realizan en la provincia de Valencia porque es donde existe un grupo más numeroso, un centenar de personas. Las convivencias se convocan un fin de semana cada dos meses. Los grupos de cada ciudad se reúnen todas las semanas y tres o cuatro semanas al año acuden a Granada, a casa de M. Á. S. C., según los relatos de las víctimas.