València recupera los tinglados del puerto: De boxes de Fórmula 1 a contenedor cultural y de innovación
Cada vez son menos los vestigios que quedan en el puerto de València relacionados con el circuito urbano de Fórmula 1.
Los más importantes estaban ubicados en los tinglados 4 y 5, unas naves de decoración modernista que datan del año 1911 creados como puntos de almacenaje para la exportación de todo tipo de productos hortofrutícolas y en los que casi un siglo después, en el año 2008, se ubicaron los boxes de los diferentes equipos de automovilismo, así como el paddock.
La construcción de estas instalaciones supuso un coste de 14,6 millones de euros para la Generalitat Valenciana, entonces dirigida por Francisco Camps (PP), quien declarará como investigado por el caso Valmor, el proceso judicial por el que se investiga la organización de las carreras a través de la mencionada empresa y la decisión por parte del sucesor de Camps, Alberto Fabra, de que la administración autonómica asumiera su deuda, cifrada en 34 millones.
Así, tras el último Gran Premio celebrado en el año 2012, estos tinglados, con el equipamiento propio del circo de la Fórmula 1 incluido, cayeron en el abandono y la degradación hasta que en enero de 2016, el nuevo Consell que preside Ximo Puig aprobó la liberalización de todos los los terrenos del puerto de Valencia vinculados a la Fórmula 1 para poder darles un uso civil.
Tras este trámite administrativo, la Conselleria de Obras Públicas inició el pasado mes de septiembre las obras de desmontaje de los boxes y del resto de instalaciones que en la actualidad, tal y como ha comprobado in situ eldiario.es, encaran su recta final.
De hecho, fuentes del mencionado departamento han informado que los trabajos de desmontaje de las instalaciones del circuito urbano en el tinglado 4 finalizarán en una semana y que ahora se centran ahora en el 5 de forma que todo estará finalizado a principios de marzo.
El desmantelamiento de los equipamientos de la Fórmula 1 ha supuesto un coste para la Conselleria de 20.000 euros, gracias a que se adjudicaron los trabajos a una empresa especializada que se ha quedado con todo el material reutilizable para su posterior venta a través de subasta. Esto ha permitido reducir el gasto para las arcas públicas en un 97%, puesto que la totalidad de los trabajos de desmontaje estaban valorados en 700.000 euros.
Así, una vez finalizadas las obras, el Ayuntamiento de València, titular de los tinglados, los cederá al Consorcio para su gestión.
Fuentes del organismo del que forman parte el Consistorio, la Generalitat y el Gobierno central han informado que tienen solicitada una subvención con el objetivo de lograr fondos para inicir la rehabilitación de ambas naves lo antes posible y una vez asegurada la seguridad de la estructura.
Una vez estén rehabilitados, el objetivo es darles un uso relacionado con la innovación y el fomento empresarial, por lo que se pretende que se instalen industrias relacionadas con la inteligencia y la tecnología, así como con eventos culturales como exposiciones o actuaciones de todo tipo.
Por otra parte, las mismas fuentes han informado que los trabajos para la rehabilitación del tinglado 2, el más cercano al edificio Veles e Vents que no estaba afectado por la Fórmula, se iniciarán “de forma inminente”. Las obras durarán seis meses y tienen un presupuesto de 650.000 euros.
Esta nave será de uso público y se destinará a la realización de eventos de todo tipo promovidos por cualquier entidad o asociación, o incluso para mercados temporales de kilómetro cero en los que se venderán productos recién recogidos de la huerta valenciana.
En total, el circuito urbano y los equipamientos anexos (boxes incluidos) han costado a las arcas autonómicas 98,1 millones de euros, pese a que el PP de Camps aseguró que no costarían ni euro a los valencianos.
De ellos, el Consell debe abonar cada año 7,5 millones de euros hasta 2023 para abonar un crédio de 60 millones que se solicitaran para financiar las obras.