“Van a venir actuaciones con las que vamos a ganar espacio para el vehículo, pero también vamos a adoptar las medidas para generar seguridad al peatón y haciendo convivir las bicicletas con total seguridad”. La alcaldesa de València, María José Catalá, anunció así este jueves el inicio de un proceso de revisión de determinados carriles bici y su conversión si procede en ciclocalles, una modalidad en la que vehículos motorizados y ciclistas o usuarios de patinetes comparten la calzada, pero con prioridad para los segundos y con límite de velocidad a 30 kilómetros por hora para los primero.
Según Catalá, este modelo “genera una movilidad más fluida en la ciudad” al eliminarse los separadores que ahora tienen muchos carriles bici en forma de bordillos de obra o de plástico: “El hecho de establecer separadores impide esa posibilidad de descongestión del tráfico que permite la ciclocalle, una actuación que va a dar solución a muchos puntos de la ciudad que ahora están bloqueados”.
Paradójicamente, Catalá realizó este anuncio en la calle de José Andreu Alabarta, en el barrio de Sant Isidre, donde se va a mantener el carril bici bidireccional existente junto a la ciclocalle también existente. El acto y las declaraciones de Catalá generaron confusión al entender los presentes que se iba a eliminar el carril bici bidireccional, algo que no se producirá.
En el último tramo de la mencionada vía, a petición de la asociación de vecinos, se ha desplazado una fila de contenedores que estaban paralelos al carril bici y que generaban un cuello de botella, al quedar la vía reducida a un carril justo frente a una parada de la EMT, lo que generaba importantes colas para salir del barrio. Al desplazarse los contenedores, ha quedado liberado un carril de circulación.
De esta forma, uno de los carriles bici que podría tener los días contados es de la Gran Vía de Fernando el Católico, señalizado con pintura roja a ambos lados de la misma. Catalá explicó que se ha encargado un estudio de viabilidad de este y de otros carriles bici a partir del cual se decidirá sobre su futuro.
Críticas de la oposición
El exalcalde de València de Compromís, Joan Ribó, lamentó que lo anunciado por Catalá “va en contra de todas las políticas europeas en materia de sostenibilidad, no parece una buena carta de presentación de su preocupación por la seguridad vial y la integridad física de nuestros jóvenes”.
La portavoz socialista en el Ayuntamiento de València, Sandra Gómez, lamentó el camino emprendido por el gobierno de Catalá hacia el desmantelamiento de los espacios peatonales y los carriles bici en la ciudad que pone en peligro, ha subrayado, la capitalidad verde europea que consiguió el anterior gobierno de la mano de los socialistas.