Cumbre en València sobre la semana laboral de cuatro días: “La aplicamos y ahora somos más productivos”
“Durante el confinamiento nos dimos cuenta de la importancia de la conciliación y del escaso apoyo del Gobierno para favorecerlo, por eso cuando en mayo de 2020 volvimos a salir nos planteamos qué podíamos hacer como empresa para mejorar en ese sentido. De las opciones que analizamos, nos dimos cuenta que la mejor era aplicar la jornada de cuatro días. Aunque tuvimos que cambiar toda la organización e invertir en tecnología, nos ha hecho mucho mejores”.
María Álvarez, propietaria de la firma La Francachela que gestiona dos importantes restaurantes en Madrid, explica así la introducción de la jornada de cuatro días “en toda la plantilla” de sus establecimientos, algo que hace unos años parecía impensable y que ya aplican con éxito empresas de diversos sectores: “El debate siempre es el mismo, unos dicen que es imposible y que todo se iría a pique, pero la realidad es que se trata simplemente de reorganizarse para ser más eficientes y en ese sentido hay oportunidad muy buena tras la pandemia por los cambios que se han implementado en muchas empresas”, explica.
Álvarez participó este viernes en la Cumbre Internacional de la Semana de Cuatro Días que se celebró viernes y este sábado en el centro cultural La Petxina de València, organizada por Labora, el servicio de empleo y formación de la Generalitat Valenciana, junto a representantes de otras empresas como Software Delsol, Big Buy, Hampa Studios, Perpetual Guardian o Swapcard, los cuales explican las experiencias que están viviendo con este nuevo planteamiento laboral.
En el evento participaron también líderes nacionales como Yolanda Díaz, Íñigo Errejón, Unai Sordo, Mónica Oltra o Pepe Álvarez, así como internacionales como John McDonnell, Katrin Langensiepen o Gudmundur Haraldsson.
“Lo que determina la productividad es la manera en que se organiza la empresa y en ese sentido hemos modificado todo nuestro sistema de funcionamiento para mantener los mismos puestos de trabajo con los mismos sueldos, pero con una jornada de 35 horas distribuida en cuatro días (lo normal en la hostelería son seis días). Por ejemplo, los clientes pueden pedir directamente cuando se sientan mediante una aplicación móvil sin esperar a que el camarero les tome nota de la comanda, eso ahorra mucho tiempo que se puede dedicar a otras cosas”, explica.
Todo son ventajas
Según su experiencia, todo son ventajas con esta modalidad: “Esto implica una mejora sustancial en la calidad de vida de las personas al tiempo que se fomenta el consuma, el hecho de tener un día más libre es tiempo que la gente invierte en ocio, en bienestar, en cultura, en definitiva se estimula la economía”.
Ana Arroyo es responsable de recursos humanos de Software Delsol, primera empresa de España en aplicar la semana de cuatro días en enero de 2020: “Pasamos encuestas de clima laboral a los trabajadores y nos dimos cuenta de que tras el sueldo, la conciliación y la disponibilidad de tiempo libre era el aspecto más valorado, lo que nos llevó a plantearnos este cambio”.
Tal y como explica, a diferencia de lo relatado por Álvarez, en su caso sí que fue necesario una inversión en ampliar plantilla, de forma que “se hizo un estudio de las necesidades por departamentos para aplicar la semana de cuatro días sin que la calidad del servicio se viera mermada y consideramos necesario un aumento de 20 empleados, pasando de 165 a 186”.
Una inversión que, según afirma, ha sido más que rentable: “La facturación ha aumentado un 20% y el índice de satisfacción del cliente ha pasado de un 8,58 a un 8.91. Consideramos que un trabajador o trabajadora que tiene bienestar social y emocional es mucho más productivo y eso acaba beneficiando a la empresa”.
València se ofrece un mes para una prueba piloto
El alcalde de València, Joan Ribó, propuso desarrollar en València un proyecto piloto de jornada laboral de 4 días semanales que permita llevar a cabo “un estudio riguroso, con unas conclusiones que sirvan para elaborar un informe de alcance europeo e internacional que evalúe el impacto de su aplicación y las consecuencias en cuanto a la productividad pero también al ocio, la movilidad, la economía, la salud de las personas”.
“Una experiencia que tiene que venir precedida de un gran acuerdo social” y, por eso, “queremos abrir un proceso de diálogo, junto con la Generalitat, con los agentes sociales, las entidades vecinales y las instituciones”.
El alcalde detalló “el gran cambio que ha vivido València en los últimos años, priorizando todo lo relacionado con el bienestar de las personas”. Por eso, ha instado a dar un paso más allá, “y abrir el debate sobre medidas concretas que permitan hacer un reparto más equilibrado de nuestro tiempo para poder conciliar todos nuestros espacios”.
Para ello, Ribó ofreció València, ciudad innovadora, como escenario de desarrollo de un proyecto piloto de jornada laboral de 32 horas semanales, que se llevaría a cabo durante un mes seguido.
“El objetivo –explicó– sería que durante un mes todas las valencianas y los valencianos tengan, de manera efectiva, una jornada laboral de 32 horas semanales”. “La experiencia de València marcaría la hoja de ruta del futuro laboral y de los derechos de las personas a un trabajo digno y de calidad que los permita conciliar y mejorar su bienestar”, añadió.
Unai Sordo (CCOO) ve necesaria la negociación colectiva
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, advirtió de que la jornada laboral de 32 horas solo puede implantarse a modo de “experimento puntual” si no hay negociación colectiva, aunque ha defendido que la reducción del tiempo de trabajo es un objetivo “perfectamente viable” y debe adecuarse a cada empresa y sector.
“La jornada de 32 horas, como la de 35, la de 30 o la que sea, tiene que situarse fundamentalmente a través de la negociación colectiva”, declaró en un acto del sindicato en Sagunt. Precisamente, la Generalitat Valenciana ha comprometido ayudas públicas, dentro de un proyecto piloto, para las empresas que voluntariamente decidan aplicar la jornada de cuatro días.
10