La asociación de vecinos Amics del Carme ha informado este de que presentará alegación al Plan Especial de Protección (PEP) de Ciutat Vella, una revisión y unificación de las normas urbanísticas de los diferentes barrios de Ciutat Vella.
Sin embargo, los residentes se han mostrado sorprendidos “por lo escasas y poco concretas que son las medidas para recuperar tejido residencial”.
Según han comentado, “se supone que este es uno de sus objetivos principales, recuperar residentes, y en la memoria justificativa se señalan claramente los problemas: población estancada y en retroceso, gran número de solares, proliferación de apartamentos turísticos (y hoteles) y sobreocupación del espacio público por las actividades relacionadas con el turismo y la hostelería hasta límites abusivos”.
Sin embargo, “nada o casi nada se dice de medidas concretas para revertir este proceso de, digámoslo claramente, de degradación y expulsión de vecinos”.
Desde la entidad han lamentado que “entre los cientos y cientos de páginas, fichas técnicas y planos que dan forma al PEP, se habla hasta el cansancio de proteger las piedras, el patrimonio histórico, y esto está bien; solo queremos que las personas, los vecinos y vecinas que han de vivir en este entorno y conservarlo tengan un tratamiento equivalente, igual de detallado y con objetivos e indicadores concretos”.
Según han explicado, “si solo se habla de embellecerlo, de ponerlo en valor, como hace el PEP, solo servirá para favorecer la industria turística que lo está asolando. Esto ya lo hemos visto con la reciente y fracasada pseudopeatonalización, lo residentes no están ahora mejor que antes, solo hemos desplazado los problemas de unas calles a otras”.
Por este motivo, desde la asociación de vecinos han propuesto varias medidas. En primer lugar, “que los propietarios de solares inicien el procedimiento de edificación en el plazo de 3 años a partir de su aprobación”.
Además, instan al Ayuntamiento a elaborar “un catálogo de solares y casas abandonadas, y aquellos que tengan una antigüedad de mas de 25 años deben incluirse en el registro de solares para instar su edificación”.
También proponen que “en la zona residencial no se permita el uso hotelero o de apartamentos turísticos, especialmente si ya existe alguna de estas actividades en un radio de 150 metros” y que “en esta zona, las nuevas actividades de hostelería (restaurantes, cafés, pubs, etc.) guarden una distancia mínima de 100 metros entre sí”.
Los vecinos no quieren que “en ningún caso se transforme un edificio residencial en alojamiento hotelero” y exigen la limitación de la ocupación de la vía publica para usos comerciales: “en ningún caso podrán ocupar mas del 50% de la calle o plaza, deberán dejar un ancho de paso mínimo de 3 metros y guardar una distancia mínima entre terraza y terraza de 1,2 metros”.
Por último, piden que “toda la zona residencial se considere de uso peatonal con servidumbre de paso para vehículos de residentes, estableciéndose controles de acceso”.
Los residentes han denunciado reiteradamente que “Ciutat Vella se encuentra en un punto crítico, se debate entre ser un barrio o un escaparate para turistas y si no se adoptan medidas claras, objetivas y cuantificables, la tendencia actual será irreversible”.
Por este motivo, han advertido que “tampoco el PEP puede ser un indulto encubierto para la gran cantidad de actividades ilegales actualmente existentes ni para dar carpetazo a intervenciones urbanísticas abusivas” y que no se debe pasar por alto que “en el procedimiento transitorio que se abre a partir de su aprobación, se debe realizar una revisión exhaustiva sobre la legalidad de las actuaciones preexistentes y de su conformidad con el ordenamiento vigente cuando se iniciaron”.