Vox insiste en cancelar el premio del antifascista asesinado Guillem Agulló y el PP busca cómo desmarcarse de los ultras
El premio que entregaban las Corts Valencianes en reconocimiento a la lucha por los delitos de odio, y que llevaba el nombre del activista asesinado por neonazis Guillem Agulló, se ha convertido en una gran brecha entre PP y Vox. Desde que la ultraderecha, que preside el Parlamento autonómico con el apoyo del PP, decidiera eliminar el galardón, se han sucedido las críticas a los populares, que buscan ahora la forma de reconducir su postura mientras sus socios les presionan. El PP apoyó esta iniciativa, sosteniendo que ha perdido su “vigencia” porque fue un acuerdo de los grupos de 2016, pero ahora busca como repararlo.
Los populares han planteado que el reconocimiento, que homenajea al joven antifascista asesinado en Montanejos en 1993, se realice en la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, donde Vox no tiene capacidad de condicionar la decisión. Sin sus socios de ultraderecha, es fácil llegar a un acuerdo en esta condena. El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, dijo el miércoles en Barcelona que el objetivo es “seguir buscando espacios y seguir haciendo esfuerzos para que todos podamos estar de acuerdo” en el homenaje. En las Corts Valencianes, los populares mostraron el miércoles su disposición a buscar un acuerdo con el resto de grupos que no requiera de unanimidad para mantener el premio en la Cámara.
Mientras el PP trata de desmarcarse de su primera decisión, Vox sigue tensando la cuerda. Después de que los populares anunciaran la propuesta en la federación municipal, el portavoz del grupo parlamentario ultra, José María Llanos, les espetó: “Qué pena dan. Sin Vox no tienen remedio”. Al día siguiente, la presidenta de la Cámara, Llanos Massó, recalcó que el premio no se entregará este año. La declaración institucional que lo avalaba, considera la presidenta, “no puede condicionar a perpetuidad las decisiones que tome cualquier parlamento”. “Parece que las políticas y las medidas implantadas por algunos estén escritas en piedra y son inamovibles. Bueno, pues no son inamovibles”, cuestionó. “Esa declaración institucional decayó en una Junta de Síndics y eso es simple y llanamente lo que se ha hecho. Si a partir de ahí se quiere montar revuelos, se quiere politizar y ideologizar la muerte de una persona, nosotros evidentemente no somos los responsables”, añadió Massó tras la sesión de control al Consell.
Minutos antes, el vicepresidente Vicente Barrera, acusó a la izquierda de “instrumentalizar” el asesinato. Aseguró que lamenta “profundamente la muerte de una persona en unos hechos luctuosos que nunca debieron tener lugar” y la “breve condena que cumplió el homicida” que le parece “una auténtica mentira”. Y después, reprochó: “Se quieren apropiar de los valores que encarna este premio”, sin añadir su posicionamiento sobre el galardón.
La ultraderecha ha ido desarrollando un argumentario por partes en la última semana. Primero dijeron que el homenaje fue una decisión “unilateral” del expresidente Enric Morera, pese a que el premio parte de una declaración que firmaron todos los grupos, PP inclusive. Después, que Agulló era un “independentista de izquierdas”, por lo que desmerece el reconocimiento de la Cámara, que quiere “eliminar todo sesgo partidista de la política valenciana”. Luego, que en 2016 firmaron la declaración dos grupos que ya no tienen representación –Podemos y Ciudadanos– y que el que ahora sí la tiene, Vox, entonces no la tenía y no pudo opinar.
La vía plausible es que la Mesa adopte una resolución haciendo valer una mayoría alternativa a la del Gobierno valenciano. Con los votos del PP, PSPV y Compromís, aunque la presidenta, de Vox, no apoyara el texto, debería acatarlo. Compromís apunta a esta posibilidad a través de una iniciativa parlamentaria, e insta al resto de fuerzas a apoyarla. La familia de Agulló les ha trasladado que considera que “quien ha quitado el premio es quien tiene la voluntad de volverlo a restituir”, según dijo Joan Baldoví. El PSPV considera que la ultraderecha está “echando un pulso a Mazón” con “los valores democráticos”. “Requiere una respuesta enérgica por parte del president de la Generalitat”, apunta el portavoz socialista, José Muñoz.
Desde que se anunciara la supresión del premio, otras instituciones han mostrado su disposición para mantener el homenaje. Además de la Generalitat de Catalunya, el PSPV ha presentado una moción en la Diputación de Valencia, donde la izquierda tiene mayoría si pacta con Ens Uneix y el PP se aleja de las posiciones radicales, para otorgar unos galardones contra la intolerancia.
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