Mariano Rajoy ha abierto la puerta a que el Gobierno central reconozca la deuda histórica con la Comunidad Valenciana. Al menos es lo que le ha trasladado al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras su encuentro de este jueves en la Moncloa.
El presidente valenciano ha trasladado al líder del Ejecutivo central un decálogo con las reivindicaciones valencianas, centradas en la reforma del sistema de financiación autonómica y en mecanismos que compensen la insuficiencia financiera de las autonomías. Según Puig, Rajoy “se muestra abierto a que en el marco general del debate se aborde la deuda”. El término deuda histórica alude al endeudamiento acumulado por la Administración autonómica por la insuficiencia de recursos recibidos del Estado.
El jefe del Consell ha planteado sus exigencias como una vía para solucionar el problema territorial del Estado español. Un conflicto que, ha insistido, va más allá de las tensiones con las instituciones catalanas. “Es evidente que en política y en financiación es donde se pueden encontrar vías de acuerdo”, ha señalado el presidente.
“Reunión con el presidente de la Generalitat Ximo Puig. El Gobierno, a favor de consensuar un modelo de financiación que beneficie a todos”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha lanzado, por su parte, este mensaje en Twitter para resumir su actitud en el encuentro con Puig.
La segunda visita de Puig en dos años a la Moncloa estaba prevista a mediodía, pero fue adelantada a las 10.00 por la convocatoria urgente del Consejo de Ministros para adoptar decisiones en relación con la convocatoria de referéndum independentista en Cataluña.
El proceso de autodeterminación catalán ha centrado la atención de esta reunión, como era previsible y preveían desde el Palau de la Generalitat. No obstante, se ha conseguido arrancar el compromiso de cumplir el acuerdo de la conferencia de presidentes: reformar el sistema de financiación autonómica antes de que termine el año. Según Puig, Rajoy “ha expresado la voluntad política de cumplir el acuerdo”. El siguiente paso es convocar una comisión técnico-política para decidir finalmente el nuevo modelo.
Los vientos que soplan respecto a esta cuestión no parecen demasiado favorables para la Comunidad Valenciana. Como ya se ha señalado desde Delegación de Gobierno y ha dejado ver el presidente antes de la reunión, el Gobierno central pretende que las comunidades autónomas alcancen un acuerdo entre sí, para plantearlo más adelante en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y obtener un nuevo modelo consensuado, pese a que las autonomías no alcanzan ni la mitad del peso en la toma de decisiones del consejo.
Un acuerdo no serviría de nada sin el visto bueno del Gobierno central, del que depende la decisión, por lo que Puig insiste en que debe tomar la iniciativa. El calendario tampoco parece jugar a favor: tres meses para encontrar un pacto entre autonomías, proponer un nuevo modelo y aprobarlo.
A la salida del encuentro, Puig ha insistido en su idea de que el problema territorial en España “no es solo la crisis de Cataluña” y en que “la solución pasa por el diálogo y la superación partidista”. “Una pieza clave es la financiación de las Comunidades autónomas”, ha insistido.
El presidente valenciano ha planteado a Rajoy un decálogo de propuestas en el que ha considerado el informe de la comisión de expertos del CPFF “un punto de partida útil para forjar un acuerdo”. Un acuerdo que ha considerado que debe basarse en garantizar que las comunidades autónomas tengan suficientes recursos para sostener los servicios del Estado del bienestar, en clarificar la “equidad interterritorial”, reforzar la autonomía fiscal y recuperar el equilibrio presupuestario mediante la mutualización de la deuda de comunidades como la valenciana, que han sufrido la infrafinanciación, para que el nivel de deuda acumulado no “prolongue hacia el futuro la discriminación padecida en el pasado”.
Tras intentarlo Puig en tres ocasiones, Rajoy confirmó el sábado que recibiría al jefe del Consell por segunda vez. El útimo encuentro se produjo en noviembre de 2015, cuando el presidente valenciano consiguió que el Gobierno desbloqueara el Fondo de Liquidez Autónomico (FLA). En aquel encuentro, Rajoy aseguró a Puig que estudiaría un “fondo de asignación constitucional” de 1.300 millones de euros para 2016 que compensara la insuficiente financiación de la Comunidad Valenciana. La solución transitoria que se propuso hasa tener claro el nuevo modelo nunca llegó.
La reforma de la financiación autonómica es el principal objetivo político de la Generalitat Valenciana, que ha conseguido que el comité de expertos creado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera recoja una buena parte de sus planteamientos para corregir una insuficiencia de recursos calculada en un 1.300 millones de euros anuales que lastra el funcionamiento de la Administración autonómica y agrava sin parar el endeudamiento de la Generalitat.
Puig también ha tenido sendas entrevistas con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en noviembre de 2015 y marzo de este año, para insistir en la reivindicación de la reforma de un sistema de financiación que perjudica a la Comunidad Valenciana y lleva varios años caducado.
El encuentro con el presidente del Gobierno fue el motivo de una reunión la tarde del miércoles del presidente Ximo Puig y la vicepresidenta del Consell Mónica Oltra en la que coincidieron en que la reforma del sistema de financiación debe ser la prioridad en las reclamaciones a Rajoy.
Otro de los aspectos planteados en la cumbre entre ambos presidentes es la necesidad de acabar con la limitación de las tasas de reposición y los recortes que han llevado a que la administración valenciana sea la segunda con menos funcionarios por cada mil habitantes, la primera en términos relativos.
Además, acordaron trasladar a Rajoy las infraestructuras pendientes de implantar en el territorio valenciano por parte de la Administración General del Estado y que son imprescindibles para la vertebración y desarrollo económico, como el Corredor Mediterráneo en su diseño original, la liberación de la AP-7 o el tren de la costa, entre otras.