Ximo Puig y Pere Aragonès inauguran en València un “corredor de intereses” al margen de la negociación de Catalunya con el Estado

Lucas Marco

8 de septiembre de 2021 14:01 h

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“Para nosaltres els valencians es un honor que esté aquí con nosotros”. Así ha recibido el president de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, a su homólogo catalán, Pere Aragonès. Puig escenifica en el suntuoso patio del Palau de la Generalitat el deshielo con Catalunya, en una visita a Valencia del líder de ERC. Con lazos económicos, sociales y culturales de primer orden, Puig se convierte en un interlocutor, a modo de puente, entre Catalunya y el Gobierno de Pedro Sánchez.

Ambos territorios comparten intereses comunes, especialmente por una infraestructura vital como es el corredor mediterráneo y la necesidad de la reforma de la financiación autonómica (la Comunitat Valenciana es la peor financiada, con 7,2 puntos por debajo de la media). Aunque el presidente valenciano ha insistido mucho más en este ámbito frente a Aragonès, que, cordialmente, ha reconocido la infrafinanciación de su vecino del sur y ha criticado el “déficit fiscal crónico” que sufre Catalunya y ha enmarcado la prioridad de su gobierno en la resolución del “conflicto político” en el ámbito de la mesa de diálogo con el Ejecutivo central.

Tras crear el concepto del “eje azul” en su encuentro bilateral con Francina Armengol en Palma, Puig ha apostado este miércoles por un “corredor de intereses” entre Catalunya y la Comunitat Valenciana. “Siempre desde el respeto, desde el diálogo y la voluntad de acuerdo”, ha aclarado el presidente de la Generalitat Valenciana. Puig, vecino de Morella, una emblemática población valenciana de la comarca de Els Ports, ha destacado que ambos territorios comparten “desde hace siglos” relaciones que “desafortunadamente se han interrumpido”, en referencia a la congelación de relaciones institucionales por parte de los últimos gobiernos del PP. “Compartimos intereses y retos comunes, queremos cooperar más y tejer alianzas desde la normalidad institucional, hacer normal lo que es normal entre nuestras sociedades”, ha declarado Puig.

El presidente de la Generalitat de Catalunya ha recogido el guante y ha apostado por que el riu del Sènia, el afluente que separa ambas comunidades, no sea una “frontera” sino un espacio “poroso” para hacer más intensos los vínculos entre Catalunya y el “País Valencià”, según ha dicho. Puig y Aragonès han anunciado una suerte de mesa de trabajo entre los dos ejecutivos para la captación de los fondos europeos de la recuperación económica. “Es una cuestión de trellat (nuestra manera de decir seny)”, ha afirmado Puig.

“Afrontamos una transformación extraordinaria de las estructuras económicas de nuestros territorios”, ha afirmado el presidente catalán, que se ha referido específicamente a los cambios en el sector del automóvil eléctrico y al hidrógeno verde. Aragonès ha apostado por la captación conjunta de fondos Next Generation en el ámbito de la investigación de la salud y ha incidido en el potencial exportador del sector agroalimentario de ambos territorios.

En definitiva, el objetivo de los dos gobiernos vecinos pasa por establecer una “relación entre los territorios de alta velocidad”. Además, en el ámbito cultural Puig y Aragonès han apostado por estrechar el marco comunicativo en la lengua común, también con las Islas Baleares, y han anunciado que las respectivas apps de À Punt y de TV3, podrían incluir ambas televisiones autonómicas.

Aragonès ha destacado los lazos culturales y económicos entre ambos territorios y ha asegurado que comparte “algunos aspectos” del proyecto federalista de Puig. El presidente catalán ha lamentado que no haya una propuesta de reforma del sistema de financiación “sobre la mesa” por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Aragonès también ha comentado la próxima negociación entre el Ejecutivo central y el catalán “para afrontar la resolución del conflicto político” y ha insistido en la amnistía y en el referéndum “para decidir sobre el futuro y la independencia de Catalunya”. “Las dos partes nos comprometemos a encontrar soluciones de consenso que sean avaladas por la población de Catalunya con su voto”, ha indicado.

El anfitrión del encuentro intenta erigirse así en una suerte de valedor de un modelo panfederal con sus vecinos más próximos. En julio, organizó una cumbre bilateral con su homóloga balear, la socialista Francina Armengol, en la que insistió en la necesidad de profundizar el “eje azul” entre Valencia y Palma. La siguiente cita, aún sin fecha, será en Barcelona.