Esta es la razón por la que es arriesgado instalar una piscina de plástico en la terraza este verano
La incertidumbre generada por el coronavirus hace que muchas familias no sepan si este verano podrán ir de vacaciones y disfrutar de piscinas y playas. Ni siquiera está claro que en los edificios con piscina comunitaria, esta se pueda utilizar. Ante este panorama, muchos ya se están preparando para que el calor de los próximos meses no les coja desprevenidos.
La principal solución ha sido comprar una piscina para instalar en casa. Esto ha hecho que las ventas de piscinas desmontables se hayan disparado ya durante estos días, como demuestran los datos del comparador de precios idealo.es, según el cual la demanda ha crecido en más de un 228% y su precio ha bajado en un 15% durante el mes de mayo.
La pregunta que muchas personas se hacen es si pueden poner una piscina de estas en la terraza o en la azotea. ¿Aguantará el peso? ¿Se puede instalar cualquier piscina? Los Arquitectos Técnicos de Zaragoza (COAATZ) alertan de los peligros de hacerlo y advierten que “existe un gran peligro de que se realice esta instalación sin la debida supervisión de un técnico”.
Cuatro aspectos que deben tenerse en cuenta
Aunque parezca un tema banal, instalar una piscina en la terraza de casa no lo es. A menudo se obvian aspectos que son muy importantes si no queremos que hacerlo nos suponga un gran dolor de cabeza. Para ello, los arquitectos recuerdan que deben tenerse en cuenta factores como:
- La capacidad del forjado del edificio: que un edificio pueda aguantar más o menos peso depende de varios factores, pero sobre todo va en función de la antigüedad del edificio. Los inmuebles actuales tienen una capacidad de sobrecarga del forjado de la azotea de unos 200 kilos por metro cuadrado, lo que equivale a unos 20 centímetros de altura de agua en una piscina en el caso de que la instaláramos allí. O, lo que es lo mismo, un palmo de agua.
- El peso del agua: aunque no lo parezca, el agua pesa mucho: un metro cúbico de agua pesa 1.000 kilos, lo que significa que por cada 10 centímetros de agua que ponemos en la terraza estamos añadiendo 100 kilos de peso por cada metro cuadrado de la piscina. Por tanto, una piscina portátil de unos 60 centímetros de altura puede llegar a los 600 kilos por metro cuadrado. Con un palmo de agua en la piscina, ya estamos poniendo casi todo el peso que puede resistir la estructura.
- El peso de las personas y del mobiliario: pero no solo ponemos peso con el agua cuando instalamos una piscina en la terraza. Hay otros componentes, como el mobiliario y las personas, que pueden tener efectos no deseados en la estructura. Los 600 kilos de la piscina y el agua podrían convertirse en 750 kilos lo que, en muchos casos, sumaría hasta tres veces más lo que una estructura moderna está preparada para soportar, admiten desde el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Tarragona (COAATT).
- La antigüedad del edificio: en construcciones nuevas no deben instalarse piscinas cuyas dimensiones sean superiores a 0,8x1,5 metros y tengan una altura máxima de agua de 40 centímetros. En edificios antiguos, se recomienda consultar con un arquitecto técnico para que determine la capacidad de resistencia del forjado y aconseje sobre la altura máxima de agua de llenado. También puede expedir un certificado que garantice la seguridad de la instalación de la piscina, admiten los Arquitectos Técnicos de Zaragoza.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es que la mayoría de las piscinas desmontables no disponen de un sistema de vaciado, lo que nos obliga a controlar la cantidad de agua que queremos que baje por el desagüe o sumidero sin que esto dañe el saneamiento de pluviales de todo el edificio (en el caso de que se trate de un edificio con varios pisos).
A ello cabría añadir que seguramente no aplicaremos tratamientos al agua, que puede pasarse todo el verano estancada, dando lugar a focos bacterianos de origen fecal y que acaben provocando intoxicaciones.
¿Qué problemas podemos tener?
La instalación de este tipo de piscinas en terrazas, aunque sea de construcciones nuevas, puede comportar problemas de rotura de pavimentos, humedades y desperfectos de la instalación de saneamiento. En los casos en los que la sobrecarga sea muy alta, es fácil que se produzca “el colapso de la estructura”, reconoce el COAATT, sobre todo en estructuras anteriores a los años 80 o que tengan ya alguna afectación previa. En este caso, puede ocurrir que las vigas estén afectadas por otros problemas como humedades, lo que reduce de manera significativa su capacidad de apoyo.
Poner la piscina en el suelo, ¿todo vale?
A la hora de instalar una piscina desmontable lo mejor es hacerlo directamente en el suelo. ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Qué precauciones deben tomarse? Es importante que nos aseguremos que no existen deformaciones en el terreno y de aspectos como que este no se encuentre sobre un muro de contención, que no pasen canalizaciones subterráneas por debajo (lo que debilitaría mucho el terreno) o esté sobre una fosa séptica.
En estos casos podría haber problemas de aguante. Tampoco es recomendable situarla debajo de un tendido eléctrico y vigilar que no esté en un lugar donde pueda inundarse si llueve. Antes de instalar la piscina es importante comprobar que el suelo está firme y nivelado, sin hierbas ni piedras que puedan dañar la lona.
No es aconsejable añadir tierra donde falta sino al contrario, debe quitarse de donde sobra porque, si no queda muy compactada, con el peso del agua se hundiría esa zona y el suelo quedaría desnivelado. Sí puede ponerse una capa fina de arena tamizada, no más de un centímetro, y que quede bien compactada y nivelada.
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