¿Por qué los gatos duermen tanto?
No es un secreto: los gatos son maestros del sueño. El sueño es una tarea reparadora a la que nuestros felinos se abandonan y a la que dedican más de la mitad de las horas del día, sin importarles el momento o el lugar: nuestros gatos duermen hasta en cajas de cartón donde apenas caben. No podemos culparlos, si acaso, envidiarlos.
Pero tras esta fama cierta de dormilones que arrastran los gatos, no hay (o no solo) holgazanería. Todos los felinos, grandes como los leones o pequeños como las bolas de ronroneo con las que compartirnos la cama, necesitan más horas de sueño que nosotros: y el motivo está en sus genes.
Cuántas horas necesita dormir tu gato
Si tu gato se pasa el día durmiendo, no es el único. De hecho, si vivimos con un felino, es muy probable que nuestro compañero peludo se encuentre en este momento echando una cabezadita. O puede que nuestro gato esté durmiendo encima de nosotros.
Es cierto: todos los animales necesitamos dormir, pero algunos requieren más horas de sueño que otros. Mientras que las vacas solo dormitan cuatro horas al día y los caballos apenas tres, los humanos nos pasamos una tercera parte del día en la cama.
Y los gatos nos superan de largo, ya que dedican la mitad del día a dormir: 12,1 hora de media, según un estudio de la Universidad de Washington. Y pueden alargarlo entre 14 y 16 horas diarias. También los cachorros y los gatos mayores, a partir de los once o doce años, duermen algo más. Y sin menear los bigotes. Lo llevan en los genes, ya que todos los felinos son grandes dormilones: los tigres pueden sestear 16 horas diarias y el guepardo lo hace durante 12 horas.
Y todo depende de dónde vivan y de lo que necesiten hacer para sobrevivir: un estudio de la Universidad escocesa de St. Andrew revela que los gatos en entornos rurales que necesitan cazar roedores para comer duermen menos que nuestros gatos caseros: unas 9,6 horas. Mientras que los gatos en centros de adopción, que esperan dentro de una jaula una familia que los quiera como merecen, pueden dormir bastante menos: apenas cinco horas diarias (poco, y no saludable para su bienestar emocional), ya que padecen ansiedad y permanecen en alerta constante.
No todos los gatos duermen lo mismo
No todos los gatos caseros duermen lo mismo, porque cada uno es un individuo y tiene su propia personalidad. Así, los gatos con genes del felino oriental, con orejas más grandes y hocico más alargado, son menos dormilones y más activos. Y los gatos con genes exóticos, de complexión más robusta y hocico chato, gozan aún más si cabe del placer de alargar el sueño.
Y cuanto más se acerque nuestro gato a sus ancestros salvajes, menos horas al día dedica a dormir. Así, el gato bengala, híbrido entre el doméstico y el salvaje, con genes del gato leopardo asiático (Prionailurus bengalensis) sestea la mitad de tiempo que otros camaradas peludos.
Por qué los gatos duermen tanto: se lo dice los genes
Pero cuando eres un gato, sabes que las apariencias a veces engañan. Los felinos no duermen de un tirón, ni tanto tiempo como parece. Al menos, no lo hacen de un modo profundo. Y esto les permite sestear o disfrutar de pequeños sueños más cortos durante más horas del día.
De hecho, nuestros gatos tienen varios periodos de sueño profundo a lo largo del día interrumpido por cortos estallidos de actividad. Y, el motivo, de nuevo, está en sus genes felinos. Si vivieran en la naturaleza y tuvieran que cazarse ellos mismos la cena, como hace su primo salvaje el gato norteafricano, Felis silvestris lybica, nuestros amigos necesitarían estallidos de actividad durante la caza para tener éxito; ¡que estarían seguidos de un tiempo para comer y una merecida siesta!
Y a nuestros gatos, por mucho que nos quieran y se apoltronen en nuestro lado del sofá, no se les ha olvidado su pasado ni su herencia salvaje. Esto explica por qué nuestros gatos duermen tanto: su instinto cazador les dice que (si hace falta) deberán procurarse la cena por sí mismos. Y, para ello, necesitarán estos cortos estallidos de actividad (alrededor de 20): perseguir su cena, acecharla, saltar sobre ella, y hasta trepar y correr si hace falta, ¡lo que les deja exhaustos!
Y para maximizar las posibilidades de éxito, y lograr comer, deben haber recargado toda la energía posible entre ellos, con numerosas siestas a lo largo del día. Por eso los gatos necesitan dormir tanto; de este modo pueden conservar la energía que necesitan para cazar: Ya lo sabemos: si eres un gato, tu instinto te dice que la vida es: dormir, cazar, comer y ¡volver a dormir!
Pero hay más, porque los humanos también somos responsables del sueño de nuestros amigos peludos: un gato aburrido o deprimido dormirá más horas de lo normal. Y otros gatos nos despiertan en mitad de la noche para pedirnos mimos o comida, uno de problemas más habituales en las consultas de comportamiento felino.
Es cierto: puede que nuestros gatos duerman un montón, pero cuando están despiertos, se aseguran de exprimir y disfrutar la vida hasta el último segundo.
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