¿Qué me pide mi gato cuando maúlla? (Claves para entender el idioma gatuno)
Ronronean, arañan superficies. También, los gatos duermen muchas horas. Pero, ¿no te has preguntado por qué los felinos maúllan? De hecho, la mayoría de los gatos caseros maúllan. Algunos no paran de “hablarnos”. Mientras que otros solo encienden sus poderes vocales cuando quieren que les abras su latita de atún preferida.
¿Por qué maúllan los gatos? ¿Es el maullido una llamada de atención similar a la de un ladrido cuando el perro quiere jugar o ve algo llamativo ahí fuera? Lo que dice la ciencia: un maullido no es solo un sonido; más bien, se trata de una compleja forma de comunicación felina.
Tu gato puede estar intentando decirte que tiene hambre, que quiere tu atención, que está aburrido o, sencillamente, puede que solo pretenda saludarte, con un hola felino. Aun así, los gatos son muy inteligentes; y aprenden, ¡claro que aprenden!
Por eso, tu minino no tardará en darse cuenta de que su maullido surte efecto y de que sus deseos se ven cumplimos cuando entona su persuasivo 'miau'. Y lo intentará de nuevo para persuadirte de que se haga su peluda voluntad. Como abrir esa deliciosa latita de atún. 'Miau'.
Lo has adivinado: la respuesta a por qué maúllan los gatos no es única. Y realmente tiene una lista larga de posibles respuestas. Pero cuanto mejor aprendas a entender a tu gato, más rápidamente podrás responder qué es lo quiere de ti.
¿Los gatos maúllan para hablar con sus humanos?
Aquí va otra posible sorpresa científica: aunque el maullido suele considerarse un comportamiento clásico felino, lo cierto es que los gatos realmente no maúllan para comunicarse entre ellos. Al contrario, se trata más bien de un comportamiento aprendido para captar nuestra atención humana.
Es decir, tu gato maúlla para comunicarse o hablar contigo. Es cierto que las madres felinas maúllan para comunicarse con sus cachorros y para ayudarlos a regresar cuando se pierden o alejan. También lo es que los cachorros maúllan a sus madres cuando tienen hambre. Pero, una vez que maduran y se hacen adultos, dejan de utilizar esta forma de comunicación vocal entre ellos.
Hay una excepción: dos gatos adultos pueden comunicarse con un sonido similar a un maullido, pero prolongado y más parecido a un aullido. Aunque suele darse, sobre todo, en encuentros poco amigables; por ejemplo, antes de una posible pelea o trifulca gatuna.
Lo que tu gato te dice con el 'miau'
Por ese motivo, tampoco hay un único maullido, ni un 'miau' universal. De hecho, cada felino tiene su propio repertorio de maullidos únicos que utiliza para comunicarse con su humano o humana. Es decir: tu gato tiene su propia colección única de maullidos para ti; que tú entiendes o crees entender.
Es más, hay muchos estilos de maullidos. Míralo así: el 'miau' de tu gato es una vocalización multiusos; una suerte de navaja suiza vocal felina que tu amigo peludo cambia y modula en función de con quién habla, y de lo que quiere. Así, tu gato puede maullar cuando está feliz, pero también cuando se siente molesto, ansioso o cuando le invade cualquier otra emoción.
Un maullido corto puede significar “hola” o “préstame atención” en idioma gatuno. Mientras que un maullido prolongado suele resultar una queja o un lamento, como que le duele el estómago o que quiere su cena, ¡y la quiere ya!
Por su parte, una serie de maullidos cortos puede entenderse como un iniciador gatuno de conversación: algo así como “¡Ey! ¡Humano, lo digo en serio! ¡Préstame atención! ¿No ves que soy adorable?”
Ahora bien, si el maullido suena a llanto o si tu gato comienza a maullar de la noche a la mañana, debes decírselo al veterinario. En gatos mayores, a partir de 11 años, enfermedades como la disfunción cognitiva (similar al Alzheimer humano), el hipertiroidismo o la hipertensión también puede hacer que el gato empiece a maullar de forma repentina.
Gatos más maulladores que otros
Hay maullidos y maullidos. Y gatos más vocales o parlanchines que otros. Si tu felino es más bien callado, y rara vez recurre al maullido, seguro que intentará decirte lo que necesita de otro modo y encontrará su propio modo gatuno de captar tu atención. Cuanto más observes su comportamiento, mejor aprenderás a interpretar sus soniditos y demás vocalizaciones que conforman su complejo lenguaje felino.
Ahora bien: si esos maullidos irrumpen cada noche a las 4.00 horas y te sacan de la cama, es hora de tomarte más en serio el juego diurno con tu gato y de tomar unas consultas de comportamiento felino con un experto acreditado que te ayude a entender a tu gato, así como a revisar su entorno y los hábitos de tu minino.
Puede que entender a tu felino te implique algo más de trabajo, pero cuando aprendes, los gatos son tan comunicativos como sus compañeros perros. Solo que lo son a su felina y particular manera. Por eso los queremos, ¿o no?
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