Antes de ir al supermercado todos deberíamos revisar bien la lista de la compra, y no solo por si se nos ha olvidado incluir algo, también porque hay que aprender a ser un consumidor responsable, comprando solo lo necesario y buscando las opciones que mejoren nuestra calidad de vida y nuestro entorno. Para empezar, podemos hacernos estas preguntas: ¿cuántos alimentos procesados pensamos comprar? ¿Hemos planificado bien nuestro menú semanal para ajustarnos a los que de verdad necesitamos? ¿Vamos a generar muchos residuos con los productos que compremos?
La Asociación General de Consumidores, ASGECO Confederación, sigue pidiendo que actuemos en conciencia a través de iniciativas como la campaña “Con la comida sí se juega”. Este es el decálogo que debemos cumplir si queremos mejorar nuestros hábitos de compra, también a la hora de adquirir comida.
1. Evitar los alimentos procesados
Según un estudio publicado por la Universidad de Sao Paulo, el 20,3% de los alimentos que consumen los españoles son ultraprocesados y fruto de un proceso industrial (comida preparada, snacks, refrescos...) Es importante que la comida, tanto en casa como fuera, esté elaborada con productos frescos, locales y de temporada, y a poder ser que tengan denominación de origen y procedan de la agricultura y la ganadería ecológicas.
2. Apostar por el comercio justo
El comercio mundial está controlado por no más de 10 empresas multinacionales y organizaciones como Oxfam recuerdan que es necesario generar conciencias en relación a los derechos de los trabajadores y el respeto al medio ambiente. Optar por marcas socialmente responsables garantiza un salario digno para los productores y favorece la sostenibilidad del planeta.
3. Más planificación, menos desperdicios
La Comisión Europea estima que cada año se desaprovechan en el mundo más de 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo que supone un tercio de la producción mundial. España es el séptimo país que más comida desperdicia de la Unión (7,7 millones de toneladas). Comprar en función de nuestro consumo real, planificar un menú semanal y echarle imaginación a los restos de comida, es luchar contra el desperdicio alimentario.
4. Reducir el impacto ambiental
La ONU advierte que la actual producción de alimentos es un sistema insostenible a medio plazo ya que es responsable del 60% de la pérdida global de biodiversidad. Nuestro granito de arena puede empezar por adquirir productos cuyo transporte, distribución y generación de residuos provoque el menor daño posible.
5. El congelador como aliado
Para los alimentos que se cocinan y no se consumen, y también para reciclar las sobras. El frío es un buen sistema de conservación para sacar partido a todo lo que tenemos por la cocina, y así no despilfarrar comida. Toma nota: mantén una temperatura inferior a los -18 grados, usa recipientes herméticos, rotula y etiqueta, y sobre todo controla los tiempos de congelado de cada alimento.
6. Comida y niños
Ni como recompensa ni como castigo. Los pedagogos recuerdan que corregir los comportamientos de los hijos utilizando la comida es una mala estrategia por parte de los padres y que los hábitos alimenticios deben ser sagrados dentro de la rutina infantil, dejándolos fuera de toda negociación.
7. Residuos cero
Porque el mejor residuo es el que no se produce, movimientos como zero waste no solo consisten en reciclar y reutilizar, sino que proponen reducir al máximo la producción de residuos a través de reglas muy sencillas. Podemos comprar a granel, llevar bolsas de tela y decir no a los envases de plástico para producir la menor cantidad de basura posible.
8. Menos es más
Una mejor gestión de la compra no implica renunciar a la calidad. Se trata de comprar con criterios de sostenibilidad, solidaridad y racionalización. Que nuestra compra minimice la explotación de los recursos naturales y que evitemos consumir productos de manera excesiva e innecesaria.
9. Dieta sana y ejercicio, desde jóvenes
Comer variado y equilibrado, no saltarse ninguna comida, consumir más fruta y verdura, reducir el azúcar... Los jóvenes además deben aprender que no hay vida saludable sin actividad física, al menos una hora al día. Menos videojuegos, menos móvil, y más ejercicio. Más consejos en este vídeo.
10. Responsables 24horas / 365días al año
En el día a día, pero también de vacaciones. En casa y en familia, pero también en el trabajo con los compañeros e incluso con los amigos. Los consumidores responsables aplican sus principios y valores en todos los aspectos de su vida porque son más conscientes de su rol activo en la sociedad y porque sensibilizan a su entorno más cercano para mejorar sus hábitos de compra.