¿Debo cambiar la alimentación de mi perro cuando se vuelve mayor?

Foto: Bark

Jordi Sabaté

Eva, lectora y socia de eldiario.es, nos comenta que después de leer nuestro artículo sobre el Alzehimer caninoel Alzehimer canino, se dio cuenta de que su perra Dusty, de nueve años, tal vez presentaba algunos síntomas de envejecimiento y puede que de demencia. Nos cuenta que le sorprendió enterarse de que a pesar de que Dusty es una teckel (perro pequeño), a los nueve años “ya se la consideraba una perra anciana” y por tanto con riesgo de sufrir los achaques de la tercera edad. Por este motivo quería saber si debe seguir alimentando a Dusty con el mismo pienso de siempre o bien un perro mayor debe seguir una dieta especial.

Es cierto que a partir de los siete u ocho años en general a un perro se lo considera ya “senior”, siendo esta clasificación de rango muy amplio pero determinando la entrada en una etapa de la vida donde el riesgo de sufrir achaques crece progresivamente. Para entendernos, un perro de siete años para arriba ya deja de ser joven. No obstante, si el perro es de gran tamaño y peso por encima de los 25 kilogramos, esta entrada en la tercera edad puede empezar a los cinco años.

Otra cosa es el llamado Alzehimer canino o demencia senil, que al igual que en las personas, puede suceder temprano pero mayoritariamente se presenta en edades avanzadas. Es raro que un perro de siete u ocho e incluso nueve años presente demencia, pero no imposible. Ahora bien, a partir de esas edades los síntomas se pueden manifestar más frecuentemente y en perro mayores de diez años ya son claros.

Otra cosa es la longevidad media del perro, ya que los más pequeños suelen vivir más años que los mayores. No obstante, la longitud de la vida del perro vendrá también marcada por su pasado: cómo ha sido alimentado, si ha hecho una vida sedentaria o llena de ejercicio, si ha recibido cuidados, si sufre o ha sufrido enfermedades, abandono, etc. Todas estas circunstancias pueden aumentar o disminuir la vida de un perro en cantidad y calidad.

¿Pienso para perros ancianos?

Existen en el mercado pienso para perros senior, mayores, o ancianos, según los denomine cada marca de perros, pero en principio el cambio de pienso en un perro debe estar aconsejado por un veterinario, pues los piensos actuales de gama media y alta están suficientemente equilibrados para cubrir amplio espectro de edades y necesidades. Por lo tanto, el cambio vendrá dado o bien porque el perro no acepta el pienso, se niega a comerlo o le crea indigestión. También porque observamos cambios morfológicos, como que engorda o, por el contrario adelgaza.

En tales circunstancias, antes de hacer ningún cambio de pienso, que puede tener un periodo de aclimatación digestiva, consultaremos con nuestro veterinario sobre la conveniencia de un pienso especial para compensar la pérdida de peso o, por el contrario, propiciar un adelgazamiento si existe sobrepeso. Es posible que el veterinario nos aconseje en el segundo caso, y a no ser que el perro sea realmente mayor y precise requerimientos especiales, que bajemos las cantidades, y si el perro muestra mucha hambre probemos con un pienso más bajo en hidratos que le sacie.

En el caso de pérdidas de peso, que suelen darse en perros de edades ya avanzadas, lo que se produce es una pérdida de masa muscular, por lo que seguramente nos aconsejará cambiar a un pienso con mayor proporción de proteína de calidad (más caro), con menos materia grasa e hidratos de carbono; la proteína ayudará a mantener el músculo y los hidratos le proporcionarán energía. Por otro lado, con la edad es conveniente reducir la cantidad de grasas en el pienso porque el perro las digiere peor.

Las tres premisas de un pienso para perros mayores

Los piensos para perros mayores, ya sea que optemos por ellos de motu propio o que nos los recomiende el veterinario, deben cumplir con tres objetivos principales:

Mantener el tono muscular del perro: por ello, como hemos comentado, deberán priorizar las proteínas de calidad, que procedan de carne animal y no de tejido conectivo hidrolizado, de modo que el perro pueda asimilarlas con facilidad incluso presentando problemas en hígado o riñón.

Evitar el sobrepeso: los kilos de más son un gran enemigo del sistema cardiovascular del perro, ya que la obesidad le llevará al sedentarismo y este a la mala irrigación del cerebro, con lo que la demencia se puede presentar antes. Otro problema que tiene el sobrepeso es que carga las articulaciones del perro y es probable que le lleven a padecer dolores artrósicos. Por lo tanto los piensos para perros “senior” suelen ser más bajos en grasas e hidratos de carbono, ya que seguramente el can con la edad presenta menos actividad.

Aportar nutrientes especiales: en un perro mayor es importan vigilar posibles deficiencias de vitaminas -importante la vitamina C- y antioxidantes, así como los suplementos que favorezcan la mineralización ósea.

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