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Gatos y perros chatos: por qué nuestra preferencia por ellos debe terminar

Foto: StockSnap

Eva San Martín

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Ojos enormes. Cara estrujada. Nariz pequeña y muy chata. Con estos rasgos faciales de peluche, y su adorable carita arrugada, los gatos persas resultan irresistibles. Pero cuando sabes que esos ojos tan saltones también son, y precisamente por ello, muy propensos a las infecciones oculares, el asunto ya no suena tan divertido. Y esos ruiditos que hace cuando duerme pueden parecerte simpáticos, hasta que descubres que tu minino los hace porque intenta respirar.

“En España, los rasgos aplanados en extremo resultan más habituales en perros como el bulldog o el carlino, pero empezamos también a verlos en felinos: gatos persas y exóticos chatos y con una cavidad nasal tan estrecha que algunos necesitan cirugía para ensanchar sus narinas y poder respirar”, explica el veterinario Pedro Pablo Mayo, que el año pasado operó a dos mininos por culpa de esta malformación que algunos encuentran tan adorable, y que los veterinarios llamansíndrome braquicefálico (o cabeza corta; de “braqui”, acortado y “céfalo”, cabeza).

Es decir: hocico corto, nariz pinzada y velo del paladar alargado: “Los rasgos faciales que algunos encuentran en perros y gatos en realidad son malformaciones”, apunta el veterinario. El problema es que “mucha gente no es consciente de los peligros que implican: los estamos condenando a una vida de problemas respiratorios graves e inflamación crónica de las vías aéreas superiores”, afirma Mayo.

Estrellas peludas de internet como el gato Wilfred, el Guerrero, un persa de rasgos exagerados y dientes desordenados que le asoman, o la refunfuñona Grumpy Cat, han conferido un halo de glamour a los mininos con características braquicefálicas. Y aunque la cara aplastada y el gesto abatido que dieron fama a Grumpy no fueran resultado directo de su raza sino de una serie de anomalías genéticas, incluido un problema de crecimiento (una enfermedad llamada enanismo felino), su fama seguramente haya contribuido a que muchos se encapricharan por gatos de facciones planas.

No solo lo sufre el melenudo y chato gato persa: los problemas respiratorios también aparecen en otras razas, como el llamado gato exótico: un minino con la misma complexión que el persa pero de pelo corto. Bulldog, carlino, persa, exótico. Todos ellos comparten algo menos adorable, y desde luego, nada divertido: el síndrome braquicefálico que, sobre todo en los casos más severos y acusados, está relacionado de forma directa con una serie de problemas de salud muy graves para tu minino o perrete. 

No ronca, es que no puede respirar

Cada vez existen más estudios que verbalizan lo que los mininos y perros chatos no pueden decirnos: estos animales con caras muy aplastadas sufren problemas de salud que comprometen su calidad de vida, y hacen que muchos necesiten visitar al veterinario con frecuencia o que requieran dolorosas (y costosas) cirugías para acabar con las molestias. A veces se trata de una dificultad severa del minino para respirar cuando se mueve o intenta de subirse a su rascador, un problema que se agravará a medida que cumpla años: pellízcate ligeramente la nariz para saber qué se siente.

Ni hablemos de correr o trepar: comportamientos felinos naturales y esenciales para su bienestar físicos y emocional. Así, el veterinario podría plantearte una operación para ensanchar las narinas de tu minino; porque el aire que entra y sale de ellas no es suficiente. Otras veces son úlceras oculares, o queratitis: sus ojos son tan grandes y saltones que los párpados no alcanzan a protegerlos del todo, y la córnea queda expuesta. Pueden resultar muy dolorosas y tan latosas para tu gatito que en los casos más graves el veterinario podría aconsejar extraerle el ojo.

Otros problemas frecuentes

El lagrimeo de ojos constante, o epífora ocular, ocurre porque los conductos que normalmente transportan las lágrimas hacia el interior de la nariz (la producción de lágrimas es constante, y un mecanismo esencial para proteger el ojo) están deformados por el aplastamiento facial. Así, las lágrimas no drenan de forma apropiada. 

También pueden darse enfermedades bucales. La forma anormal de los huesos también afecta a la mandíbula de estos animales. Los dientes no quedan alineados (como le ocurre a Wilfred), y no pueden morder ni masticar con normalidad, y les predispone a sufrir problemas de dientes.

Los estudios también señalan que la pelvis de los felinos braquicefálicos suele ser menor; un factor que contribuye a la distocia o dificultad para dar a luz de algunas gatas persas. Finalmente, cuando el síndrome braquicefálico es severo, puede venir acompañado de excesivos pliegues en la cara. En consecuencia, sufren infecciones de bacterias y hongos en la piel o dermatitis facial.

El consejo más sensato

No contribuir a este sufrimiento, y mejor aún adoptarmejor aún adoptar, en lugar de comprar un amigo peludo: hay cientos de miles de gatetes y perritos que buscan una buena familia. Por ello, Mayo aconseja, como regla general, “no comprar este tipo de razas, sobre todo en sus rasgos más extremos (más chatos), porque hacerlo contribuye a su cría mediante una selección genética que premia las conformaciones extremas; y que compromete la salud de nuestros perros y gatos”.

No te dejes llevar por los likes de Instagram: la salud y bienestar de nuestros mininos y perretes debería premiar por encima de su aspecto físico.

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