Remedios para aliviar la piel quemada por el sol
Llega el verano y con esta temporada vacacional, también las ganas de descansar, desconectar y —una inmensa mayoría— de disfrutar de baños eternos meciéndonos con las olas del mar, dar largos paseos por la orilla, hacer deporte al aire libre o de tirarse en la arena calentita de la playa vuelta y vuelta escuchando nuestras canciones favoritas. Eso sí, no hay que olvidarse del sombrero, las gafas de sol, el protector y una buena sombrilla. Y si todo eso no es suficiente, ir de vez en cuando a escondernos a la sombra del chiringuito más cercano a reponer fuerzas.
Los efectos del sol no son exclusivos de la playa. Tampoco pueden bajar la guardia los amantes de la montaña, que estarán contando las horas para lanzarse a recorrer senderos entre bosques y prados, y refrescarse en piscinas naturales y cascadas.
Y aunque todos sabemos que protegerse del sol es vital para no terminar como una gamba y sufrir las consecuencias de las temidas quemaduras de los rayos ultravioletas, a casi todos nos ha pasado alguna vez y hemos terminado achicharrados después de una jornada playera o una caminata recorriendo senderos a plena luz del día. Los trabajos al aire libre o un simple paseo por cualquier ciudad según a qué horas pueden resultar igual de peligrosos si olvidamos protegernos debidamente.
No es ninguna tontería. Y las quemaduras cutáneas no son las únicas consecuencias posibles de una mala exposición solar, también podemos llegar a sufrir una insolación, afecciones oculares, una alteración del sistema inmunitario y envejecimiento cutáneo prematuro. En los últimos años, según informa el Ministerio de Sanidad, se ha constatado un aumento del cáncer de piel —tanto carcinomas como melanomas malignos—, “lo que es un claro indicativo de los peligros que comportan estas radiaciones”.
De hecho, el Ministerio de Sanidad señala que “las consecuencias de la exposición prolongada al sol, las picaduras de medusas y las lesiones medulares asociadas a las zambullidas son algunos de los principales riesgos para la salud asociados a las vacaciones de verano”.
Esto sucede porque durante esta época -en la que más actividades al aire libre hacemos- los rayos del sol inciden de forma más perpendicular en la Tierra “y nuestra piel se vuelve muy vulnerable a la exposición solar, por lo que una adecuada protección es fundamental para evitar daños sobre la salud”. Los efectos negativos de la exposición solar, además, se van acumulando en nuestra piel.
Desde el Ministerio de Sanidad dan una serie de recomendaciones para evitar los efectos adversos de la exposición solar:
- En primer lugar, tendremos que evitar exponernos al sol entre las 12.00 y las 17.00 horas, las horas centrales del día, sobre todo evitar hacer siestas al aire libre sin estar protegido por alguna sombra.
- Cubrir todas las partes del cuerpo que podamos para no exponerlas directamente al sol. Se recomiendan prendas de algodón ligeras o punto tupido.
- Utilizar sombreros o gorras.
- Proteger los ojos con gafas de sol homologadas, que filtren por lo menos el 90% de la radiación ultravioleta.
- Utilizar lociones o cremas protectoras con factores elevados y adecuados a nuestro tipo de piel y parte del cuerpo. La forma de aplicarlos es al menos media hora antes de exponerse al sol y tendremos que renovarlos cada dos horas. Tendremos que usar productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a nuestra edad, tipo de piel y zona del cuerpo.
- No hay que descuidar la protección en exposiciones en el agua, ya que el sol también penetra en ella, hasta un metro.
- En caso de estar tomando medicación, es importante saber si ésta incrementa la sensibilidad cutánea.
Si a pesar de seguir todas esas recomendaciones, te has despistado en algún momento y no has podido evitar quemarte, vamos a darte algunos consejos y remedios para aliviar esa desagradable sensación que dejan esas lesiones en nuestra piel:
- Una de las primeras soluciones que podemos probar es aplicar trapos húmedos o fríos sobre las quemaduras.
- En caso de no tener ampollas, podemos utilizar también cremas y ungüentos con vitamina C y E, que ayudarán a reponer la barrera cutánea. Un consejo: puedes guardar el After Sun en la nevera y utilizarlo fresquito después de la exposición al sol.
- Si tenemos inflamación, y tras consultar con un médico, puede resultar efectivo usar pomadas con cortisona.
- Hidratarnos bien bebiendo suficiente agua. No podemos olvidar que al tomar el sol, nuestro cuerpo pierde bastante agua y es esencial equilibrar de nuevo la cantidad de líquido que necesita nuestro organismo.
- Usar ropa cómoda y que no nos roce la piel.
En caso de que la reacción sea más grave y aparezcan ampollas -en especial en el caso de los niños, mujeres embarazadas y personas mayores- es aconsejable acudir al consultorio médico; así como si aparece fiebre de más de 38,5º o tenemos dolores fuertes, escalofríos o signos de deshidratación.
Mucho cuidado con algunas recomendaciones de algunos remedios naturales que circulan de boca en boca y que pueden arruinarte la piel:
- No debemos usar cremas de vaselina, o con anestésicos como benzocaína o lidocaína porque pueden provocarnos encima una dermatitis.
- Evitaremos arrancar las ampollas o rascar las zonas donde tengamos picores.
- No nos daremos baños de agua caliente ni usaremos sustancias como el alcohol.
- No usar ungüentos con base de aceite, porque obstruyen los poros.
- Tampoco debemos fiarnos de soluciones milagrosas con preparados a base de yogur, avena o leche.
Sí que se ha comprobado que son eficaces para aliviar el dolor, en cambio:
- El vinagre, por su poder antibiótico y desinfectante. Puede ser útil para evitar que se infecten las ampollas. Lo diluiremos con agua, una parte de cada uno de los líquidos, y podemos aplicarlo sobre la piel con trapos o compresas durante unos minutos.
- Aloe vera. El gel de las pencas de Aloe es emoliente, cicatrizante y antiinflamatorio. Es recomendable usarlo en cremas o geles.
- Agua fría. Se puede usar para aliviar los síntomas de la quemadura. Es mejor no usar hielo porque puede empeorar las lesiones.
- Aceite de coco. Igual que el Aloe, es antiinflamatorio y además tiene propiedades antibacterianas.
- Esencia de manzanilla. Puede ayudarnos a calmar la zona afectada, aplicándola con gasas o compresas.
No obstante, la mejor solución es protegerse debidamente. Tendremos que prestar especial atención a determinadas zonas como el rostro -sobre todo el puente de la nariz, los ojos, los labios y las mejillas-, la parte superior del pecho, el cuello, los hombros, el empeine, el cuero cabelludo y las orejas.
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