Trucos y consejos para limpiar las alpargatas de esparto sin estropearlas y que parezcan nuevas

Las alpargatas son una de las opciones más cómodas en verano.

Héctor García Alonso

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Las alpargatas de esparto son uno de los calzados más funcionales del verano. Su comodidad y sencillez, sumados a su accesible precio, las convierten en una de las alternativas más útiles para mantener tus pies frescos y aireados durante estos meses de calor.

El origen de las alpargatas es dudoso, aunque se dice que data de hace miles de años. Se cree que el diseño deriva del utilizado en las sandalias egipcias, las cuales llamaron poderosamente la atención de los romanos, que las tomaron como idea y las llevaron a las gentes de su Imperio con la intención de crear un calzado que protegiese al pie del sol y el calor.

Durante siglos, este tipo de calzado se concibió como de uso obrero e incluso militar, por su comodidad, resistencia y durabilidad. Dichas características han permitido que perdure durante los años hasta convertirse en un calzado de uso común.

Las alpargatas son un salvador en verano, ya que permiten que nuestros pies transpiren de manera correcta, lo que las vuelve un fundamental en el armario y una prenda de uso cotidiano en nuestros outfits. Sin embargo, el uso diario de nuestras alpargatas puede desgastarlas, y es habitual que estas se ensucien y estropeen. Por ello, es necesario seguir unos simples consejos para mantener tus alpargatas limpias y perfectas para su uso.

Limpiar tus alpargatas para que parezcan nuevas

La higiene de tu calzado es indispensable, ya que no solo prolonga su vida útil, sino que además contribuye a la salud de tus pies, eliminando gérmenes y bacterias, y reduciendo el mal olor. De esta manera, para limpiar nuestras alpargatas tan solo tendremos que dedicar algunos minutos con productos de uso diario accesibles en cualquier tienda de limpieza. Para ello necesitaremos:

  • Un cepillo pequeño y suave (como un cepillo de dientes gastado).
  • Agua a temperatura ambiente.
  • Jabón suave o de ropa delicada.
  • Un trapo de microfibra.
  • Una esponja.

Primero, limpiaremos todo el exterior con el cepillo. Los movimientos deben ser suaves y envolventes para no dañar la tela. Con esto conseguiremos limpiar la capa de suciedad adherida a la misma. Para la parte de la suela, si tiene suciedad incrustada como barro, es posible utilizar un cepillo algo más duro e incluso frotar con un poco más de fuerza, al tratarse de un material más resistente.

En segundo lugar, mezclaremos el jabón que hayamos seleccionado con agua -debe haber mucha más cantidad de agua que de jabón- y mojaremos la esponja con la mezcla. Es importante escurrir bien el restante de producto para no dañar el delicado tejido. Después, pasaremos un trapo de microfibra sobre la tela mojada para retirar cualquier resto de jabón.

Por último, colgaremos las alpargatas para dejarlas secar al aire libre, evitando luz solar directa que pueda dañar el tejido o quitarle color. Un truco eficaz es el de meter papeles de periódico en el interior de las alpargatas para que absorba la humedad de las zonas más cerradas y más difíciles de secar. Además, gracias a este método las alpargatas no se deformarán mientras están mojadas.

Si por otro lado quieres eliminar olores de tu calzado, mezcla agua con vinagre blanco a partes iguales e impregna la tela ligeramente. Déjalo secar al aire libre durante unas horas, siempre con luz indirecta para no dañar los tejidos.

Limpiar las alpargatas es una manera de prolongar la vida de las mismas, pero no es el único método. Para repeler la suciedad y las manchas desde el primer momento, es recomendable aplicar un protector de telas sobre el calzado antes de comenzar a usarlo.

Además, este tipo de calzado se puede ver muy dañado por la exposición constante al agua y la humedad. Por ello, aconsejamos evitar mojarlas al llevarlas a la playa y no lavarlas en la lavadora.

Si eres realmente fan de esta prenda en verano, y para evitar que se echen a perder rápidamente, recomendamos hacerte con más de un par de alpargatas para alternar. Con esto, contribuirás a la rotación de tu calzado, limitando su deterioro y contribuyendo a que duren lo máximo posible.

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