El mejor análisis de la situación política y la mejor estrategia a seguir para los dos años largos que quedan de legislatura la fijó, como no es infrecuente que ocurra, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, en su intervención en el pleno del Congreso de los Diputados del pasado día 30 de junio, convocado para la explicación por el Presidente del Gobierno de los indultos concedidos a los condenados del procés y la fijación de su posición respecto de los mismos por los diferentes grupos parlamentarios. “Olvídese del ruido y gestione… Hay una mayoría que apoyó la investidura con la que se puede trabajar”.
El ruido no va a ir a menos, sino todo lo contrario. Empezó antes de la investidura, como el lector, sin duda, recuerda. Y ha ido en aumento desde entonces. Con cualquier motivo: la gestión de la pandemia, la declaración y prórroga de los estados de alarma o los indultos. Y con la participación muy destacada del Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas y los Tribunales de Justicia en los más diversos asuntos: Certificado falsificado de Rocío Monasterio, cartel electoral de Vox sobre los Mena. Nada nos permite esperar que la actuación del Tribunal de Cuentas y de determinados jueces y magistrados vaya a ser distinta a la de estos últimos meses.
El Gobierno no puede hacer nada para evitarlo. Y en el supuesto de que intente hacerlo, el volumen del ruido se volverá atronador, ya que los medios de comunicación de la derecha española se encargarán de que así sea. Lo único que puede hacer el Gobierno es olvidarse del griterío y gobernar con la mayoría parlamentaria de la investidura, que ha demostrado su consistencia tanto en la aprobación de los proyectos de ley remitidos por el Gobierno hasta el momento como en el rechazo de todas las mociones presentadas por las derechas, la última de las cuales ha sido, precisamente, la moción sobre los indultos.
Hay mayoría de Gobierno y hay que hacer uso de la misma. De manera inmediata hay que hacer uso de ella para recuperar la vigencia del principio de “anualidad presupuestaria” en desuso desde 2016. Si la Ministra de Hacienda consigue depositar el 30 de septiembre el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022, a fin de que el Congreso primero y el Senado después puedan debatirlos y aprobarlos antes del 31 de diciembre, se habrá conseguido poner fin a una de las mayores desviaciones en el funcionamiento del sistema político español desde las elecciones del 20 de diciembre de 2015.
La presentación y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de acuerdo con el calendario previsto en la Constitución sería la señal inequívoca de recuperación de la normalidad. La “potestad presupuestaria” es la segunda de las funciones parlamentarias que la Constitución contempla en el artículo 66.2. Primero la “potestad legislativa”. Después la “potestad presupuestaria”. Desde diciembre de 2015 las Cortes Generales no han ejercido con normalidad ninguna de las dos. La legislación gubernamental, el decreto-ley, ha sustituido a la ley parlamentaria. Y o no se han aprobado Presupuestos Generales del Estado o los que se han aprobado lo han sido con infracción del calendario constitucional para su aprobación.
En esta “primera” legislatura propiamente dicha de Pedro Sánchez se ha recuperado por las Cortes Generales el ejercicio de la potestad legislativa y, si se presentan los Presupuestos en septiembre, se habrá recuperado el ejercicio de la potestad presupuestaria tal como la Constitución lo exige.
Dada nuestra anómala vida parlamentaria del último lustro, la presentación en tiempo y forma del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales permitirá la discusión parlamentaria de los mismos de la forma en que debe hacerse. El debate de totalidad en la admisión a trámite acompañado del debate de las enmiendas a la totalidad con solicitud de devolución que, sin duda, presentarán diversos grupos parlamentarios será el equivalente del “debate sobre el estado de la nación”, que acaba de reclamar Pablo Casado. No para celebrar un debate, sino para seguir haciendo ruido.
A la altura del año en que nos encontramos no hay forma de hacer un debate con seriedad y rigor que no sea a través de un debate sobre un proyecto de Gobierno, que es lo que representa el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado.
Señor Presidente del Gobierno, olvídese del ruido y concéntrese en los Presupuestos. En la aprobación de los mismos está la clave de la gobernabilidad del país en lo que queda de legislatura. En el debate se podrá comprobar si PP y Vox son portadores de un programa de gobierno para el país o son simplemente unas máquinas de hacer ruido.
Hacer leyes y aprobar Presupuestos. Esto es lo que hay que hacer. Y hay mayoría parlamentaria para hacerlo. Que los demás hagan el ruido que les parezca oportuno. Tenga confianza en los ciudadanos.