Todos quieren ser digitales porque lo digital parece ofrecer la posibilidad de un futuro distinto. El mismo diario que acoge este blog parece en su nombre una invocación de la virtualidad de lo digital, ese carácter potencial que se abre a infinitas posibilidades: Eldiario.es, 'El diario es...' parece conminar a que cada uno dé continuidad a la promesa de un nombre inacabado. Así que todos quieren ser digitales porque lo digital ofrece la promesa de poder pensar (y hacer) el mundo de nuevo. La política se digitaliza y amplía a Internet, los movimientos sociales hacen de la red su lugar de residencia, los gobiernos se tornan electrónicos, los libros se evaporan en bits y, claro está, el periodismo también se reencarna. He aquí un ejemplo en este mismo diario (Ignacio Escolar entraba esta semana a discutir el tema). También la academia, que es nuestro lugar, quiere digitalizarse (humanidades digitales, e-research, técnicas digitales...). La academia que es el modo de estar en el mundo de quien esto escribe y de Alberto Corsín, compañero de aventuras académicas.
Hace dos años comenzamos una investigación en un lugar donde se piensa y experimenta de una manera singular con las transformaciones que la cultura digital está introduciendo en nuestra contemporaneidad: Medialab-Prado, el mismo centro que ahora acoge este texto con su habitual hospitalidad. Lo primero que aprendimos es que Medialab-Prado se aproxima a la experimentación de diferentes dominios a través de figuras como el procomún, los laboratorios ciudadanos, la ciencia de garaje o la producción colaborativa de cultura. Y nos encontramos con una figura excepcional que había atraído la atención de Alberto Corsín, la de los prototipos. La cultura de los prototipos constituye uno de los elementos salientes del modo de hacer de Medialab.
Antes de volver sobre los prototipos un comentario sobre la cultura digital que quizás nos ayude a poner en contexto la singularidad de esos objetos. Eso que llamamos cultura digital es antes que un todo coherente un entramado de formas de hacer distintas, lenguajes excluyentes habitualmente e imaginarios en no pocas ocasiones incompatibles. O dicho de otra manera y con más claridad, mejor sería pensar no en una cultura digital sino a través de múltiples culturas digitales; un plural de importancia radical. Me explico. El iPhone, Microsoft o Facebook nos proponen mundos radicalmente distintos e inconmensurables frente a otras tecnologías y proyectos como los blogs, el Software libre o la Wikipedia. No voy a entrar ahora a discutir las virtudes particulares y la inclinación personal por unos proyectos y tecnologías en detrimento de otros; me basta con hacer explícito que nos encontramos ante tecnologías y sus culturas (digitales) que nos proponen modos de organizar la sociedad y hacer mundos radicalmente distintos.
La cultura de los prototipos es la piedra de toque sobre la cual Medialab-Prado sostiene su particular realización de la cultura digital. Los prototipos se piensan convencionalmente como tecnologías de prueba, pero en Medialab-Prado son algo completamente distinto que desborda los estrechos límites de un cacharro que se encuentra en un estado beta, en una fase promisoria a punto del colapso (o del éxito). Los prototipos son en Medialab-Prado un contexto para la experimentación ciudadana, un modo de relacionalidad y una particular manera de explorar otros formas de producir sociedad mediante la tecnología. El prototipo no es ese cacharro frágil que en cualquier momento puede fallar sino todo aquello que se convoca a su alrededor y es parte de él. Quizá el software libre es el prototipo por excelencia: una tecnología en permanente desarrollo, en la que se publican las nuevas versiones para ser mejoradas, que nunca parece estar clausurada sino que permanece abierta en un proceso de mejora. Y en esa apertura permanente sostiene en torno a sí a toda una comunidad. Se produce software mientras se crea una comunidad, se produce una comunidad que crea software.
Los prototipos, de esta manera, nos permiten pensar en todos esos proyectos que hacen de la experimentación y de los estados provisionales su razón de ser. El software libre, los servicios en beta, los wikis como paradigma de la edición permanente... figuras todas ellas 'prototípicas' que hacen de la fragilidad, la apertura, la legitimación del fracaso y la experimentación un espacio productivo. El prototipo se nos aparece como una singular tecnología y forma social que plantea otros modos de organizarse socialmente, de regular la propiedad intelectual, de intervenir en la sociedad... Y se nos aparece también como una singular figura para pensar en nuestra contemporaneidad.
Aprendimos mucho, y seguimos haciéndolo, en nuestra relación con Medialab-Prado. A través de Medialab transitamos hacia las asambleas del 15M y desde ellas llegamos a algunos de los proyectos ciudadanos más innovadores de Madrid, como La Tabacalera, el Campo de Cebada, Esta es una plaza y cada una de las asambleas del 15M que han poblado la ciudad; y llegamos también a otros proyectos públicos excepcionales como Intermediae. No nos cansaremos de agradecer a unos y otros el tiempo compartido. Todos ellos son experimentos que proponen nuevas formas de imaginar y practicar la ciudad, una manera de producir lo urbano a través de la experimentación ciudadana y que toman inspiración en no pocas ocasiones de la cultura digital. Otros prototipos urbanos.
El aprendizaje realizado a lo largo de todo ese tiempo en lugares tan distintos ha impregnado nuestra práctica de investigación. Recurriendo al lenguaje del 15M, aunque no hemos llegado a tomar (u ocupar) la academia lo hemos intentado. En las próximas semanas queremos dar cuenta aquí de ese aprendizaje y de cómo nos ayuda a pensar nuestro lugar en el mundo académico y, de vuelta, cómo desde el mundo académico podemos pensar algunos de los temas de actualidad. Trataremos de pensar en las transformaciones que la academia está experimentando en diversas geografías como consecuencia de un proceso creciente de neoliberalización, y a través de ello nos aproximaremos al progresivo desmantelamiento de lo público intensificado en los tiempos recientes. Tomaremos como pretexto la incorporación de las tecnologías digitales en la práctica científica y educativa para considerar la posibilidad de proponer formas de reorganizar institucionalmente la academia, repensar los lugares de creación de conocimiento y la responsabilidad social de los científicos. Hackear la investigación, como hemos intentado en el Estudio de hackeos de la academia, es una manera de poner todo eso en práctica, abrir la academia a nuevos contextos de diálogo y pensar en la renovación de sus métodos de producción de conocimiento tomando inspiración de los lugares más insospechados. En definitiva, nuestra intención es abrir un diálogo que esperemos que sea productivo.
Alberto Corsín Jiménez (CSIC) y Adolfo Estalella son antropólogos e investigadores. Durante los últimos dos años y medio han realizado una etnografía intensiva donde exploran las formas de experimentación urbana localizadas en Medialab-Prado y las asambleas del 15M. Pueden seguirse sus proyectos a través del sitio http://www.prototyping.es.
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Prototiposurbanos: un espacio para la experimentación ciudadana
Todosquieren ser digitales porque lo digital parece ofrecer la posibilidadde un futuro distinto. El mismo diario que acoge este blog parece ensu nombre una invocación de la virtualidad de lo digital, esecarácter potencial que se abre a infinitas posibilidades:Eldiario.es, 'El diario es...' parece conminar a que cada uno décontinuidad a la promesa de un nombre inacabado. Así que todosquieren ser digitales porque lo digital ofrece la promesa de poderpensar (y hacer) el mundo de nuevo. La política se digitaliza yamplía a Internet, los movimientos sociales hacen de la red su lugarde residencia, los gobiernos se tornan electrónicos, los libros seevaporan en bits y, claro está, el periodismo también se reencarna.He aquí un ejemplo en este mismo diario (Nacho Escolar entrabaesta semana a discutir el tema)[http://www.eldiario.es/escolar/Diarios-discos-enciclopedias-especies-extincion_6_48355166.html].También la academia, que es nuestro lugar, quiere digitalizarse(humanidades digitales, e-research, técnicas digitales...). Laacademia que es el modo de estar en el mundo de quien esto escribe yde Alberto Corsín, compañero de aventuras académicas.
Hacedos años comenzamos una investigación en un lugar donde se piensa yexperimenta de una manera singular con las transformaciones que lacultura digital está introduciendo en nuestra contemporaneidad:Medialab-Prado, el mismo centro que ahora acoge este texto con suhabitual hospitalidad. Lo primero que aprendimos es queMedialab-Prado se aproxima a la experimentación de diferentesdominios a través de figuras como el procomún, los laboratoriosciudadanos, la ciencia de garaje o la producción colaborativa decultura. Y nos encontramos con una figura excepcional que habíaatraído la atención de Alberto Corsín, la de los prototipos. Lacultura de los prototipos constituye uno de los elementos salientesdel modo de hacer de Medialab.
Antesde volver sobre los prototipos un comentario sobre la cultura digitalque quizás nos ayude a poner en contexto la singularidad de esosobjetos. Eso que llamamos cultura digital es antes que un todocoherente un entramado de formas de hacer distintas, lenguajesexcluyentes habitualmente e imaginarios en no pocas ocasionesincompatibles. O dicho de otra manera y con más claridad, mejorsería pensar no en una cultura digital sino a través de múltiplesculturas digitales; un plural de importancia radical. Me explico. EliPhone, Microsoft o Facebook nos proponen mundos radicalmentedistintos e inconmensurables frente a otras tecnologías y proyectoscomo los blogs, el Software libre o la Wikipedia. No voy a entrarahora a discutir las virtudes particulares y la inclinación personalpor unos proyectos y tecnologías en detrimento de otros; me bastacon hacer explícito que nos encontramos ante tecnologías y susculturas (digitales) que nos proponen modos de organizar la sociedady hacer mundos radicalmente distintos.
Lacultura de los prototipos es la piedra de toque sobre la cualMedialab-Prado sostiene su particular realización de la culturadigital. Los prototipos se piensan convencionalmente como tecnologíasde prueba, pero en Medialab-Prado son algo completamente distinto quedesborda los estrechos límites de un cacharro que se encuentra en unestado beta, en una fase promisoria a punto del colapso (o deléxito). Los prototipos son en Medialab-Prado un contexto para laexperimentación ciudadana, un modo de relacionalidad y unaparticular manera de explorar otros formas de producir sociedadmediante la tecnología. El prototipo no es ese cacharro frágil queen cualquier momento puede fallar sino todo aquello que se convoca asu alrededor y es parte de él. Quizá el software libre es elprototipo por excelencia: una tecnología en permanente desarrollo,en la que se publican las nuevas versiones para ser mejoradas, quenunca parece estar clausurada sino que permanece abierta en unproceso de mejora. Y en esa apertura permanente sostiene en torno así a toda una comunidad. Se produce software mientras se crea unacomunidad, se produce una comunidad que crea software.
Losprototipos, de esta manera, nos permiten pensar en todos esosproyectos que hacen de la experimentación y de los estadosprovisionales su razón de ser. El software libre, los servicios enbeta, los wikis como paradigma de la edición permanente... figurastodas ellas 'prototípicas' que hacen de la fragilidad, la apertura,la legitimación del fracaso y la experimentación un espacioproductivo. El prototipo se nos aparece como una singular tecnologíay forma social que plantea otros modos de organizarse socialmente, deregular la propiedad intelectual, de intervenir en la sociedad... Yse nos aparece también como una singular figura para pensar ennuestra contemporaneidad.
Aprendimosmucho, y seguimos haciéndolo, en nuestra relación conMedialab-Prado. A través de Medialab transitamos hacia las asambleasdel 15M y desde ellas llegamos a algunos de los proyectos ciudadanosmás innovadores de Madrid, como La Tabacalera[http://latabacalera.net], el Campo de Cebada[http://elcampodecebada.org ], Esta es una plaza[http://estaesunaplaza.blogspot.com.es] y cada una de las asambleasdel 15M que han poblado la ciudad[http://lavapies.tomalosbarrios.net]; y llegamos también a otrosproyectos públicos excepcionales como Intermediae[http://intermediae.es]. No nos cansaremos de agradecer a unos yotros el tiempo compartido. Todos ellos son experimentos que proponennuevas formas de imaginar y practicar la ciudad, una manera deproducir lo urbano a través de la experimentación ciudadana y quetoman inspiración en no pocas ocasiones de la cultura digital. Otrosprototipos urbanos.
Elaprendizaje realizado a lo largo de todo ese tiempo en lugares tandistintos ha impregnado nuestra práctica de investigación.Recurriendo al lenguaje del 15M, aunque no hemos llegado a tomar (uocupar) la academia lo hemos intentado. En las próximas semanasqueremos dar cuenta aquí de ese aprendizaje y de cómo nos ayuda apensar nuestro lugar en el mundo académico y, de vuelta, cómo desdeel mundo académico podemos pensar algunos de los temas deactualidad. Trataremos de pensar en las transformaciones que laacademia está experimentando en diversas geografías comoconsecuencia de un proceso creciente de neoliberalización, y através de ello nos aproximaremos al progresivo desmantelamiento delo público intensificado en los tiempos recientes. Tomaremos comopretexto la incorporación de las tecnologías digitales en lapráctica científica y educativa para considerar la posibilidad deproponer formas de reorganizar institucionalmente la academia,repensar los lugares de creación de conocimiento y laresponsabilidad social de los científicos. Hackear la investigación,como hemos intentado en el 'Estudio de hackeos de la academia'[http://www.prototyping.es/hacking-academy-studio], es una manera deponer todo eso en práctica, abrir la academia a nuevos contextos dediálogo y pensar en la renovación de sus métodos de producción deconocimiento tomando inspiración de los lugares más insospechados.En definitiva, nuestra intención es abrir un diálogo que esperemosque sea productivo.
AlbertoCorsín Jiménez (CSIC) y Adolfo Estalella son antropólogos einvestigadores. Durante los últimos dos años y medio han realizadouna etnografía intensiva donde exploran las formas deexperimentación urbana localizadas en Medialab-Prado y las asambleasdel 15M. Pueden seguirse sus proyectos a través del sitiohttp://www.prototyping.es.
Prototipos urbanos: un espacio para la experimentación ciudadana
Todos quieren ser digitales porque lo digital parece ofrecer la posibilidad de un futuro distinto. El mismo diario que acoge este blog parece en su nombre una invocación de la virtualidad de lo digital, ese carácter potencial que se abre a infinitas posibilidades: Eldiario.es, 'El diario es...' parece conminar a que cada uno dé continuidad a la promesa de un nombre inacabado. Así que todos quieren ser digitales porque lo digital ofrece la promesa de poder pensar (y hacer) el mundo de nuevo. La política se digitaliza y amplía a Internet, los movimientos sociales hacen de la red su lugar de residencia, los gobiernos se tornan electrónicos, los libros se evaporan en bits y, claro está, el periodismo también se reencarna. He aquí un ejemplo en este mismo diario (Nacho Escolar entraba esta semana a discutir el tema) [http://www.eldiario.es/escolar/Diarios-discos-enciclopedias-especies-extincion_6_48355166.html]. También la academia, que es nuestro lugar, quiere digitalizarse (humanidades digitales, e-research, técnicas digitales...). La academia que es el modo de estar en el mundo de quien esto escribe y de Alberto Corsín, compañero de aventuras académicas.
Hace dos años comenzamos una investigación en un lugar donde se piensa y experimenta de una manera singular con las transformaciones que la cultura digital está introduciendo en nuestra contemporaneidad: Medialab-Prado, el mismo centro que ahora acoge este texto con su habitual hospitalidad. Lo primero que aprendimos es que Medialab-Prado se aproxima a la experimentación de diferentes dominios a través de figuras como el procomún, los laboratorios ciudadanos, la ciencia de garaje o la producción colaborativa de cultura. Y nos encontramos con una figura excepcional que había atraído la atención de Alberto Corsín, la de los prototipos. La cultura de los prototipos constituye uno de los elementos salientes del modo de hacer de Medialab.
Antes de volver sobre los prototipos un comentario sobre la cultura digital que quizás nos ayude a poner en contexto la singularidad de esos objetos. Eso que llamamos cultura digital es antes que un todo coherente un entramado de formas de hacer distintas, lenguajes excluyentes habitualmente e imaginarios en no pocas ocasiones incompatibles. O dicho de otra manera y con más claridad, mejor sería pensar no en una cultura digital sino a través de múltiples culturas digitales; un plural de importancia radical. Me explico. El iPhone, Microsoft o Facebook nos proponen mundos radicalmente distintos e inconmensurables frente a otras tecnologías y proyectos como los blogs, el Software libre o la Wikipedia. No voy a entrar ahora a discutir las virtudes particulares y la inclinación personal por unos proyectos y tecnologías en detrimento de otros; me basta con hacer explícito que nos encontramos ante tecnologías y sus culturas (digitales) que nos proponen modos de organizar la sociedad y hacer mundos radicalmente distintos.
La cultura de los prototipos es la piedra de toque sobre la cual Medialab-Prado sostiene su particular realización de la cultura digital. Los prototipos se piensan convencionalmente como tecnologías de prueba, pero en Medialab-Prado son algo completamente distinto que desborda los estrechos límites de un cacharro que se encuentra en un estado beta, en una fase promisoria a punto del colapso (o del éxito). Los prototipos son en Medialab-Prado un contexto para la experimentación ciudadana, un modo de relacionalidad y una particular manera de explorar otros formas de producir sociedad mediante la tecnología. El prototipo no es ese cacharro frágil que en cualquier momento puede fallar sino todo aquello que se convoca a su alrededor y es parte de él. Quizá el software libre es el prototipo por excelencia: una tecnología en permanente desarrollo, en la que se publican las nuevas versiones para ser mejoradas, que nunca parece estar clausurada sino que permanece abierta en un proceso de mejora. Y en esa apertura permanente sostiene en torno a sí a toda una comunidad. Se produce software mientras se crea una comunidad, se produce una comunidad que crea software.
Los prototipos, de esta manera, nos permiten pensar en todos esos proyectos que hacen de la experimentación y de los estados provisionales su razón de ser. El software libre, los servicios en beta, los wikis como paradigma de la edición permanente... figuras todas ellas 'prototípicas' que hacen de la fragilidad, la apertura, la legitimación del fracaso y la experimentación un espacio productivo. El prototipo se nos aparece como una singular tecnología y forma social que plantea otros modos de organizarse socialmente, de regular la propiedad intelectual, de intervenir en la sociedad... Y se nos aparece también como una singular figura para pensar en nuestra contemporaneidad.
Aprendimos mucho, y seguimos haciéndolo, en nuestra relación con Medialab-Prado. A través de Medialab transitamos hacia las asambleas del 15M y desde ellas llegamos a algunos de los proyectos ciudadanos más innovadores de Madrid, como La Tabacalera [http://latabacalera.net], el Campo de Cebada [http://elcampodecebada.org ], Esta es una plaza [http://estaesunaplaza.blogspot.com.es] y cada una de las asambleas del 15M que han poblado la ciudad [http://lavapies.tomalosbarrios.net]; y llegamos también a otros proyectos públicos excepcionales como Intermediae [http://intermediae.es]. No nos cansaremos de agradecer a unos y otros el tiempo compartido. Todos ellos son experimentos que proponen nuevas formas de imaginar y practicar la ciudad, una manera de producir lo urbano a través de la experimentación ciudadana y que toman inspiración en no pocas ocasiones de la cultura digital. Otros prototipos urbanos.
El aprendizaje realizado a lo largo de todo ese tiempo en lugares tan distintos ha impregnado nuestra práctica de investigación. Recurriendo al lenguaje del 15M, aunque no hemos llegado a tomar (u ocupar) la academia lo hemos intentado. En las próximas semanas queremos dar cuenta aquí de ese aprendizaje y de cómo nos ayuda a pensar nuestro lugar en el mundo académico y, de vuelta, cómo desde el mundo académico podemos pensar algunos de los temas de actualidad. Trataremos de pensar en las transformaciones que la academia está experimentando en diversas geografías como consecuencia de un proceso creciente de neoliberalización, y a través de ello nos aproximaremos al progresivo desmantelamiento de lo público intensificado en los tiempos recientes. Tomaremos como pretexto la incorporación de las tecnologías digitales en la práctica científica y educativa para considerar la posibilidad de proponer formas de reorganizar institucionalmente la academia, repensar los lugares de creación de conocimiento y la responsabilidad social de los científicos. Hackear la investigación, como hemos intentado en el 'Estudio de hackeos de la academia' [http://www.prototyping.es/hacking-academy-studio], es una manera de poner todo eso en práctica, abrir la academia a nuevos contextos de diálogo y pensar en la renovación de sus métodos de producción de conocimiento tomando inspiración de los lugares más insospechados. En definitiva, nuestra intención es abrir un diálogo que esperemos que sea productivo.
Alberto Corsín Jiménez (CSIC) y Adolfo Estalella son antropólogos e investigadores. Durante los últimos dos años y medio han realizado una etnografía intensiva donde exploran las formas de experimentación urbana localizadas en Medialab-Prado y las asambleas del 15M. Pueden seguirse sus proyectos a través del sitio http://www.prototyping.es.