Praga, 21 dic (EFE).- La creación artesanal de adornos navideños con cuentas de cristal soplado, una tradición en la región checa de Bohemia, ha sido reconocida como patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco.
Con un modo de trabajo idéntico al que usaban los cristaleros hace un siglo, esta artesanía es “única por su sistema de gremios o por el hecho de que la tradición pase entre generaciones dentro de una familia”, destacó al portal Novinky.cz Marek Kulhavý, gerente de Rauris, la única empresa del mundo que fabrica a mano este tipo de piezas.
La empresa está en el norte de Bohemia, en la localidad de Poniklá, de 1.105 habitantes, en una región donde el cristal y la bisutería fueron claves en su desarrollo económico.
La Unesco recuerda en su página web que el soplado y moldeado de burbujas de vidrio se ha estado haciendo en Bohemia desde el siglo XVIII y que la aplicación de la técnica para hacer adornos navideños es típica en la región de los Montes Gigantes, donde se ubica Poniklá.
la Unesco explica que la tradición fue pasando de familia en familia durante generaciones y que sólo uno de los pequeños talleres que se dedicaba a esta actividad sobrevivió a las reformas económicas durante la dictadura comunista.
Rautis emplea unas 50 personas y cuenta con un catálogo de hasta 20.000 modelos de decoración navideña, algunos de los cuales datan de principios del siglo XX.
Si hace 20 años la entidad exportaba el 95% de su producción, sobre todo a Estados Unidos, ahora la mitad de las ventas son en el mercado checo.