Ana Zamora sostiene que el medievo está muy estudiado pero poco transitado sobre las tablas

La dramaturga Ana Zamora sostiene que cuando nació la compañía “Nao d'amores” en 2001, para investigar y llevar a escena teatro medieval y renacentista, “nadie daba un duro” por el proyecto, porque esta época está muy estudiada académicamente “pero poco transitada en las tablas”.

En una entrevista con Efe, la fundadora de la compañía que ha unido a profesionales procedentes del teatro clásico, los títeres y la música antigua, única de su género en España, asegura que “si es difícil hacer siglo de oro, había quien pensaba que no iba a interesar a nadie abordar el periodo anterior”.

Tras más de una década, el éxito es patente, con giras continuas, reconocimientos y presencia en festivales internacionales, dejando claro, a juicio de Zamora, que “se puede llevar la alta cultura a la gente más llana y que la manía que tenemos de pensar que el espectador básico es tonto, es una idiotez como una casa”.

De ahí que esta mujer, que ahora prepara la versión de “Carmen”, para la apertura de temporada del Teatro Nacional de la Zarzuela, entienda que “se pueden construir espectáculos con diferentes niveles de lectura, para poder llevar todo ese tipo de cosas a las que, normalmente, no accedería la gente”.

Y es que nadie, por ejemplo, “va a ir a una librería a comprar un texto de Gómez Manrique -poeta y dramaturgo del prerrenacimiento español-, es una manera de hacer accesible un tipo de cultura que no está en primer plano”, añade.

Son muchos kilómetros de furgoneta al año, reflexiona la directora teatral, donde no faltan situaciones emocionantes como “cuando encuentras en un pueblo a quien ha oído hablar de la compañía, identificándola con la interpretación de textos de Gil Vicente, eso me hace más ilusión que estrenar en el Piccolo Teatro de Milán, como también hemos hecho”.

La clave, explica Zamora (Madrid, 1975) es que ella se identificaba muy bien con todo ese mundo, donde la lírica es muy importante, se unen la forma y el contenido, “era un trabajo por hacer, no se había abordado en España, hay muy pocas puesta en escena de ese momento”, matiza.

Conscientes de que había un hueco pendiente que rellenar, “Nao d'amores” no solo ha acudido a los festivales más importantes del mundo, sino que ha apostado, según la directora, por “hacer carretera y manta, recorriendo los pueblos más pequeños, donde muchas veces se encuentra el origen de este teatro, lo que se conserva vivo de su identidad”.

Zamora se encuentra muy satisfecha del resultado de “Penal de Ocaña”, de María Josefa Canellada, que ha permitido a la compañía “abrir una línea alternativa, sin abandonar el prebarroco, con un equipo que se entiende muy bien haciendo creación artística, lo que no es fácil, porque cada vez hay menos compañías estables”.

De haber sido declarada por varios medios de Madrid como uno de los espectáculos más interesantes de salas alternativas, ha llegado a representarse en Colombia, donde celebraron el día de la mujer con 600 mujeres de los barrios populares de Cali.

Zamora tenía interés por cotejar cómo el público de a pie iba a seguir un monólogo de una hora y cuarto con un texto duro y profundo, también muy poético, pero estima que “la conexión ha sido absoluta”.

Aurelio Martín.