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ENTREVISTA Artista

Daniela Ortiz pide salir del Reina Sofía: “La OTAN se ha querido apropiar del 'Guernica' y son unos asesinos”

Vasos comunicantes. Colección 1881-2021, de Daniela Ortiz

Peio H. Riaño

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La artista peruana Daniela Ortiz vio la fotografía de las parejas de los mandatarios en la cumbre de la OTAN posando junto a Guernica, de Pablo Picasso, un monumental lienzo que denuncia la masacre fascista contra la población vasca durante la Guerra Civil española. Ortiz escribió de inmediato a la dirección del Museo Reina Sofía para reclamar la retirada de su obra expuesta en Vasos comunicantes. Colección 1881-2021, la particular visión de las colecciones del centro diseñada por su director, Manuel Borja-Villel. Ha hecho pública la carta en la que reclama la inmediata retirada de su serie compuesta por ocho cuadros y desde el Museo Reina Sofía todavía no saben qué hacer, explican a este periódico. Este viernes seguían intentando hablar con la artista para tomar una decisión, a pesar de que Ortiz es muy clara en su escrito. 

La artista cuzqueña que vivió en Barcelona hasta 2018 lamenta la decisión del museo, que ha “permitido la celebración de un acto político en el marco de la cumbre de la OTAN, utilizando el Guernica como telón de fondo”, explica en su carta remitida a la dirección del centro. El trabajo al que se refiere la artista de 37 años se titula Castas Blancas (2019) y fue adquirido por el museo en 2020 al galerista Emilio Álvarez Costa, por 32.000 euros. 

Este periódico ha podido hablar con Daniela Ortiz por teléfono y la artista se reafirma en su petición: “La OTAN se ha querido apropiar del Guernica y son unos asesinos. La Casa Real, también. Esa pintura representa otra cosa distinta a lo que son. Los artistas representados en el Museo Reina Sofía necesitamos que nos expliquen por qué han permitido esa fotografía y que desde la dirección se tome una postura ante la OTAN. ¿Por qué no se ha negado como institución?”, se pregunta Ortiz desde su casa, un pueblo a dos horas de Cuzco y a pocos días de dar a luz su segundo hijo. 

El imperialismo norteamericano 

La serie se exhibe en la sala titulada La invención de la raza, junto con la obra de la artista Sandra Gamarra (Lima, Perú, 1972). En la serie, Ortiz denuncia al “anarquista blanco” con una combinación de imagen y texto escrito sobre el lienzo. “El anarquista blanco construye su torre de privilegios coloniales para actuar con soberbia sobre el hermano migrante que ha cruzado las fronteras desobedeciendo la Ley de Extranjería, se ha amotinado y prendido fuego a un Centro de Internamiento de Extranjeros y que ha puesto radical resistencia física contra su deportación”, puede leerse en uno de los cuadros en los que, paso a paso, va retratando y descubriendo al personaje.

El comunicado que ha hecho público Daniela Ortiz explica que la OTAN es “una de las principales entidades para el sostenimiento de la hegemonía del imperialismo norteamericano y europeo en el sur global mediante la fuerza militar”. Señala a la Alianza de retirar la soberanía de países como Afganistán, Irak o Libia con el uso de las armas y la violencia. En Madrid, cuenta Ortiz, “han dado un paso más en la escalada de militarización, generación de guerras y conflictos”. Critica también la demonización de la República Popular China como “amenaza” y el crecimiento de la tensión con la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, gracias a un acuerdo con Turquía que “implica una intensificación en la guerra y persecución del pueblo Kurdo”.

Por todo, reclama que su trabajo sea retirado lo antes posible. Aunque un día después de su publicación, el museo ni siquiera le había respondido. “Lo del Museo del Prado fue aberrante, pero al Prado no se le puede exigir mucho. Del Museo Reina Sofía no me lo esperaba”, cuenta a elDiario.es “Sabemos quién dirige el museo [Manuel Borja-Villel], cómo piensa y el trabajo excepcional que ha hecho para plantear ciertos debates. Además se ha esforzado para que haya artistas latinoamericanos dentro de la colección. Debemos reconocer su compromiso político, pero es aberrante que se haya manipulado así el Guernica. Era un cálculo político muy determinado tomar esta pintura y ese museo, para construir esa foto en el mismo momento en que se declara la III Guerra Mundial”, sostiene Daniela Ortiz. 

Un día antes de que el Museo Reina Sofía interrumpiera su atención a la ciudadanía por la celebración de la cumbre de la OTAN, una treintena de activistas protestaron contra la cita. Los componentes de Extinction Rebellion [Extinción o Rebelión] y Fridays for Future [Juventud por el clima] se tumbaron delante del Guernica con pancartas en las que se pudo leer: “La guerra es la muerte del arte” o “Aquí se reunirán los señores de la guerra”. La acción pacífica, inspirada en una acción de Fernando Sánchez Castillo, se prolongó durante diez minutos antes de que fueran desalojados por el personal del museo.

Además, lamenta Ortiz que la cumbre sucediera después de “la masacre que arrebató la vida de por lo menos 37 personas migrantes, muchas de ellas procedentes de territorios en guerra y que fueron asesinadas a sangre fría en la frontera Española”.  

Protección política

Señala al Museo Reina Sofía como responsable de velar por la integridad física de las obras que protege, pero también “por su integridad política”. Durante la conversación la artista indica que no quiere “generar peleas en el seno del museo”, pero sí debatir sobre la protección política de trabajos como el suyo y de otros artistas. “Muchos de nosotros somos militantes y mostramos nuestras posturas políticas. Es una situación muy delicada, porque nuestro trabajo puede ser tergiversado como ha ocurrido con el Guernica”, dice Ortiz. Su trabajo siempre tiene una dimensión política contestataria y quiere que no se ponga en duda en la exhibición del museo. De hecho, comenta que si la obra pertenece a las colecciones públicas del Estado podría traspasarse a otro museo público. 

“Ante estos hechos hay que tener una respuesta contundente, que el museo no ha tenido. Del Prado jamás vamos a esperar nada, pero en un momento tan delicado como el actual muchas esperábamos una respuesta más contundente de la dirección del Reina Sofía ante la utilización política del museo. No tendrían que haber permitido jamás ese uso político de ese cuadro. Es aberrante que se manipule el Guernica”, añade Daniela Ortiz.  

“El Museo Reina Sofía, financiado en gran medida con dinero público proveniente del esfuerzo de la clase trabajadora migrante y española, no puede utilizar no sólo las obras de los artistas para los fines políticos de organizaciones que imponen la guerra y la violencia, como la OTAN, sino además los recursos públicos para realizar eventos de estas deplorables características”, explica la artista en su carta. En 2003, Colin Powell, jefe del Estado Mayor del Gobierno de George Bush, mandó cubrir el tapiz que reproducía Guernica, que colgaba en la ONU (propiedad de la familia Rockefeller). Powell iba a anunciar el envío de la fuerza militar estadounidense a invadir Irak y ocultaron la versión de Picasso con una gran cortina azul.

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