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El director del Museo Británico dimite por la gestión de la investigación de las piezas robadas

Hartwig Fischer, director durante ocho años de la institución artística más importante del Reino Unido, ha dimitido de su responsabilidad. “Es evidente que el Museo Británico no respondió tan exhaustivamente como debería a las advertencias de 2021 y al problema que ahora ha surgido plenamente”, ha expresado en un comunicado que ha difundido el museo. En un primer momento el museo ha informado de que sería con efecto inmediato y ha corregido poco después su nota de prensa explicando que la dimisión tendrá efecto cuando la Junta establezca la dirección interina.

A finales de julio, Fischer había anunciado su retirada para el año 2024 y el Museo Británico anunció que en agosto comenzaría una búsqueda internacional para una nueva dirección. Las noticias sobre el supuesto robo de cerca de 2.000 piezas del fondo del museo, han acelerado su decisión.

Fischer explica que durante los últimos días ha estado revisando en detalle la información concerniente a los robos y cómo se ha realizado la investigación. Admite que la respuesta del museo no fue buena y que desestimó las alertas que habían recibido desde 2021. “Juzgué mal los comentarios que hice a principios de esta semana sobre el doctor Gradel. Deseo expresar mi más sincero pesar y retirar esas observaciones”, añade Fischer, en referencia a sus opiniones peyorativas sobre el marchante de arte Ittai Gradel, que fue la persona que dio la voz de alarma.

“La situación que enfrenta el Museo es de suma gravedad”, añade. “Sinceramente creo que superará este momento y emergerá más fuerte, pero lamentablemente he llegado a la conclusión de que mi presencia está resultando una distracción. Eso es lo último que querría”, afirma Fischer, que asegura que el Museo Británico es una institución “asombrosa” y que para él ha sido “el honor” de su vida el dirigirlo.

El presidente de la Junta Directiva, George Osborne, ha aceptado la dimisión, indicando que Fischer ha “actuado honorablemente al afrontar los errores cometidos” y que la búsqueda de una nueva dirección se ha puesto en marcha. Osborne asegura que van a “arreglar lo que ha salido mal” y que aprenderán “las lecciones” de este “periodo turbulento”.

En agosto, se hizo público que se estaba llevando a cabo una investigación por la desaparición de un número de piezas, entre las que se encontraban gemas y joyas. El 16 de agosto, el Museo Británico anunció una investigación, paralela a la policial, para descubrir qué artículos de la colección faltaban. Informó también del despido de un miembro del personal y el emprendimiento de acciones legales contra él.

Por su parte, la Policía Metropolitana de Londres, cuyo Comando de Delitos Económicos es quien lleva la investigación, anunció este jueves que estaba investigando a un sospechoso, al que habían interrogado, pero no se habían producido detenciones.

Según la institución artística, la mayoría de los objetos en cuestión eran pequeñas piezas guardadas en un almacén perteneciente a una de las colecciones del Museo. Incluyen joyas de oro y gemas de piedras semipreciosas y vidrio que datan del siglo XV a.C. al siglo XIX d.C. Ninguna había sido exhibido en público recientemente y se conservaban principalmente con fines académicos y de investigación.