El Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) desempolva estos días una colección inédita del pintor español Néstor Sanmiguel, en la que el artista se aleja del expresionismo de los ochenta para profundizar con sus obras en una parte de la historia de España.
Los 24 cuadros que conforman la exposición “Néstor Sanmiguel Diest 1988-1992” abarcan un “un pequeño corte fundamental” en la producción del pintor y un cambio en la orientación de su trabajo “hacia territorios más analíticos, más intelectuales, más cercanos a la literatura”.
“No hubo ningún motivo personal, simplemente la decisión de hacer pruebas que dio como resultado lo que ahora he traído a Buenos Aires”, explicó Sanmiguel (Zaragoza, España, 1949) en una entrevista con Efe.
Antes de abandonar su “etapa conceptual”, el pintor transitaba en una especie de “arte povera”, con mucha carga expresionista y personal, “y de repente decides que no, que lo que hay que hacer es distanciarse y hacer trabajos más analíticos, más fríos y menos personales”.
Para esos trabajos, “cercanísimos a la pintura”, Sanmiguel empleó otros materiales, otras formas de depositar los pigmentos y otra actitud ante el plano.
El resultado fueron obras “con bastantes referencias políticas, pero siempre desde el distanciamiento. Es decir, para mí está muy claro que solamente se trata de nombrar una serie de posicionamientos políticos, pero sin tomar partido por nada”.
“Es algo así como ser testigo de una historia, en este caso de una parte de la historia de España, la que hemos conocido como transición, y dejar registro de algo que existe. De hecho, muchas de las cosas, sobre todo cuando hago mención a organizaciones políticas ya no existen desde hace bastante tiempo”, insiste.
Utilizando como soporte básico la tela, Sanmiguel empleó en esta colección numerosos materiales como bordados, impresiones offset, impresiones láser, fondos de grafito, fotocopias o papel, pero “siempre partiendo de materiales como muy cotidianos y usando un primer plano textual”.
“Son trabajos lentos. Sobre todo las preparaciones de los fondos”, asegura el artista.
Embarcado siempre en nuevos estudios y análisis de las técnicas pictóricas, Samniguel expandió su campo de trabajo “no solo en lo que podríamos llamar las dos dimensiones, sino también en tres”.
“Hasta 1993 hice mucha escultura y ensamblaje de objetos. Luego tuve un 'impasse' porque tenía mucho interés en analizar y solucionar algunos problemas de carácter formal que me estaban surgiendo. Estuve cinco años en eso y después retomé el camino de esta obra”, explica.
Pero sus cimientos como pintor se apoyan en el “Dadá” histórico, del que se considera heredero, aunque “inevitablemente uno llega muy contaminado culturalmente”.
“Aunque sea un 'Dadá' de corazón, en mi obra se mezclan comportamientos estructuralistas, conceptuales, pop, porque inevitablemente yo nazco en la generación Pop. Se mezclan muchas cosas”, afirma.
Ahora, “continúo en la misma línea de trabajo -prosigue Sanmiguel-, aunque mi estilo tal vez se haya hecho más barroco, con más capas de superposición ... se ha complejizado bastante”.
Su presencia en Buenos Aires responde también a su participación en la feria de arte de Buenos Aires, ArteBA, que comienza el próximo viernes en la capital argentina, y a la que el pintor llega de la mano del español Agustín Pérez Rubio, comisario de la exposición en el CCEBA y del espacio “U-Turn Project Rooms” de ArteBA.
“El primer motivo fue ArteBA y la idea de la muestra individual surgió en paralelo hace medio año o poco mas. La embajada de España en Buenos Aires se mostró encantada y por eso voy a estar en los dos sitios”, concluye Sanmiguel.
Alida Juliani Sánchez