Un accidente, una avalancha y recrear el silencio: los retos del premiado sonido de ‘La sociedad de la nieve’
Si La sociedad de la nieve ha calado como lo ha hecho entre la gente no es solo por la mano de Bayona en la dirección, sino por su capacidad de crear en sus películas un equipo que se deja la piel. Desde siempre, su cine ha mostrado al mundo el talento de los técnicos de los departamentos. Profesionales que no tienen nada que envidiar a los de Hollywood y que, gracias a sus películas, han sido llamados desde grandes producciones para trabajar con ellos. La sociedad de la nieve ha luchado por las nominaciones al Oscar en muchas categorías, y ha arrasado en los Goya en todos los departamentos técnicos y artísticos. En España se puede hacer cine de gran envergadura con los medios suficientes.
Una de las labores más destacadas del filme ha sido su sonido. Su responsable, Oriol Tarragó, acaba de ganar el premio Golden Reel que otorgan los expertos del sector al mejor sonido en una película internacional. Desde allí se ha quedado en Los Ángeles, ya que acudirá junto a Bayona y más miembros del equipo a la gala de los Oscar de este domingo. Una ceremonia que es el final del camino de un viaje que comenzó hace 10 años, cuando el director se quedó prendado de la historia de los supervivientes del accidente de Los Andes, y más de tres desde que comenzó la preproducción.
Quieren ir a los Oscar “haciendo piña”, y sabe que “pase lo que pase es una victoria total”, pero lo vive como una despedida. “La acogida ha sido maravillosa, pero tenemos ganas de seguir adelante porque han sido muchos meses trabajando en la película de muchas maneras. En mi caso, en Netflix estaban muy entusiasmados y creían que podíamos tener la nominación al Oscar por el sonido, así que estuve varias veces en Los Ángeles, en Londres, en Nueva York… ha sido una experiencia increíble y me siento afortunado de haberlo podido vivir el estar en la carrera del Oscar, pero al final no salió, y me apetece celebrar el gran momento de la película. Netflix nos ha invitado a algunos jefes de equipo a asistir a la ceremonia, porque esta película se ha hecho entre mucha gente”, explica Tarragó.
El diseño de sonido de La sociedad de la nieve lo describe, como no podía ser de otra forma, como “complejo”. “Al final los elementos de sonido son muy pocos. Ahí arriba no tenemos ni vida ni árboles ni nada, entonces todo el sonido es viento, y el viento por sí solo no suena. El viento suena al interactuar con la nieve o con diferentes objetos. Teníamos el sonido de la nieve, el sonido de los propios personajes y el silencio total. Hablando con expertos y con la gente que nos llevó a los Andes dos veces, que son expertos en alpinismo, ellos remarcaban mucho el silencio que hay arriba cuando el viento es constante, pero cuando cesa estás tan aislado de todo que al final es un silencio tan profundo que uno conecta con uno mismo”, dice de su trabajo.
Se enamoraron de “esa idea del silencio y del contraste con la montaña”. “Había que diseñar el sonido de una película y que funcionara con muy pocos elementos de sonido. No es como otras películas de Jota que son mucho más ricas en diversidad de sonidos, por lo que no ha sido fácil. Hemos trabajado el matiz de muchísimos tipos de vientos, de los diferentes tipos de sonidos de la nieve, el uso del silencio y de repente, en medio de este espacio hay un elemento extraño, que son los restos del avión. El fuselaje, y eso se convirtió en un elemento más. Un elemento resonante para teñir las escenas más oscuras”, continúa.
Hemos trabajado el matiz de muchísimos tipos de vientos, de los diferentes tipos de sonidos de la nieve, el uso del silencio y ese elemento extraño que son los restos del del avión
Luego estaban las dos escenas más espectaculares de la película. Una avalancha que tenía “la complejidad de tener muchos personajes y de no tener música, por lo que debía mantener la crudeza, lo que hacía que el sonido debiera funcionar por sí mismo, pero sin ser molesto y generar rechazo”. Para el accidente crearon un clímax sonoro con el ruido que hacía el motor del modelo real del avión estrellado.
Su premio, y el haber estado en la carrera por el Oscar, demuestra que “se empiezan a reconocer trabajos técnicos en otras producciones de otros países, algo que antes no era tan habitual”. Para Oriol Tarragó esto también ha ocurrido porque la academia “está acogiendo a muchos académicos de todo el mundo y eso hace que se haya abierto a otras propuestas”. Ahí está la nominación de sus compañeras de Maquillaje, enfrentándose a Pobres criaturas.
A Tarragó, trabajar con Bayona hizo que le llegaran muchas ofertas de EEUU, pero su idea es “vivir en España y trabajar en nuestra industria”. “Nunca he tenido la intención de mudarme. Me gusta cómo está el cine aquí. He tenido algunas ofertas, antes tenía más, pero es cierto que el Brexit y la pandemia dificultaron mucho todo este proceso de poder trabajar en las dos industrias. A mí me gustaría combinar ambas. Estoy intentando compaginar las dos cosas”, subraya dejando claro que para todo el equipo de La sociedad de la nieve trabajar en el cine español sigue siendo importante para demostrar todo lo que se puede hacer.
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