“Con Rubalcaba se ha ido un gran político y un gran guionista, tenía un Dalton Trumbo dentro”
Mientras que en España la política decreta un día de luto, en México el cine está de celebración. Parecen dos hechos incompatibles hasta que llega Antonio de la Torre, nominado a los Premios Platino por su papel en El Reino, y le rinde un homenaje a Alfredo Pérez Rubalcaba desde Latinoamérica.
“Me dio mucha pena”, confiesa el actor a eldiario.es. No es ningún secreto que el exvicepresidente del Gobierno fue uno de los asesores de Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña y del propio De la Torre durante la escritura del guion de El Reino, un thriller sobre la corrupción de la clase política española. En los créditos finales aparece su nombre junto al de rivales políticas como Cristina Cifuentes y periodistas como Ana Pastor y Antonio Ferreras.
“Me lo presentó Edu Madina y, de hecho, me dijo hace poco de quedar con Alfredo por otro proyecto que yo iba a hacer. Un encuentro que ya no podrá ser”, añade con tristeza. Rubalcaba se implicó sin oponer resistencia en la película, hasta el punto de que “nos entregó un PDF maravilloso con casi cincuenta notas. Tenía una cabeza impresionante ese hombre”.
De la Torre, que tuvo que entrevistarse con políticos de todos los colores para dar vida al corrupto Manuel López Vidal, se acuerda especialmente de la pericia de Rubalcaba. “Descubrí que tenía un Dalton Trumbo dentro, además él bromeaba con que querría haber sido como él. No solo se ha ido un gran político, sino también un gran guionista”, concede.
El intérprete se proclama de izquierdas, aunque conciliador con todas las posturas políticas, y por eso ha querido alabar el obituario del expresidente Mariano Rajoy, titulado Rubalcaba, un rival admirable. “Él dice que ese respeto por el rival es cosa de otros tiempos. Pero, por ejemplo, lo único que me gustó de los últimos debates electorales fue ver a Pablo Casado y a Pablo Iglesias fuera de cámara charlando y enseñándose las fotos de los niños”, dice defendiendo su “factor humano”.
Este factor, según dice, le acerca a personas que se sitúan en las antípodas a nivel político, como la expresidenta de la Comunidad de Madrid. “A todos les entiendes. Obviamente, si han cometido un delito, deben pagar por ello. Pero en el vis a vis hay un punto donde les miras humanamente a los ojos. Un arrepentido me decía: 'es que yo no sabía que esto estaba mal hecho'. A la gente no le sale cola y cuernos. Son de los nuestros”, dice asumiendo que es un análisis polémico.
Una de las cosas que siempre han defendido tanto el director de El Reino como su protagonista es que la película no señala a ningún partido en concreto. Sin embargo, basta un poco de hemeroteca para reconocer que la mayoría son guiños relacionados con las tramas de corrupción del Partido Popular. “Eso no se puede negar, al final es un partido condenado de manera sistemática. Lo que le dije a Sorogoyen es que no podíamos hacer una película de progres poniéndose un traje de malotes”, afirma.
Antonio de la Torre asegura que los personajes no necesitan chapas de gaviotas ni de rosas para que la trama sea comprensible y trate un tema universal. Corrupción hay en todas partes, pero la corrupción de la clase política española tiene un tufo especial a puro habano y un marco de yates, mariscadas y relojes de oro que la identifican del resto. ¿Sabrán verla así en otro continente? “No puedes hacer una película solo para la gente que sabe. Tienes que hacer la película para un espectador imaginario y casi marciano. No sé si me explico”, defiende el actor.
Lo que sí piensa es que en España falta cine valiente que se atreva a hablar de las miserias políticas. Y, en ese sentido, Norteamérica debe ser un espejo. “Por ejemplo, en La noche más oscura se ve a Obama diciendo en un discurso que ha cerrado Guantánamo y al segundo sale un plano de Guantánamo abierto de par en par. Pues bien, le dieron un premio a la película y fue Michelle Obama a entregarlo. Eso es lo que tenemos que conseguir aquí”, compara.
En cuanto a si el cine tiene el poder de influir en la cotidianidiad política de la gente, a De la Torre no le cabe ninguna duda. Lo que no sabe es si El reino habrá tenido ese alcance en las pasadas elecciones del 28A. “Es una pregunta muy buena para la que no tengo respuesta. Pero no olvidemos que en España la democracia es aún muy joven, no nos medimos según los baremos de otros países”, concluye.