El equipo de Manchester frente al mar, película ganadora de dos Oscar de la Academia, empieza a romper su silencio sobre Casey Affleck. El protagonista de la cinta partía como favorito desde hace meses a pesar de las dos denuncias por acoso sexual que pesaban sobre su imagen. Dos trabajadoras del rodaje de I'm still here, falso documental dirigido por Affleck en 2010, le acusaron de sobrepasarse verbal y físicamente en el entorno de trabajo. Un caso que terminó resolviéndose a través de un acuerdo económico entre ambas partes para evitar el juicio.
La polémica volvió a aparecer en los medios durante la campaña de promoción de Manchester frente al mar, que se ha encrudecido desde que Affleck recibió el galardón de la Academia a mejor actor principal. La diferencia es que el mutis por el foro que acordó el equipo durante la carrera hacia el Oscar ha expirado. El primero en pronunciarse, después del propio Affleck, ha sido el director y también ganador por su guion original, Kenneth Lonergan.
Lo ha hecho en una carta abierta dirigida al editor del periódico universitario de su alma máter, la Wesleyan University. En el texto, Lonergan responde a una columna publicada previamente por el editor del rotativo donde acusaba al director de ser cómplice de Affleck por contratarle obviando su historial. El cineasta de 54 años se muestra ofendido por un artículo que tilda de “total enredo de falta de lógica, desinformación y completa difamación”.
El trato hacia el pequeño de los Affleck por parte de la industria ha sido comparado con el de Nate Parker, director de Birth of a Nation que fue condenado por el público y sus compañeros al conocerse su implicación en un caso de violación. Muchos han interpretado este amparo como producto de un sesgo racial, pero Affleck también cuenta con el respaldo de varios pesos pesados de Hollywood.
Hablando en concreto sobre las denuncias de acoso sexual, Lonergan acusa al periodista Aberte de manipular un hecho que no se llegó a refutar. También le recuerda que una “alegación no es una acusación” y, por lo tanto, así debería ser tratada “por cualquier persona ética que viva en una sociedad democrática y basada supuestamente en el estado de derecho”.
Lonergan termina su carta apelando al estado de derecho de Estados Unidos y criticando el sistema judicial de su país, que permite que “los detalles insustanciales” sean de dominio público.
Con sus estudiadas palabras, el director ha recogido el testigo de su protegido, que se pronunció al respecto a los pocos días de hacerse con el Oscar. Affleck consiguió sortear el tema en todas las entrevistas previas a la gran fiesta del cine en Hollywood, pero con su dorado tesoro entre las manos no ha tenido por qué callar más.
“Creo que cualquier tipo de maltrato, a cualquier persona y por cualquier razón, es inaceptable y repugnante, y que todo el mundo merece ser tratado con respeto en su lugar de trabajo y en cualquier otro sitio”, dijo en una exclusiva al Boston Globe.