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Manual básico para entender qué es y qué no es un productor independiente

Un momento del rodaje de la película de Netflix 'La sociedad de la nieve', de J.A. Bayona. EFE/Netflix

Javier Zurro

21 de junio de 2022 22:32 h

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Nunca una palabra provocó tanta decepción, pero es lo que ha ocurrido con la Ley Audiovisual, que tras muchos retrasos sale adelante con un dudoso honor, el de haber puesto de acuerdo a casi toda la industria en contra del texto que este miércoles tiene prevista su aprobación definitiva en el Senado. Los productores independientes afirman haberse sentido traicionados por el PSOE que, en el último momento, modificó la definición de productor independiente en un gesto que favorece a los grandes grupos mediáticos y sus filiales cinematográficas así como a las plataformas, que con esta ley se verán obligadas a producir cine español.

Desde fuera de la industria puede resultar engorroso comprender la importancia de esta ley. He aquí unas claves para entender el texto que ha conseguido algo que parecía complicado: unir a todas asociaciones de la producción independiente y que el cine español acuse al partido socialista de alta traición.

¿Qué es un productor independiente?

La definición de la discordia. Un cambio en una palabra fue lo que originó todo el terremoto y dio la alerta a los productores españoles. Parecía un cambio insignificante, el de la palabra “un” prestador, por “dicho” prestador, pero con ello transforman por completo la definición y permiten la entrada de productoras que no tienen nada de independientes. 

Entonces, ¿qué es una productora independiente? Para Jordi Oliva, presidente de la Federació de Productors Audiovisuals (PROA), son aquellas “que arriesgan su capital para poner en pie proyectos en los que creen, empresas que no dependen de ningún grupo mediático y que tienen todo el capital en España y pagan el 100% de los impuestos aquí”. Por tanto, no lo serían aquellas empresas que dependen de las cadenas televisivas, que en la actualidad disponen de sus propias filiales para producir sus proyectos.

¿Qué no es un productor independiente?

Una vez definido qué es un productor independiente, falta delimitar qué es un productor dependiente, aquellos que se van a beneficiar del cambio de palabra en la ley: “Serían las empresas que tiene su accionariado dependiendo de una televisión, por ejemplo, o de un grupo mediático, aunque esté en el extranjero. Por ejemplo, si más del 50% del capital lo tienen en la China, esta empresa no es independiente porque depende de un grupo mediático extranjero”.

Aunque los productores independientes siempre han intentado no señalar a empresas en particular, con esta definición, serían La Fábrica de la Tele, Bulldog o Telecinco Cinema, que dependen de Mediaset, o Atresmedia Cine y Buendía Estudios en el caso de Atresmedia las que saldrían reforzadas y consideras independientes, a pesar de ser propiedad de televisiones y plataformas como Movistar Plus+.

¿Qué permite la nueva ley?

La nueva Ley Audiovisual impone a las plataformas la obligación de invertir un 5% de sus ingresos en producir en España. De ese 5%, el 70% debe ir destinado a productores independientes (lo que supondría un 3,5% global). Al cambiar la palabra en la ley han permitido que esa obligación se pueda cumplir sin recurrir a productores independientes, tal y como eran considerados hasta ahora. Lo que en el papel era una medida para garantizar la diversidad y el riesgo de la industria española, se ha convertido en un caballo de Troya que beneficia a los más grandes.

Antes de esta modificación, esa obligación para productoras independientes se haría con empresas sin vínculos con las televisiones pero ,con el cambio de reglas del juego, las plataformas pueden cumplir con esa cuota invirtiendo en una película de una productora cuya dueña sea Telecinco o Antena 3. Al ser un filme no realizado para esas cadenas sino para una plataforma, podrán computarlo en su obligación anual de inversión que les marca la ley. Un ejemplo: Telecinco Cinema podría producir para Netflix y ésta, contabilizar esa película dentro de su porcentaje de obligación que impone la ley, ya que con la Ley Audiovisual aprobada, Telecinco Cinema contaría como una productora independiente aunque no lo sea a efectos prácticos.

Vamos a perder los nuevos talentos, las visiones femeninas y la pluralidad lingüística porque se van a hacer películas cada vez más globalizadas para garantizar un retorno económico

¿Cómo afecta al productor independiente?

Una de las grandes quejas desde los productores independientes es que esto provoca una situación de “competencia desleal”. “Imagínate que yo tengo un presupuesto para hacer una película que va sobre un barco que se hunde en el Atlántico. Y yo digo: 'Esta película a mí me va a costar 3 millones4. Entonces Antena 3, con su productora, le va al mismo cliente, y le dice 'Yo puedo hacer una película sobre un barco que se hunde en el Atlántico y vale también 3 millones'. En igualdad de condiciones, las plataformas pueden escoger a quien quieran pero, ¿qué ocurre? Que, con los 3 millones que le va a dar a Antena 3, esta le va a incluir toda la publicidad en todos los canales y que salga en sus programas”, explican desde PROA. Es decir, que supondría un ahorro en la necesaria publicidad y promoción que precisa cada película decantando la balanza hacia este tipo de empresas dependientes de las cadenas de televisión.

El temor es que esto provoque una transformación del sector y que las plataformas trabajen solo con unas pocas empresas que pertenecen a los grandes operadores, y que vayan a desaparecer firmas independientes porque gran parte de las contrataciones se van a parar. Según esta visión, se pone en riesgo un cine de autor que es el más arriesgado, los próximos Alcarràs o Cinco Lobitos. Aquellas películas que apuesta por nuevos directores, mujeres en la dirección o lenguas cooficiales en beneficio de títulos que garanticen un retorno económico.

¿Afectará también el sistema de ayudas?

El cambio en la Ley Audiovisual, liderada por el Ministerio de Economía, ha generado una desconfianza hacia la otra ley que abarca puntos en común, presentada por el Ministerio de Cultura, que es la del Cine. Los productores temen que, si se traslada la definición de una ley a otra para hacerla coincidir, las ayudas independientes podrían ser acaparadas por los grandes grupos mediáticos y plataformas. 

“Lo que puede ocurrir es que entren nuevos jugadores a aspirar ayudas que hasta ahora no podían y eso sería muy grave para la producción independiente. Eso sería otra vez competencia desleal, y esa es otra negociación que tenemos con el Ministerio de Cultura”, afirma Jordi Oliva.

¿Se soluciona este conflicto con más dinero?

Ante las críticas del sector, Miquel Iceta defendió la Ley Audiovisual en el Congreso de los Diputados, primero dejó caer que las quejas eran excesivas, cuando aseguró que “en defensa de los legítimos intereses a veces se exagera”. Luego sacó pecho del dinero que ha otorgado en las ayudas al cine en estos Presupuestos Generales y avisó de que daría mucho más en los siguientes, pero ¿es el dinero la solución a esta ley?

Podría ser una solución siempre y cuando se respetara la definición de productor independiente que se acordó antes de la polémica modificación ya que, si se deja la que finalmente ha sido incluida en la Ley Audiovisual, las plataformas podrán competir por dichas ayudas y monopolizar el fondo de protección a la cinematografía, haciendo que muchos proyectos independientes queden fuera de las subvenciones, pata fundamental para financiar proyectos de ese tipo.

¿Cómo afecta a las televisiones?

Las cadenas como Telecinco o Antena 3 ya están obligadas a destinar el 5% de sus ingresos a la producción de cine, por lo que esta ley no debería cambiar nada, ya que si sus productoras asociadas producen para ellos mismos no contabilizaría como producción independiente, por lo que, a priori, su situación no se modifica.

Pero sí se abren nuevas posibilidades para el futuro. ¿Podría Buendía Estudios (productora de Antena 3) producir para Telecinco? Si eso ocurriera, sí que les valdría para rellenar la cuota de producción independiente a la que obliga la ley (ese 70% del 5% de su recaudación). Incluso hay quien cree que Netflix podría crear una productora asociada que diera servicio a las películas de Antena 3 y Telecinco y que gracias a esta nueva Ley Audiovisual fuera considerada en ese caso como productora independiente.

¿Es reversible?

Parece difícil que después de la aprobación de esta ley se cambie la definición de producción independiente. La posición de los productores independientes es que la ley se hubiera rechazado y comenzar la negociación desde cero. Ahora quedan a la espera de la tramitación de la Ley del Cine.

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