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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

“Que un montón de gente te ponga verde por un monólogo, también es libertad de expresión”

Portada de 'Corrupcionario'. Bernardo Vergara. Random Cómics.

Francesc Miró

“Diccionario: dícese de un perverso artificio literario que paraliza el crecimiento de una lengua además de quitarle soltura y elasticidad. El presente, sin embargo, es una obra útil”, escribía cínicamente en Diccionario del diablo Ambrose Bierce el año 1911.

Sin él saberlo, ni pretenderlo, cambió para siempre la percepción de la sátira política con aquella publicación. Gracias a su genial colección de reinterpretaciones de palabras utilizadas comúnmente empezó a percibirse el lenguaje como un arma política no sólo eficaz sino también humorística y capaz de divertir. Con Diccionario del diablo, Bierce dejó en cueros y a la vista de todos las contradicciones morales de la sociedad burguesa norteamericana de su tiempo, y más de un siglo después, su obra sigue siendo plenamente actual y oportuna en tiempos de redes sociales y posverdad.

Contradicciones, a la política española tampoco le faltan. Y pocos dibujantes mejores para destripar los conceptos que rodean sus desviaciones e interpretaciones como Bernardo Vergara. El viñetista de Pamplona, autor de obras como Manual de instrucciones para libros de instrucciones o Urbano: mi colega invita y colaborador de eldiario.es, publica ahora Corrupcionario  con Random Comics. Una incisiva colección de definiciones de conceptos que hemos leído hasta la extenuación, y que en sus manos se convierten en un genial viaje por la otra cara de la actualidad política. Una que exige al lector reflexión, mientras le dibuja una sonrisa irónica en el rostro. Un libro dedicado a M. Rajoy “quien quiera que seas, por ser mi principal fuente de inspiración en la última década”.

¿Cómo nace Corrupcionario? ¿Cree que necesitábamos poner nombres a lo que vive la política española contemporánea?Corrupcionario

Me atraía mucho buscarle la vuelta humorística a palabras y expresiones que se han popularizado en los escándalos de corrupción de la última década. Y no solo a las obvias como «Gürtel», «EREs de Andalucía», «pitufeo» o «prevaricación», también especialmente a otras más marcianas como «difunto padre», «tangente» o «pan» que a primera vista no parecen tener nada que ver con la corrupción. Y, en mi caso, más que una necesidad de poner nombres, como dices, lo que hay es una necesidad vital de hacer humor, de hacer sátira. Lo de poner nombres por medio del Corrupcionario es la excusa.

El libro recuerda a obras clásicas como Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce u otras. ¿Qué tipo de referentes manejó mientras trabajaba en él?Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce

Me gusta mucho que hayas mencionado precisamente el Diccionario del Diablo  de Bierce porque hace unos treinta años que lo tengo entre mis obras satíricas favoritas, así que no es raro que se note la influencia. Otro referente, seguramente más evidente, es el Perichcionario  de Jaume Perich que también alterna el texto en forma de entradas de diccionario con viñetas dibujadas.

Ninguno de estos dos libros ha estado encima de la mesa de dibujo mientras trabajaba en el Corrupcionario, pero sí he pensado bastante en ellos en los seis meses que estuve trabajando en el libro. Y luego está el Diccionario Ilustrado de la Democracia Española  que publicamos hace tres años en Orgullo y Satisfacción. Aunque es otra cosa porque no hay definiciones escritas sino que las entradas del diccionario son las propias viñetas, algo de poso habrá dejado también en mi Corrupcionario, seguro.

Corrupcionario maneja siempre un sutil tono irónico pero lanza dardos sin cesar a la clase política española. ¿Cree que se publican escasamente obras satíricas en España?Corrupcionario

Yo creo que la sátira está muy presente en este momento en la escena cultural española. Y ya no te digo desde que existe Twitter. Otra cosa es si te refieres a libros de humor gráfico. Se publican pocos, sí. Y no entiendo muy bien por qué.

Podría parecer que el personal ya tiene su ración de sátira en forma de memes, pero lo cierto es que antes de la existencia de las redes sociales tampoco se publicaban muchos más libros que ahora y seguramente habría que remontarse a los años setenta para hablar de una presencia potente de las obras de sátira política en las librerías.

En cualquier caso también es verdad que las viñetas de prensa nunca han estado tan accesibles al público como ahora, que se pueden consultar los chistes de todos los periódicos a golpe de clic.

Se dice que España ha pasado de ser el milagro económico de Europa a convertirse en el paraíso de la corrupción. Y ésta se ha expandido tanto que no sólo afecta a políticos, también a empresarios, banqueros, deportistas  y a la Casa Real. ¿Cree que la corrupción es Marca España?

Sí. Yo sí lo creo. A nivel institucional, sí. Lo que ya no tengo tan claro es que sea algo reciente o si viene de largo. Hace poco leía la trilogía La Forja de un rebelde, de Arturo Barea, y ves que la España de hace un siglo ya estaba de corrupción hasta las orejas. Lo más grave es que no se ha hecho absolutamente nada para que la corrupción deje de ser Marca España.

El Partido Popular, por ejemplo, ¿cuantos códigos éticos ha publicado ya? Esa ha sido toda su lucha contra la corrupción. El problema es que los partidos están más preocupados en luchar por que no se investigue la corrupción en sus filas, que en luchar contra la corrupción propiamente dicha.

En este sentido, hay quien apunta a la lentitud de los procesos judiciales, o a la politización de la justicia como una de las razones fundamentales del arraigo de la corrupción en nuestro país. ¿Cree que la justicia española puede tener algo que ver en esto? 

Sí. Y por si a alguien le quedaba duda sobre la politización de la justicia en España, ahí está el espectáculo al que hemos asistido estos últimos días a cuenta del WhatsApp de Cosidó. Lo realmente triste es que al final parece que se ponga el foco en lo que ha escrito Cosidó y no en el pasteleo entre la Justicia y el poder político que ha destapado el WhatsApp.

Y encima algunos pretenden poner de ejemplo de dignidad al juez que estaba dispuesto a participar del chanchullo hasta que el mensajito del senador lo hizo demasiado evidente.

Pero vamos, volviendo al tema, ahí tienes a la Justicia negándose a investigar el máster de Casado o los chanchullos del rey emérito después de hacerse públicas las grabaciones de Corinna. A veces el principal escollo para que se haga justicia es la propia Justicia.

Sin embargo, en el panorama actual existe cierto miedo a 'molestar' con acusaciones a determinadas instituciones. Al fin y al cabo, si rapeas que 'los borbones son unos ladrones', corres el peligro de tener que exiliarte o terminar entre rejas. ¿Ha sentido esa tensión con sus viñetas? ¿Cómo ve este panorama?los borbones son unos ladrone

Mal, fatal. Creo que hemos ido para atrás varias décadas. El ejemplo que se suele poner de Tip y Coll que escribieron en un libro en los años ochenta que de todos los ascensos de Carrero Blanco el último era el más alto está ya muy manido, pero es que es verdad. Dos humoristas mainstream escribían eso y no pasaba nada. Bueno, supongo que más de un franquista se mosquearía, pero no tenían a la fiscalía detrás esperando a saltar a la yugular.

Eso no significa que antes de la Ley Mordaza no persiguieran a los que hacían bromas con los borbones, claro. En esto Conde Pumpido, el fiscal de Zapatero, fue muy activo. Acuérdate del juicio por la portada de los príncipes, ahora reyes, que acabó con pena de multa para Guillermo y Manel [El Jueves]. O la demanda contra Rodríguez y Ripa por hacer chistes a cuenta del oso Mitrofán, aquel que emborracharon en Rusia para que el rey Juan Carlos no tuviera problemas en cazarlo.

Pero desde que se aprobó la Ley Mordaza esto se ha multiplicado y se persigue a la gente de oficio por cualquier gilipollez. Y lo peor no es que se la persiga, es que encima las demandas acaben materializándose en penas de prisión.

En cuanto a si he sentido esa tensión dibujando mis viñetas, si te refieres a si me ha influido a la hora de dibujar, no lo creo, la verdad. Creo que si no hubiera habido una Ley Mordaza y no hubiera existido esta persecución a la sátira, habría dibujado los mismos chistes. Bueno, los mismos no. Los que critican La Ley Mordaza no los habría dibujado, claro.

En relación a esto, no hace mucho, Edu Galán y Darío Adanti decían sobre la corrección política, y sobre el tropo que dicta que 'el humor debe ir de abajo a arriba', que “hay un sector de la izquierda que históricamente nunca fue amigo de la libertad de expresión”. ¿Cree que el humor y la sátira siempre deben servir para buscarle las cosquillas al poder? decían sobre la corrección política

Yo soy partidario de que cada uno haga humor de lo que le dé la gana. Personalmente, sí que me siento más cómodo haciendo humor de abajo a arriba. No siempre fue así, pero he llegado a la conclusión de que mi sitio está ahí. No sé si buscándole las cosquillas al poder o qué. Yo lo veo más como una respuesta catártica a temas que me ponen de mala hostia. El humor como terapia.

¿Y qué opina sobre el clima existente en torno a la llamada 'corrección política'?

Hace poco se volvió a desatar el debate sobre la corrección política a cuenta del monólogo humorístico sobre los gitanos y la verdad no entendí el discurso corporativista de muchos humoristas. Todo el rollo ese de arremeter contra lo que llaman despectivamente 'los ofendiditos'.

Es que a veces parece que el humor es intocable. '¡Solo es humor! ¡Solo es ficción!' A mí esa me parece una actitud un poco cobarde. Hombre, la sátira no es solo ficción: es opinión también. Es mi opinión cuando hago humor. Son ideas. Y no es algo inocente, no jodas. Si cuentas chistes racistas -como fue el caso-, tendrás que apechugar con las consecuencias. No me refiero a que te amenacen con darte una paliza, que es algo injustificable. Me refiero a que la gente te señale como a un racista. Más si vas de provocador, ¿no? Oye, no te quejes, haces humor provocador y has provocado una respuesta. Prueba superada.

Y eso no tiene que ver con la libertad de expresión. Si la fiscalía pide que seas imputado por hacer un chiste puede haber un problema de libertad de expresión pero que un montón de gente te ponga verde por un monólogo, es precisamente eso: libertad de expresión.

No sé si habrá visto El Reino, la película de Rodrigo Sorogoyen sobre la corrupción española. En ella me llamó la atención determinada escena en la que a un obrero le devuelven mal el cambio en el bar -le dan de más-, y se lo queda. Apuntando así a que la corrupción se da en todos los niveles de nuestra sociedad. ¿Cree que es así? ¿Existen distintos tipos de corrupción? El Reinosobre la corrupción española

Hombre, sería una tontería pensar que no hay corruptos en todos los niveles de la sociedad pero yo ese discurso tan cacareado de que 'en este país el que no roba o defrauda es porque no tiene ocasión', me niego a admitirlo como cierto.

Lo que sí creo es que hemos sido, como sociedad, muy permisivos con la corrupción. Si no, no se entiende que en Andalucía haya seguido el PSOE en el poder después de los EREs o que el Partido Popular sea el partido con más representación en el Congreso. Están ahí porque los españoles les han votado y eso sí que es para hacérselo mirar...

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