Los bancos que estamos acostumbrados a ver en las calles no favorecen la comunicación humana, por eso los artistas españoles Eva Salmerón y Emilio Alarcón llevan por el mundo sus “Meeting Bowls”: cuencos para conversar.
En sus “bancos sociales”, como les gusta llamarlos, caben ocho personas y tanto su forma circular como su leve balanceo invitan a interactuar.
“Lo más bonito es que la propia geometría del banco, al ser circular, te obliga a sentarte frente a frente con la gente y eso genera interacción”, cuenta Alarcón a Efe dentro de uno de los cuencos gigantes.
Sus “Meeting Bowls” han vuelto a EEUU después de su exitoso estreno hace seis años en la turística Times Square de Nueva York y una parada en Dubái.
La experiencia ahora es “totalmente diferente”, subrayan, porque están ubicados en la plaza Courthouse, un espacio “de vida normal” rodeado de edificios de oficinas y apartamentos en el tranquilo condado de Arlington (Virginia), a dos paradas de metro de Washington DC.
“Los trabajadores pueden tener encuentros informales y una perspectiva distinta de las personas que normalmente ven en la oficina y no con este puntito informal que tienen los Meeting Bowls”, cuenta Eva Salmerón.
Los dos artistas, el 50% del colectivo artístico madrileño “mmmm...”, recogerán hoy las impresiones de los vecinos del barrio en un encuentro gratuito en los cuencos: tres construcciones de color verde, amarillo y rojo que “activan” la plaza.
Así lo describe Cynthia Connolly, comisaria de proyectos en Arlington Arts, para quien hay “dos maneras de mirar los Meeting Bowls”.
“Primero son trabajos esculturales, activando la plaza con su forma y colores. La otra activación es si te metes dentro con alguien o un grupo, una activación totalmente diferente”, explica.
Los que frecuentan ese apacible rincón urbano han integrado ya los “bowls” en su rutina diaria: los usan para comer al sol en días laborables, para conversar y tomar el aire, para leer o, los más pequeños, para jugar.
Las historias de las que son testigos los cuencos en Arlington son menos extravagantes que las que ocurrieron en los de Times Square: turistas alemanes que los usaban para ligar cada mañana, un sacerdote que confesaba en ellos o, incluso, el paso de un huracán.
Los “Meeting Bowls” de Arlington son parte del proyecto “Courthouse 2.0: reimaginando lo cívico”, una iniciativa que busca devolver a los ciudadanos un gran espacio de la plaza que ahora es un aparcamiento.
Para que los coches dejen la superficie quedan “10 años”, admite Connolly, pero hasta entonces activarán “el espacio alrededor de ese área con arte público”, invitando así a la reflexión sobre los espacios urbanos.
“Las ciudades son un poco frías, es difícil relacionarse con la gente y nosotros intentamos generar hitos, mobiliario urbano, que faciliten la comunicación entre las personas”, apunta Alarcón.
Los “Meeting Bowls”, instalados en julio, estarán en Arlington hasta noviembre, cuando se trasladarán al Miami Design District durante la feria internacional Art Basel Miami Beach, una de las citas clave del panorama del arte contemporáneo más vanguardista.
“A ver cómo reacciona allí la gente, se ve la personalidad de cada ciudad cuando los movemos, dependiendo de dónde sea, la gente interactúa de una manera u otra”, comenta Salmerón.
Cada instalación de los “Meeting Bowls” es local: el colectivo manda sus 75 piezas mediante archivos digitales a un fabricante de la zona donde se van a exponer.
“Se construyen por control de corte numérico, entonces mandas los ficheros desde Madrid y lo pueden construir en cualquier parte del mundo”, detalla Alarcón.
Incluso su material, tablero de fibra de densidad media (MDF), responde a esa voluntad de accesibilidad por la facilidad que ofrece su bajo coste.
A la presentación del proyecto en Arlington y Miami ha contribuido el programa de internacionalización de la cultura española (PICE) de Acción Cultural Española (AC/E).
El colectivo “mmmm...” son dos parejas de hermanos, “bien avenidos”, aseguran, que trabajan desde hace 20 años en arte público con acciones e instalaciones en la calle.
“Nuestro espacio de trabajo es la calle, siempre decimos que somos un colectivo muy español porque desde pequeños hemos mamado las acciones y fiestas en la calle, los Sanfermines, las Fallas, y lo plasmamos en nuestra obra”, cuenta Alarcón.
Sobre el futuro de los “Meeting Bowls”, lo tienen claro: “Nos encantaría que hubiera por todo el mundo y que se dieran un montón de encuentros gracias a ellos”, afirman.
Cristina García Casado