Cómo echarse unas risas más allá de la casta

“Esto no es una mirada, esto es un faro guiando al proletariado hacia la libertad”, afirmaba Joaquín Reyes en un sketch de El Intermedio, confirmándole como el autor de la imitación más aclamada de Pablo Iglesias hasta la fecha. Desde la aparición de Podemos, hace poco más de un año, ha habido innumerables chascarrillos y montajes sobre el significado de la casta, con aerosoles incluidos, los posibles nuevos círculos, el de la estrella de la muerte es, quizás, uno de sus máximos exponentes, y memes a destajo sobre todos y cada uno de los temas tratados política y mediáticamente.

El humor parece hacer su agosto con los fenómenos políticos que llegan al público a través de expresiones antielitistas, la oposición al sistema y la apelación al pueblo. El uso de un lenguaje conciso y cercano, fácilmente identificable y un marco estético concreto genera, desde el primer momento, un espacio de lujo para la sátira. Examinamos aquí varios ejemplos latinoamericanos de humor frente a movimientos políticos populares.

Revista Barcelona y Peter Capusotto vs el kirchnerismo

Nacida durante la crisis económica del corralito financiero, la Revista Barcelona se hizo verdaderamente grande durante el ascenso de Néstor Kirchner y, más adelante, su sucesora y esposa Cristina. Especializada en el humor paródico, bautizada como “una revista europea para los problemas de los argentinos”, sus portadas han arrollado en temas religiosos -“¡Putazo!” titulaban junto a una foto del Papa Francisco- y en aquellas que examinan las polémicas más candentes de la política kirchnerista. Trataron la repentina muerte del presidente con un “Néstor not dead” a lo Jim Morrison y un antetítulo provocador “Murió un crispador, nace un rockstar”, parodiaron el eslogan de Frente Para la Victoria (alianza electoral a la que pertenecían Cristina y Néstor Kirchner) “La Fuerza del amor” presentándolo como “La fuerza del tomuer” (la fuerza del muerto) e ironizaron sobre las polémicas de la reforma de la ley del aborto con un “Aborto: cada vez más mogólicas (sic) se dejarían violar amparándose en una ley blanda”.

En el humor audiovisual, Peter Capusotto -el alterego del comediante Diego Capusotto- ha logrado ironizar sobre aspectos menos evidentemente políticos pero presentes en el discurso cultural del último mandato de Cristina Kirchner. La reivindicación de la cultura popular como espacio de desarrollo hegemónico de relato en el que el kirchnerismo es genuino representante del pueblo -siempre amenazado por los intereses de las corporaciones– es utilizado por Capusotto en sketches humorísticos como “Alta Llanta”, en el que unos extraterrestres se camuflan entre la población como músicos de cumbia villera y se preparan para “tomando categorías y conceptos de Gramsci, construir una corriente de significantes culturales que parta de la infraestructura dónde se desarrolla la base social sometida. Esta deberá atravesar todos los conceptos del bloque hegemónico dados por educación, religión y medios de comunicación para confundirse con ellos primero y anularlos después naturalizando nuestra presencia en los ámbitos que detentan el poder y así infiltrarlo y finalmente tomarlo”. ¿Cómo? A través de la cumbia:

Bonil vs Rafael Correa

Rafael Correa acaba de ser declarado como uno de los mandatarios más populares del mundo tras un sondeo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP). Junto a Evo Morales (Bolivia) y José Mujica (Uruguay), Correa lidera el ranking por tercera vez consecutiva.

Esto no impide al presidente ser un tanto quisquilloso con la sátira y el humor en general, ya que en varias ocasiones ha cargado personalmente contra viñetas y comentarios humorísticos que criticaban acciones gubernamentales. Quizás la más notoria de todas ellas fue contra Xavier Bonilla (Bonil), el dibujante al que acusó de difamar al gobierno en unas viñetas. En ellas, Bonil ironizaba sobre el allanamiento del domicilio del periodista de investigación Fernando Villavicencio, el 27 de diciembre de 2013, en el que se vieron complicados el vicepresidente Jorge Glas y el secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, cómplices de espionaje y hackeo. Bonil fue acusado de “sicario de tinta” por Correa y en un acto inaudito fue obligado a rectificar la viñeta amparándose en la ley de medios vigente desde 2013.

“El hueso” vs Evo Morales

No se trata únicamente de retórica, sino también de imagen. El presidente boliviano Evo Morales, como su homólogo uruguayo José Mújica hacen bandera de una vestimenta cercana y austera. En el caso de Morales, se trata también de un gesto a la población indígena, y viste habitualmente ropa con motivos indígenas como el tejido chompa de alpaca. Esto ha llevado en ocasiones a la mofa por parte de medios satíricos, especialmente durante las giras internacionales del mandatario. Hace unos años, el programa de radio mexicano “El hueso” llegó a dedicarle una canción al suéter que lució día sí y día también: “El presidente electo de Bolivia/ tiene un suéter nada más/ él lo lleva a todas partes/ y no quiere dar su gas / es a rayas, calientito / la verdad no es muy bonito / ooooh sííí, ya cómprenle otro suéter”, rezaba la no muy imaginativa melodía.