Los tres bandos en la guerra de la SGAE: ¿camino libre para Teddy Bautista?
Napoléon perdió la batalla de Waterloo porque dividió sus flancos y permitió que las tropas del duque de Wellington y del mariscal Gebhard von Blücher arrasaran su ejército. Es una de las estrategias de guerra más nefastas y conocidas de la Historia. Con menos pompa literaria esto podría ocurrir este 26 de octubre en las elecciones que celebra la SGAE para elegir a su nueva junta directiva.
Porque hay varias facciones entre las candidaturas. De un lado, socios como Antonio Onetti y Antonio Meliveo, del Colegio Audiovisual, y Fermín Cabal, de Gran Derecho, e independientes como el compositor José Sánchez-Sanz (colegio Pequeño Derecho). Del otro, músicos como Patacho, Amaro Ferreiro y Jorge Ilegal, que, tras retirar su candidatura, han puesto en marcha una campaña para boicotear los comicios con un llamamiento en Twitter bajo el hashtag #yonovoto, al que se han unido artistas como Dani Martín, Vanesa Martín, Amaia Montero o el grupo Lori Meyers. Y, finalmente, un tercero en discordia, el viejo conocido Teddy Bautista, que cuenta con no pocos apoyos. La conclusión para algunos es evidente y ya se ha utilizado como argumento a lo largo de los siglos con una frase atribuida a Julio César: divide y vencerás.
Por este motivo, Onetti, Meliveo, Cabal y Sánchez-Sanz no se muestran muy conformes con que varios de sus compañeros hayan retirado su candidatura y hayan llamado a la abstención. “¿Quién quiere que no se presente la gente? Los que no pueden ganar. Y desgraciadamente muchos músicos han caído en la tentación de estos individuos que quieren destruirla. Y eso me parece lamentable”, afirma contundente el dramaturgo Cabal. Para Meliveo, como para Sánchez-Sanz, ahora no es el momento de retirarse sino de luchar desde dentro. “Considero que ahora es el momento para ponerse a pelear. Ellos han tomado esa decisión y han dejado muy vacías las candidaturas, con lo que va a ser más fácil que otros grupos consigan votos. Mi puesto es estar en la pelea”, admite Sánchez-Sanz.
La rueda de las televisiones y los lobbies de presión
Pero vayamos por partes. Estos candidatos, al igual que los que se han retirado, están en contra del funcionamiento actual de la entidad de gestión y de la última presidencia de José Miguel Sastrón. “La SGAE ahora está a la deriva”, ratifica Sánchez-Sanz. Sus mayores preocupaciones se resumen en tres pilares: la rueda de las televisiones; la opacidad en las cuentas, es decir, lo que se recauda y cómo se reparte; y la ponderación del voto, esto es, que haya socios cuyo voto vale más que el de otros según los ingresos que generen.
Con respecto a la famosa rueda, es decir, la recaudación por la música emitida en horario nocturno por la que se ven beneficiados muchos músicos –y no precisamente los más conocidos que se encuentran en las multinacionales discográficas–, Onetti ya manifestó hace algunos meses que había que cambiar los porcentajes. En la actualidad y con cifras de junio de 2018 aportadas por Meliveo, la franja de madrugada, que supone el 0,8% de la audiencia, repartió el 39,47% de todo el dinero de la música mientras que el prime time, que supone el 30% de la audiencia, distribuyó el 21,59%.
“Es necesario reformar el sistema de reparto y lo primero que hay que hacer es simplificarlo. Ahora no hay nadie que sea capaz de ver como se hace”, admite Meliveo. Por su parte, Cabal señala que “es cierto que hay una discriminación positiva para unos músicos y que así encuentren un nicho de trabajo. Pero lo que no puede ser es que amparándose en esa defensa haya individuos que se lleven todos los semestres 100.000 euros poniendo su música en horarios donde no hay audiencia”.
El factor del 'voto ponderado'
El asunto de la rueda no es baladí porque está muy ligado al voto. Los comicios de la SGAE no siguen el modelo 'un socio, un voto', sino que para aquellos que más recaudan, vale más. Esto es, músicos como Alejandro Sanz –que ya ha apoyado a Teddy Bautista– y aquellos que están sumándose a la abstención tienen más peso que otros. Pero, por otro lado, músicos que quizá no son conocidos pero cuya música se emite en la franja nocturna también consiguen un gran peso. Así, quienes se quedan en medio son en su mayor parte creadores que no tienen que ver con la música y tampoco están en la rueda.
De ahí que los candidatos alternativos al grupo de Bautista pidan que se reforme el voto ponderado. “Lo que observamos es que la SGAE ahora está sujeta a dos lobbies y en medio estamos poquísimos autores. Me parece muy injusta la ponderación de voto porque favorece a los grupos de presión. La distribución de este voto depende mucho de qué ponen en las radios y hay gente que curra muchísimo que ni siquiera puede votar”, sostiene Sánchez-Sanz.
Cabal también insiste en que, por mucho que algunos músicos se hayan retirado y llamen a la abstención, “al final va a dar igual. Los músicos antirrueda no tienen ninguna oportunidad”. Y da algunos datos: “En la SGAE hay 400 personas que suman 10.000 votos y dominan a 8.000 que no llegan a 6.000 votos. Eso es injusto. Así que por muy valientes que sean, saben que no van a ganar, les da la rabieta y se retiran”. Por ese motivo, él recalca que “es ahora cuando hay que pelear”.
La opacidad de la entidad en las cuentas
La complejidad de todos estos asuntos domina una entidad que los ciudadanos sólo conocer por sus polémicas y por la opacidad que parece regir sus cuentas. Porque al final, como indica Meliveo, cuando se habla del escándalo de la rueda y de la mala imagen de la entidad, “son males que proceden del sistema de reparto”. Esto es, cómo se recauda y cómo se reparte el dinero que ingresa la SGAE, que el año pasado fueron 246,7 millones de euros. “Algún director de operaciones ha dicho que repartir el dinero de la SGAE es como dar de comer a las gallinas. Es kafkiano. Pero además veo una mala intención; que desde hace décadas se busca que el reparto sea así de complejo”, sostiene Meliveo, que desde 2015 formó parte de la Junta Directiva, “y todavía no he conseguido desentrañar el sistema de reparto”.
“En la última asamblea se dijo que la entidad está en quiebra técnica y que el dinero de los socios estaba en un fondo de inversión. ¿Y dónde está ese dinero?”, se pregunta Sánchez-Sanz, que insiste en que esta cuestión no se clarifica porque “existen muchos intereses individuales”, y “si hay autores a favor de las multinacionales y otras personas que se están beneficiando de los horarios nocturnos son esos intereses los que se van a defender”.
Por tanto, las elecciones llegan, una vez más, en una ambiente de división entre músicos de un lado y de otro y con otros creadores (desde dramaturgos a cineastas) en un limbo. Y al final puede quedar un claro vencedor, que sería un viejo conocido de la entidad.